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Sword Art Online Volumen 9 Alicization Begining Capitulo 3

Capitulo 3

Un Caballero de la integridad, la última personificación de la ley y el orden -y además un símbolo de la bondad-, mató al dragón blanco, que era también el protector del mundo humano. Ese tipo de historias eran, durante los once años que Eugeo había vivido, unas en las que nunca había pensado, así que no creyó poder aceptar eso tan fácilmente. Después de haber sufrido un rato por la pregunta que no podía aceptar, sintió una mirada a su lado, como pidiendo una respuesta a su compañero.

—… Yo no lo entiendo.

Sin embargo, el silencio de Kirito también estaba hecho de pura confusión.

—Tal vez…… sea posible que la Tierra de la Oscuridad también tenga un caballero fuerte, y que ese caballero fuera el que lo mató…… Pero, si eso es cierto, es raro que hasta ahora no hayan cruzado aun fuerzas de la oscuridad por la cadena montañosa. Al menos, creo que esto no es el acto de un ladrón….

Después que él terminara de hablar, Kirito se paró frente a los restos del dragón y gentilmente puso la garra de vuelta en el montón de huesos. Después, el saco algo largo del fondo de la montaña de huesos.

—Wow… Es tan absurdamente pesada…

Él se las mostro a Eugeo y a Alice después de tambalearse al sacarla por alrededor de un mel.

Era una larga espada, con un mango plateado y una vaina hecha de piel blanca. La protección de las manos estaba hecha de una rosa azul incrustada. Con solo un vistazo habían entendido que esta espada tenía más valor que cualquier otra espada de la villa.

—Ah….. Esta, probablemente…

Alice dijo mientras miraba la espada, Kirito le asintió,

—Sí. La ‘Espada de la Rosa Azul’ que Bercouli trató de robar del seno del durmiente dragón blanco. Me pregunto porqué el sujeto que matara al dragón no se la habrá llevado…

Él se inclinó mientras hablaban, y levanto la empuñadura del suelo con las dos manos, sin embargo, usando casi toda su fuerza, solo se las arregló para levantarla apenas diez cens del suelo.

—… ¡Tan pesada!

Kirito soltó sus manos mientras gritaba, la larga espada cayó en el suelo de hielo con un fuerte sonido. Una pequeña grieta se podía ver en el grueso hielo, la espada parecía tener un peso inimaginable a pesar de su delicada apariencia.

—… ¿Qué hacemos con esto?

—No, nunca podremos, incluso cargándola los dos juntos, no es posible llevarla de vuelta a la villa. Aunque practiquemos con el hacha todos los días… Además, perece haber más tesoros debajo de los huesos me parece…

—… Sí, pero no deberíamos tomar nada…

Los dos asintieron ante el serio tono de voz de Alice.

Incluso el tomar un pequeño trofeo de este lugar y presumirlo a los demás chicos; que ellos lo tomaron sin despertar al dragón sería una gran aventura para contar, pero el acto de tomar un tesoro de ese lugar seria claramente un robo. Aunque que el ‘Índice de Tabúes’ dijera que el ‘Robo’ contra humanos no aplicaría en esta ocasión, eso no significaba que ellos podrían hacer lo que quisieran mientras no estuviera prohibido.

Eugeo miro a Kirito y a Alice antes de asentir.

—Sigamos nuestro plan, solo tomar el hielo. Si solo es hielo, incluso si el dragón estuviera vivo, nos perdonaría, seguramente.

Después de decir eso, Eugeo caminó hacia el hielo, y pateó un pequeño cristal de hielo que salía de la base de un gran carámbano como si fuera un brote recien surgido. ‘Pakin’, con un buen sonido, él levanto el hielo roto antes de pasárselo a Alice, quien abrió la tapa de la canasta y lo puso dentro.

Los tres se concentraron en guardar pedazos de hielo en canastas sin hablar por un rato. Cuando había despejado la base de los carámbanos, se movieron a la siguiente columna y volvieron a hacer lo mismo. En solo unos minutos, la grandísima canasta de hielo estaba llena de cristales que parecían joyas azul transparentes.

—Yoi… Sho-tto(*)

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(*), NC: No soy traductor ‘japonés-español’ pero, me parece que esto significa “¡Oigan! Aguarden”
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Alice uso toda su fuerza para levantar la canasta de mimbre mientras miraba las luces azules entre sus brazos.

—… Son tan hermosos. De alguna forma, es un gran desperdicio llevar estos solo para que se derritan.

—¿No los llevábamos para prolongar un rato más nuestro almuerzo

Kirito dijo esto mientras fruncía el ceño, Alice rápidamente le entregó la canasta de mimbre al chico de pelo negro.

—¿Eh? ¿Tendré que llevarlo de vuelta también?

—¿Qué no es obvio? Son demasiado pesadas para mí de todos modos.

Intentando mantenerlos separados para que no peleasen, Eugeo rápidamente dijo,

—Yo te ayudare, podemos tomarnos turnos para cargarlos. Bueno, si no volvemos ahora mismo, no alcanzaremos a llegar a la villa antes de que anochezca. ¿No llevamos aquí más de una hora?

—Ah… como no puedo ver a Solus, no se la hora exacta. ¿Hay algo en las artes sagradas que puedan decir que tiempo es exactamente?

—¡No!

Alice rápidamente desvío su vista, se podía ver otra salida a la orilla contraria del lago de hielo.

Entonces dejó caer sus hombros los hombros antes de hablar.

—... Hey, ¿Por dónde hemos llegado aquí?

Eugeo y Kirito inmediatamente apuntaron a la dirección de la que estaban seguros haber provenido. Y por supuesto, apuntaban a salidas diferentes.

Debería haber huellas pero, desafortunadamente, no había ni una sola huella en la suave superficie del hielo; el lado del lago al que fluyera el agua debería ser la salida, sin embargo, este fluía en ambos lados; la dirección en la que estaba mirando el cráneo debería ser la salida, lamentablemente, no miraba a ninguno de los dos lados; después de haber repasado todas las opciones en vano, finalmente Alice empezó a explicar algo que podría ser una solución: “Escuchen... ¿No había un charco roto en el que Eugeo se paró y se rompió? Si nos acercamos a alguna de las salidas y lo vemos, esa será la correcta”.

“Ya veo, es como ella dijo” Como si quisiera esconder la vergüenza de no haber pensado es eso el mismo, Eugeo tosió, antes de asentir.

—Muy bien, está decidido, vayamos a revisar la entrada más cercana.

—Yo creo que ese es el camino correcto…

Mientras Kirito seguía refunfuñando, Eugeo usó su mano izquierda para empujar su espalda mientras sostenía la hoja de pasto(*) con la mano derecha, y comenzaron a caminar sobre el riachuelo enfrente de él.

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(*), NC: Hoja de pasto... (°-°?)
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Cuando desaparecieron las columnas de hielo que reflejaban la luz a su alrededor, las cuales habían sido una confiable luz sagrada, entonces ya no se sentían tan seguros. Los tres aceleraron el paso.

—... Hmm, no sabemos el camino de regreso, justo como los hermanos Berin en esa vieja historia. Seria genial si hubiéramos tirado nueces trituradas cuando entrabamos, de todas formas aquí no hay pájaros que se las coman.

La plática tonta de Kirito se sintió de alguna forma fingida... «así que este despreocupado compañero también puede sentirse inquieto, ¿Huh?» Eugeo se volvió un poco más animado en contraste.

—¿De qué estás hablando? Para empezar ni siquiera tenemos nueces. Si quieres utilizar lo que has aprendido, ¿Qué tal si pones un pedazo de tela en cada bifurcación que tomamos?

—Detente, atrapare un resfriado así.

Mientras Kirito simulaba estornudar, Alice le daba un golpe en la espalda.

—Deja de decir tonterías y mira el suelo cuidadosamente. Si lo pasamos por alto, eso sería problemático… o más bien…

Así como dejo de hablar, frunció el ceño antes de continuar:

—Hey, hemos estado caminando por un buen rato pero aún no puedo ver el estanque de hielo roto….. Así que, ¿Es este el camino correcto?

—No, avancemos un poco más….. oh, escuchen.

En cuanto Kirito puso repentinamente los dedos en sus labios, Eugeo y Alice dejaron de hablar. Ellos escucharon detenidamente.

Ciertamente, había otro sonido mezclado con el sonido de la corriente de agua subterránea. Sonaba como silbido melancólico que aumentaba o disminuía su tono.

—Ah…… ¿El sonido del viento?

Alice murmuró. Ciertamente, Eugeo también se dio cuenta de que era un sonido similar al de las copas de los arboles al moverse con el viento.

—¡La salida está cerca! ¡Qué bien que hayamos tomado este camino, apresúrense!

Mientras lo decía con alivio, empezó a trotar queriendo decir que continuaran.

—Hey, te resbalaras si corres en un lugar así.

Pero, aunque hubiera dicho eso, Alice también acelero el paso. Siguiéndolos de cerca iba Kirito, quien hizo una expresión de duda.

—Pero… ¿El viento de verano suena así? De alguna forma… suena como el viento frio del invierno…

—Los fuertes vientos del valle soplan así. De cualquier forma, salgamos de aquí rápido.

La luz que Eugeo sostenía en su mano derecha oscilaba bruscamente mientras se aproximaban a la salida de la cueva. «Mi corazón ya rebozaba con el sentimiento de volver rápidamente a la aldea, a mi hogar. Seguramente mi familia se sorprendería una vez que les mostrara el trozo de hielo que obtuve de Alice».

«Pero, el hielo se derretirá rápidamente. Tal vez hubiera sido mejor si hubiera tomado una moneda de plata allá atrás…» Mientras él pensaba en eso, pudo ver una pequeña luz en medio de la oscuridad que había delante.

—¡La salida!

Lo gritó con una cara muy sonriente, entonces arrugó el ceño. La luz se volvió un poco rojiza. Ellos habían entrado a la caverna por la hora del almuerzo; el tiempo que ellos habían pasado dentro de la cueva había sido de una hora o un poco más, parecía que ellos habían estado en el mundo subterráneo más tiempo del que creyeron. Si Solus(17) ya había empezado a hundirse en el oeste, y ellos no se apuraban en volver, no llegarían a tiempo a la villa para la cena.

Eugeo apresuró el paso. El sonido producido por el alto tono del eco del viento, que había entrando a la cueva, ya había sobrepasado al del rio.

—¡Hey Eugeo, detente por un momento! Esto es raro, solo han sido dos horas a lo mucho pero…

Alice quien corria detrás de él, alzó la voz con ansiedad. Sin embargo, Eugeo no se detuvo... «He tenido suficiente de esta aventura. Ahora mismo, solo quiero llegar lo antes posible a casa».

Girando a la derecha, girando a la izquierda, y girando a la derecha nuevamente, finalmente la luz se expandió por toda su vista. La salida estaba a solo unos pocos mels adelante. Él pestañeó repetidamente, dado que sus ojos habían estado mucho tiempo acostumbrados a la oscuridad, mientras reducía su apresurado paso, antes de detenerse por completo.

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17, NT: Solus es el Dios-sol en ese extraño mundo.
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La cueva terminaba justo ahí.

Sin embargo, frente a los ojos de Eugeo no se encontraba el mundo que él conocía.

Todo el cielo era de color rojo. Pero no era el color del sol al ponerse. Primero que todo, Solus no podía ser encontrado en ninguna parte del cielo. Como el jugo de las uvas que cuelgan de la montaña que estaban demasiado maduras, o la sangre de las ovejas que era eliminada, tan solo un sordo rojo deprimente se expandía frente a sus ojos.

Al otro lado estaba la extraña falda del paso montañoso que estaba cubierta por una extraña capa de montañas rocosas. La superficie del agua que podía ser vista aquí y allá estaba teñida de negro con algunas partes de ceniza. La piel de los árboles muertos y torcidos era blanca como hueso pulido.

El viento que soplaba violentamente como si quisiera destruir todo, sacudió las copas de los árboles muertos, causando largos gritos melancólicos. 

Esto era, sin lugar a dudas, el sonido del viento que había escuchado dentro la cueva.

Un lugar así, un mundo olvidado por los dioses, no era el Mundo Humano en el que Eugeo vivía. Entonces, lo que ellos tres estaban mirando, esa escena era la de...

—El Territorio… Oscuro…

En un instante, la voz ronca de Kirito fue llevada lejos por el viento.

El lugar al que la Iglesia Axiom no pudo llegar, la tierra de las malvadas tribus sirviendo bajo el mando de Vector, el dios de la obscuridad; el mundo que ellos creyeron solo existía en los cuentos que los viejos de la aldea les contaban, estaba solo a unos pasos. Mientras pensaba en eso, el centro de la cabeza de Eugeo comenzaba a volverse frio, no podía hacer nada más que quedarse quieto. Como si hubiera dado con esa información por primera vez en la vida, una inmensa cantidad de datos comenzó a fluir a una parte de su mente que nunca había sido usada antes, él ya no era capaz de pensar por sí mismo.

Dentro de su cabeza, la cual estaba pintada de puro blanco, estaba una única oración escrita al comienzo del Índice de Tabúes, brillando clara y fuertemente. El primer capítulo, tercer pasaje, el onceavo párrafo el cual debió haber sido olvidado después de haber hablado con Alice el día de ayer. 

[... Nadie debe de ir más allá de la cadena montañosa que encierra el Mundo Humano...]

—No…… no vayan más allá…..

Eugeo movió imprudentemente su tiesa boca para balbucear esas palabras. Él abrió sus brazos como si fuera a prevenir que avanzaran Kirito y Alice, quienes estaban detrás de él.

En ese momento, un sólido metal golpeando hizo eco debajo de ellos. El cuerpo de Eugeo tembló con sorpresa. Y miró al rojo cielo reflexivamente.

En el fondo de color rojo sangre, él pudo ver algo blanco entrelazado con algo negro.

Eran motas muy pequeñas que parecían estar volando a alturas estremecedoras. Parecía como si su verdadero tamaño fuera mucho mayor al de los humanos. Mientras los dos cuerpos voladores cambiaban lugares intensamente, se separaron antes de volverse a encontrar el uno contra el otro; en el momento cuando chocaron se escuchó un eco intermitente de algo metálico.

—Los caballeros dragón…

Kirito, quien estaba mirando al cielo además de Eugeo, susurro con una voz ronca.

Era tal y como su compañero había dicho: los dos que estaban peleando entre sí tenían largos cuellos y colas, eran enormes dragones voladores, cada uno con un par de alas triangulares. El cuerpo de los jinetes podía ser visto en sus espaldas, armados con espadas y escudos. El que estaba cabalgando el dragón blanco tenía una armadura plateada blanca, y el que estaba en el dragón negro llevaba una armadura negra azabache. Sus espadas era iguales. El centello de la deslumbrante espada blanca del caballero blanco estaba manchada del miasma desprendido por la espada del caballero negro.

Así como los dos caballeros golpeaban entre ellos con sus espadas, el sonido de tormentosos impactos resonaban, así como una larga cantidad de chispas que volaban en el aire.

—Me pregunto si el blanco es un… Caballero de la Iglesia Axiom…

Al murmullo de Alice, Kirito respondió asintiendo.

—Bien… El negro es un caballero de las fuerzas de la oscuridad, supongo… Con una fuerza a la par de los Caballeros de la Integridad.

—No puede ser…

Eugeo sacudió su cabeza inadvertidamente.

—Los Caballeros de la Integridad son los más fuertes del mundo. Él no puede ser derrotado por alguien que parece ser un caballero de la oscuridad.

—Dudo eso. A juzgar por lo que vemos, no hay mucha diferencia en sus habilidades con la espada. Ninguno puede traspasar la defensa del otro.

Inmediatamente y tras el comentario de Kirito. Como si hubiera podido escuchar su voz, el caballero blanco jalo las birlas de su dragón y creó un enorme espacio. El dragón negro aleteo violentamente sus alas para disminuir la distancia.

Sin embargo, antes de lograr reducir la distancia, el dragón blanco giró su cabeza rápidamente al doblar su cuello. Todas estas acciones parecían haber reunido una gran cantidad de poder. En el instante depues de eso, mientras aún seguía girando su cuello, sus grandes fauces se abrieron. Una descolorida flama broto en línea recta de entre sus colmillos, y envolvió al caballero negro por completo.

El rugido que había dominado por completo el sonido del viento chocó contra los oídos de Eugeo. Entonces el dragón negro giró su cuerpo por el dolor, sacudiéndose violentamente en medio del aire y descendiendo. Sin perderse esa oportunidad, el Caballero de la Integridad había reemplazado su espada por un gran arco café rojizo y lo estiro al límite, antes de soltar una enorme flecha.

La flecha dibujo un trazo de flamas en medio del aire. Sin equivocarse, la flecha atravesó el pecho de la armadura del caballero negro.

—Ah…

Alice soltó un débil sonido que pareció ser un grito.

Como la piel de ambas alas había desaparecido al ser quemadas, el dragón negro perdió su habilidad para volar y se retorcía violentamente en el aire. El caballero negro se soltó de la espalda del dragón, y con un trazo de sangre, comenzó a caer directamente a la entrada de la cueva donde los tres estaban parados.

Primero, la espada negra se clavó en un pedazo de tierra, haciendo un sonido seco. Después, a una distancia de poco más de diez mels de ellos, el caballero se estrelló. Por último, el dragón negro que cayó en una montaña rocosa considerablemente lejana, movía su larga cola mientras lloraba en agonía, antes de dejar de moverse por completo. 

Justo en frente de los tres niños que estaban parados sin palabras, el caballero negro luchaba con el dolor, intentando levantar la parte superior de su cuerpo. En la brillante placa de la armadura del pecho, ahí estaba el enorme hoyo y en él se podía ver la herida que tenía. La cara del caballero, la cual estaba cubierta tras su grueso visor, estaba dirigida hacia ul árbol.

Su temblorosa mano se estiraba como si rogara por ayuda. Pero, inmediatamente después de eso, una enorme cantidad de sangre broto del cuello de la armadura, entonces el caballero colapso en el suelo. El líquido rojo se esparció a lo lejos del cuerpo que ya no se movía, filtrandose entre las aberturas de la grava.

—Ah… Ah…

Una delgada voz se escapó de Alice al lado derecho de Eugeo. Moviéndose como si fuera succionada hacia afuera, tambaleándose hacia adelante y hacia al exterior de la cueva.

Eugeo no tuvo ninguna reacción. Sin embargo, Kirito a su izquierda pronunció un fuerte y grave grito: “¡¡Nooo!!” Alice escucho su voz, su cuerpo tembló, intentando detenerse. Pero su pie estaba sujeto, su cuerpo se inclinó hacia adelante. Esta vez Eugeo si estiro su mano junto con la de Kirito en reflejo, intentando tomar las ropas de Alice.

Sin embargo, sus dedos solo rozaron el aire.

Alice cayó en el piso de la cueva dejando salir un pequeño grito, seguida del trazo hecho por su cabello.

Solo se cayó. Incluso si revisara la ‘Ventana’, su Vida solo se habrá reducido por dos puntos. Sin embargo, el problema no era ese. El momento en el que Alice cayó, su mano derecha se estiro hacia adelante, pasando cerca de veinte cens la clara división entre el grisáceo piso de la cueva y la tierra de color ceniza. La mano pura y blanca toco la grava negra oscura. La Tierra de la obscuridad, tierra del Territorio Negro.

—¡Alice…!

La llamaron Kirito y Eugeo al unisonó, estiraron sus manos y tomaron el cuerpo de Alice fuertemente. Normalmente, al hacerle algo así solo hubieran conseguido que les gritara hasta que se arrepintieran, pero esta vez, ella solo se quedó quieta como si estuviera en trance, y fue llevada de vuelta a la cueva.

Alice, quien era sostenida por las manos de Eugeo y Kirito, tenía los ojos completamente abiertos y miraba al derrotado caballero negro, después, su mirada cayó en su mano derecha. La esponjosa mano aún tenía arena con pequeñas rocas atoradas en ella, y cada uno de los granos de color negro azabache.

—… Yo…Yo…

Alice murmuraba en tono grueso, mientras Eugeo sin pensarlo estiraba sus manos hacia la mano derecha de ella. Él froto la palma, quitando todos los granos de tierra, y dijo formalmente:

—E-Está bien, Alice. No saliste de la cueva. Tu mano solo la toco, seguramente, no está prohibido ¿Verdad?, ¡¿No es cierto Kirito?!

Eugeo levanto su cara y miro a la de su compañero confiando en él. Pero Kirito no estaba mirando a ninguno de los dos. Mientras estaba sobre sus rodillas, su mirada recorría rápidamente los alrededores.

—¿Qu-Qué es lo que pasa Kirito?

—¿... No lo puedes sentir, Eugeo? Es como si… Alguien... Algo...

Frunció el ceño y empezó a mirar por todos lados de nuevo después de hablar, pero, en la cueva no había ni un insecto, y menos un humano. La única cosa que capturo su mirada estaba a poco más de diez mels, el caballero negro muerto. La figura del Caballero de la Integridad quien había ganado la batalla ya había desaparecido del cielo.

—Es solo tu imaginación, en lugar de eso…

Llevemos rápido a Alice al otro lado de la cueva.

Mientras Eugeo estaba a punto de decir eso, Kirito agarro su hombro con toda su fuerza. Mientras fruncía el ceño, Eugeo siguió la mirada de su compañero, inmediatamente después de eso, su cuerpo se volvió intensamente rígido. Había algo extraño cerca del techo de la cueva.

Un círculo violeta se sacudió como si su superficie fuera de agua. Con un diámetro de alrededor cincuenta cens. Mirando vagamente fuera de él, estaba una cara humana. Era algo difícil de decir si era de un hombre o una mujer, joven o vieja por sus facciones. Su piel era pálida, su cabeza no tenía un solo hebra de cabello. Sus dos ojos que se abrían en un círculo perfecto no tenían expresión alguna. Sin embargo, Eugeo pudo adivinar instintivamente. Esos ojos no estaban mirándolo a él o a Kirito, si no a la persona que estaba sentada distraídamente en el suelo, a Alice. 

La extraña boca comenzó a moverse, a través de la membrana violeta, extrañas palabras se podían escuchar:

—シンギュラー・ユニット・ディテクティド。アイディー・トレーシング……

[Unidad de Cingular. Seguimiento de identificación.]

Sus dos ojos, que parecían bolas de pasto parpadearon brevemente, y entonces, una vez más la misteriosa voz dijo:

—コーディネート・フィクスト。リポート・コンプリート

[Coordinación, fijada. Informe completo]

Entonces, la ventana violeta se desvaneció por completo. Una vez que Eugeo se dio cuenta tardíamente que esas extrañas palabras podrían ser algún tipo de frase para un ritual de un arte sagrada, miro a Alice apresuradamente, a Kirito, y después a sí mismo, pero él no sintió que algo hubiese cambiado.

Incluso así, el evento era demasiado extraño para ignorarlo. Eugeo intercambio miradas con su compañero, luego los dos ayudaron a Alice a levantarse; como si fueran a cargar a su amiga de la infancia -que aún seguía temblando-, dentro de la cueva y empezaron a trotar en la dirección en la que habían llegado.

Eugeo no podía recordar cómo habían vuelto a la aldea Rulid.

Yendo a través del lago de hielo donde yacía el dragón, y empezando a correr en cuanto habían llegado al otro lado. Resbalaron incontables veces por estar corriendo sobre piedras mojadas, pero ellos fueron a través de la larga cueva en solo una fracción del tiempo que les tomó llegar. Cuando saltaron en la blanca luz finalmente vieron, que la luz del atardecer aún seguía brillando en el bosque.

Sin embargo, la ansiedad de Eugeo de ser capturados no desaparecería fácilmente. Incluso en ese momento, el seguía presintiendo que la extraña ventana violeta se abriría detrás de él, con esa extraña cara pálida mirando a través de ella, así que él no se permitió descansar.

Bajo los arboles habían pequeñas aves cantando. Pasando el banco de agua del pequeño rio, estaba un pequeño grupo de peces que se movían de aquí para allá. Los tres caminaron con bastante prisa y en silencio. Al pasar la colina que se suponía ser el paso al norte, pasando a través de los estanques gemelos, finalmente llegaron al puente norte de la villa Rulid.

Con algo más de caminata, ellos habían vuelto y descansaron en la base del viejo árbol, el cual había sido su lugar de encuentro más temprano al amanecer, pero aun así no hablaron mucho. Los tres intercambiaban miradas antes de poder sonreír vagamente.

—¡Hey! Alice, aquí.

Dijo Kirito, entregándole la pesada canasta de mimbre. Dentro de él estaba empacado el fruto de la aventura de hoy, el ‘Hielo de Verano’; Eugeo se dio cuenta de la existencia de la canasta, de la cual se había olvidado por completo. Para esconder lo avergonzado que estaba, hizo una expresión calmada y dijo: 

—Cuando vuelvas a casa, será mejor que los lleves rápidamente a el almacén. De esa forma deberían ser capaces de aguantar hasta mañana ¿No?

—… Sí, muy bien.

Una inusualmente obediente Alice asintió, después de tomar la canasta, los miro a ambos; y finalmente su usual sonrisa salió a la superficie en su rostro.

—Pueden esperar por el almuerzo de mañana. Como recompensa de su arduo trabajo, haré mi mejor esfuerzo.

«Querrás decir que Sadina-san hará su mejor esfuerzo ¿No?» Fue algo que por supuesto, ni Kirito o Eugeo dijeron en voz alta. Intercambiaron miradas por un instante antes de asentir al mismo tiempo.

—… Hey ¿En que estaban pensando?

Alice pregunto mientras tenía una incomprensible expresión en su rostro, los dos chicos golpearon los hombros de Alice, antes de decir al unisonó:

—¡No es nada! ¡Bueno, volvamos a la aldea!

Para el momento en que caminaron hacia la plaza de la aldea, el lugar del cual partieron, el verdadero ocaso pintaba el cielo por encima de ellos. Kirito vivía en la iglesia, pero Alice volvió a la residencia del jefe de la aldea. Eugeo llego a su casa al oeste de la villa, a unos pocos segundos luego que sonaran las campanadas de las seis de la tarde.

Eugeo se quedó en silencio durante la cena a la que había llegado justo a tiempo. Aunque supiera que ninguno de sus hermanos o hermanas, que incluso su padre o su abuelo hubieran tenido nunca una aventura como la que tuvo hoy, él estaba de alguna forma imposibilitado a jactarse de ella.

Parecía no poder hablar del suceso en el que había visto la Tierra de la Oscuridad con sus propios ojos; la feroz batalla entre el Caballero de la Integridad y el Caballero Negro, y la extraña cara que apareció al final; porque una vez que hablara de ello, no sería difícil imaginar la reacción que tendría toda su familia, eso le asustaba.

Esa noche, Eugeo quien se fue a la cama temprano pensaba que podría olvidar todo lo que había visto al final de la aventura. Pero él no fue capaz de hacerlo, al igual que la Iglesia de Axiom y los Caballeros de la Integridad, a los que había admirado y respetado tanto hasta ese momento, ahora se habían convertido en algo completamente opuesto.

Capitulo 2                        Indice                        Capitulo 4

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