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Progressive 2 capitulo 2

Capitulo 2
Concerto of Black and White

Si esta misión, la «Llave Jade», se hubiese desarrollado como en la prueba beta, habría ocurrido lo siguiente. 

Ya sea que nos hubiésemos aliado con el elfo de bosque o la elfa oscura,definitivamente ambos al final terminarían muertos. El elfo con el que hubiésemos colaborado solo habría permanecido vivo unos segundos más, lo suficiente para decir: ‘entreguen esta llave a tal y a tal’, antes de perecer. Esos tal y tal bien podría ser la base de elfos de bosque en el extremo norte del bosque o la base de elfos oscuros en el sur. Una vez que los cuerpos se desvanecieran, un pequeño saco cosido seria dejada, en cuyo interior estaría una larga y hermosa llave tallada de piedra verde.

En ese punto, por supuesto, el jugador llevaría la llave ya fuese al campamento norte o sur; ellos podrían venderla en una tienda NPC si desearan, pero eso evitaría terminar la misión de forma permanente. Si se entregaba apropiadamente sin caer en la tentación, el comandante de la base elfa apremiaría con una recompensa especial e iniciaría la próxima misión.

Pero no tenía la menor idea de que hubiese un camino distinto en la misión, uno en el cual el elfo aliado sobreviviera en la batalla. Si no lo supe, nadie más lo haría – incluso Argo. Tenemos que esperar que una historia totalmente nueva y desconocida surja.

A una corta distancia lejos de mí, de Asuna, y de la aun silenciosa elfa oscura Kizmel, el cuerpo del elfo de bosque desapareció con un breve crujido. Recibimos cantidades considerables de experiencia y col, así como también un par de objetos raros, pero no tuve tiempo de verificarlos. Un conocido saco de hojas estaba tendido en el suelo donde el cuerpo del elfo de bosque había estado. Objetos abandonados tenían que ser reclamados pronto, antes de que desaparecieran en el fino aire, pero no estaba muy seguro si estaba dispuesto a tomarlo. ¿Qué pasaba si lo tocaba, y resultaba ser el interruptor que volvía hostil a Kizmel?

— Umm... gew, ¿Qué es esto? –dije poco convencido. Asuna se agachó para recoger la llave como si nada estuviese fuera de lo normal, por lo que hábilmente sujeté la capucha de su caperuza, lo cual hizo que me mirada furiosamente.

Finalmente, Kizmel reaccionó.

Ella se agachó y agarró la bolsa cuidadosamente con sus guates de cuero negro. Una exhalación de alivio salió de sus labios mientras la sujetaba contra su pecho.

—...al menos ahora podemos proteger el santuario –murmuró para sí misma, colocó la bolsa en su saco de cintura, y se puso de pie ante nosotros. La forma sutil de ferocidad regresó a sus ojos a pesar de notable indecisión parecía imposible para un simple objeto controlado por el sistema–.

— Debo agradecerles –dijo, su armadura resonaba mientras se inclinaba para saludar–. La primera llave secreta ha sido protegida. Su ayuda es apreciada.

Vengan conmigo a nuestra base, y el comandante deseará recompensarlos por su ayuda.

De nuevo un «?» apareció sobre su cabeza para indicar el progreso de la misión. Inadvertidamente estaba aliviado, aunque hice lo posible para no demostrarlo. Parecía que la misión se desarrollaba de forma normal, incluso después de haber derrotado al elfo de bosque por nuestra cuenta.

Sin embargo, mi plan original era entrar en su batalla, dejar que ambos murieran, obtener la llave, y regresar al pueblo principal. No teníamos que tomar un descanso para refrescarnos y reabastecernos tras derrotar al jefe del segundo piso. La euforia de haber alcanzado un nuevo piso estaba ocultando mi fatiga, pero el cansancio de aquí era más mental que físico y golpeaba al jugador como una tonelada de ladrillos que salían de la nada. Mi compañía actual, Asuna, se había desmallado por el
agotamiento extremo justo después de nuestro primer piso con el laberinto del primer piso. Como era raro llegar tan lejos, la falta de concentración daba paso a errores, y controlar esa fatiga de forma segura era una herramienta vital para cualquier jugador solitario.

Miré de soslayo a la esgrimista. Ella dio un paso al frente sin mirarme y le habló a Kizmel.

— En ese caso, estaríamos honrados.

No fui el único que contuvo la lengua. Kizmel miró a Asuna en silencio. Los NPC en Aincrad  técnicamente, la elfa oscura Kizmel estaba clasificada como un mob – es decir, no responderían a los comentarios del jugador a menos que estos llegasen con una clara forma de «Si» o «No».
Tosí torpemente, listo para dar una respuesta bastante simple, pero antes de poder expulsar las palabras de mi boca, la caballero asintió y se volvió:

— Muy bien. El campamento base está por el extremo sur del bosque. Mi registro de misión se actualizó, y el «?» sobre su cabeza se desvaneció. Al mismo tiempo, un mensaje apareció en la parte superior izquierda indicando que una tercera persona se había unido, y una reciente barra de HP fue agregada a la lista.

Kizmel comenzó a avanzar fríamente, y Asuna corrió detrás de ella. Me quedé inmóvil en el sitio por tres segundos antes de apresurarme a alcanzarlas. La elfa debió haber notado una forma afirmativa de la respuesta de Asuna. Pero de acuerdo a lo que sabía, los NPC de la prueba beta no tenían ningún tipo de habilidad de conversación.

Quizá era tan simple como que la base de datos de respuesta de NPC había sido expandida entre el final de la prueba beta y el inicio de la versión comercial. Pero algo en el tono y las expresiones de Kizmel se sentían tan naturales para explicar lo anterior. Ella era igual que otro jugador.


Caminé al final del equipo de tres personas, examinando el color de su cursor para asegurarme.

Era el técnico color amarillo de un NPC, un mob de evento – y su nombre estaba en la lista como KIZMEL: «GUARDA REAL ÉLFICA OSCURA». Los jugadores no tenían permitido duplicar títulos de monstruos en sus nombres, por lo que esta era la prueba de que Kizmel realmente no era más que un objeto en movimiento controlado por el sistema. Si SAO fuese un juego que funcionara de forma normal, existiría la leve oportunidad de que ella estuviese siendo controlada por algún
miembro del personal de juego, pero eso no podía ser cierto ya que ahora era mortal. 

...debe tratarse de mi imaginación.

Aumenté la velocidad para al menos alcanzar a las dos chicas.

En este caso, ser un beater dominante podría haber creado un conjunto de circunstancias peligrosamente impredecibles, pero había otra forma en la cual era un avance definitivo.

Llegar a la base de elfos oscuros requería salir del camino voluntariamente y adentrarse al bosque, incrementando las posibilidades de encuentros enemigos. Y con esta niebla densa y oscura que le daba nombre al bosque, era demasiado fácil perder de vista cualquier ubicación.

Pero Kizmel nos servía valiosamente de muchas formas: su sable hacia fácil el trabajo al momento de que algún enemigo se cruzara en nuestro camino, y como una elfa, ella parecía saber exactamente cual camino tomar a través de esta pesada niebla. Como un admirador a su eficiencia, consideré aprovechar esta oportunidad para deambular por los alrededores y luchar con más mobs junto a Kizmel, pero lo consideré mejor. No quería darle a la orgullosa guerrea elfa de elite una razón para enojarse conmigo.

Por lo que solo tomó quince minutos de andanza por el bosque neblinoso para llegar a ver muchas banderas sacudiéndose con la brisa.

— Eso no tomó mucho tiempo –Asuna a mi lado habló, y yo a regañadientes estuve de acuerdo. Kizmel detuvo la marcha y se volvió para mirarnos. Ella habló con lo que yo pensé que era un poco de orgullo en su voz–:

— Un encantamiento de Ocultamiento-Boscoso fue invocado en el campamento. Normalmente no lo habrían encontrado sin mí.

— ¿Ooh, un encantamiento? ¿Es como magia? Pensé que no existía magia en este mundo –Asuna remarcó audazmente. Sentí un escalofrió recorrer mi espalda. Dejando de lado su tono completamente informal, no estaba seguro si lo que Asuna dijo era más desconcertante para la NPC y selección de respuestas establecidas.

Se sentía como si Kizmel no pudiese ser capaz de responderlo aun si entendiera el significado–.

La razón por la que la magia no existía en SAO era para permitirle al jugador experimentar combates cuerpo a cuerpo de primera mano en el ambiente VRMMO

– ellos no quería convertirlo en un shooter de larga distancia.

— Escucha, Asuna, eso no –comencé, tratando de ayudar a Kizmel con la explicación de ese concepto. Pero una vez más, mi consideración fue completamente innecesaria–.

—...nuestros encantamientos no están al nivel de la magia –dijo la elfa oscura, sus largas pestañas bajaron–. En todo caso, ellos son simples resplandores de la gran magia de antes. Cuando fuimos aislados, la gente de Lyusula perdió toda la magia...

La conmoción de lo que decía me atacó cinco segundos después – ese fue el tiempo que tomó procesar lo que decía.

Perdimos toda la magia porque fuimos aislados de la tierra.

Tuve la sensación de que ella no solo estaba dando una explicación del por qué las habilidades mágicas no existían en Sword Art Online. Esto podría ser algo que correspondía directamente a la existencia del castillo flotante, Aincrad. Ahora que lo pensaba, nunca había tenido ningún contacto con la historia detrás de SAO. Arranqué incontables artículos y entrevistas luego que el juego fuese anunciado por primera vez, pero nada más se decía acerca de su escenario además de tratarse de un castillo flotando en el cielo hecho de cien pisos con sus propios mapitas mundiales. Esto era extraño, ya fuese de un solo jugador o multijugador, la historia detrás de un RPG, o como el mundo llegó a formarse, era normalmente tan importante como el mismísimo sistema de juego. Incluso en la prueba beta, el escenario del mundo era opaco. 

Yo completé esta misión de campaña en esa época, pero recuerdo que la historia era tan simple y ajena a los orígenes de Aincrad – los elfos de bosques y los elfos oscuros estaban
luchando por alguna «santuario» sagrado, o lo que sea que realmente fuese. 

Cuando el juego comercial fue lanzado y de forma inmediata atrapara a todos sus invitados dentro, sentí que comprendía que la razón del escenario de SAO era como una pizarra en blanco.

La falta de historia, de algún tipo de escenario descriptivo, era un reto del mismísimo desarrollador. Kayaba nos había dicho «El escenario está puesto; ahora es su turno de crear la historia»

Eso era solo un dialogo de mi imaginación, pero no parecía muy exagerado en este punto. En ese caso, las palabras de Kizmel la elfa caballero – como una extensión del sistema de SAO – superó incluso las intenciones de Kayaba.

Fui poseído por una necesidad de abrumar a la elfa caballero con preguntas mientras caminábamos. Ya sea que «Lyusula» fuese un continente, un reino, o una ciudad. ¿Por qué los elfos oscuros fueron expulsados de su hogar? ¿Por qué ellos quedaron atrapados en este castillo flotante? ¿Realmente que era este castillo, y por qué fue construido?

Más bien, nada de esa información tenía que ver con nuestro objetivo principal: terminar el juego y volver a la realidad. La única razón por la que comencé esta misión de campaña era por la cantidad de puntos de experiencia y las recompensas de alto nivel. No había afecto emocional hacia las fuerzas élficas oscuras. Si Asuna hubiese insistido, al principio me habría puesto del lado del elfo de bosque e ir contra Kizmel.

Calmé mi estallido de curiosidad repentino con un profundo aliento y continué mi marcha silenciosa detrás de la caballero.

Mientras nos acercábamos a las ondeantes banderas negras, la niebla de repente se aclaraba como si nunca hubiese estado allí, y mi campo de visión volvió a la normalidad.

Estábamos muy cerca del extremo sur del bosque; muros de rocas puntiagudas se extendían de izquierda a derecha. Un pasaje estrecho de apenas quince pies de ancho pasaba a través de la roca, pilares delgados a cada lado. En las astas se sacudían las banderas negras de referencia, adornadas con crestas de cuernos y espadas.

De pie ante las dos astas estaban los soldados elfos oscuros, orgullosos de sujetar espadas y vestir armaduras más pesadas que la de Kizmel – aunque bastante ligeras en comparación con la variedad disponible para los jugadores.

Nuestra compañera caminó hacia los guardias.

Cuando realicé esta misión en la prueba beta, Kizmel había muerto contra el elfo de bosque, y nuestro equipo de cuatro personas tuvo que acercarse a esos guardias sin ningún mediador. Pero esta situación era la que más me ponía nervioso. Asuna se inclinó hacia mí y susurró:

— Me gustaría saber si... no vamos a tener que luchar en este campamento, ¿o sí?

— No lo haremos... no debemos. Mientras no ataquemos a ninguno de ellos, al menos eso creo. O quizá solo cancelarán tu progreso y te expulsaran...

— Es mejor que no intentes descubrirlo –ella me miró, luego reunió su coraje y aumentó el ritmo–.

Afortunadamente, los guardias no hicieron nada malo, solo miraron con sospechas mientras pasábamos. Tras una corta caminata a través del pasaje estrecho, este se amplió hasta tomar la forma de un espacio circular de unas buenas cincuenta yardas de ancho. Alrededor de veinte tiendas de color negro y purpura con diversos tamaños llenaron el espacio mientras glamorosos elfos oscuros caminaban por el terreno – considerando todo, como una vista impresionante.

— Wow... el campamento es más grande de lo que era en la prueba beta – murmuré, fue lo suficientemente silencioso para que Kizmel no pudiese oír. Asuna me miró dubitativamente–.

— ¿Antes fue en un lugar distinto?

— Si, pero eso no es algo extraño. La mayoría de las ubicaciones relacionadas a la campaña son instancias temporales.

— ¿Ins...tancias?

Asuna había iniciado furiosamente su jerga de juegos durante el último mes, pero este era un término desconocido. Se lo fui explicando a medida que caminábamos hacia la tienda más grande al fondo del cañón.

— Se trata de una ubicación creada temporalmente para cada grupo que toma la misión, supongo que podrás decir. Mira, vamos a hablar con el elfo oscuro líder para avanzar con la misión, pero si otro grupo viene, eso lo haría complicado, ¿no es así? Algunas misiones son como la misión «Hierbas del  Bosque» del primer piso, y estas solo aíslan el área del acceso general si alguien habla con el NPC.

— Entonces... ¿estás diciendo que tú y yo hemos desaparecido temporalmente del mapa del tercer piso para mudarnos a esta base?

— Exacto –dije, impresionado por la velocidad de su entendimiento–.

Ella entrecerró los ojos y me dio una mirada seria.

— Podemos irnos cuando queramos, ¿no?

Los procedimientos habían estado bastante irregulares, pero el encuentro con el comandante de las fuerza de avance de los elfos oscuros fue calmado. Claro, era notablemente más fuerte que Kizmel, el comandante podría habernos cortado en segundos si algo iba mal.

Él estaba alegre con el regreso a salvo de Kizmel y la Llave Jade, otorgándonos recompensas y equipamientos considerables. Y aun mejor, tuvimos nuestra elección de diversos objetos. El sable decorado como la espada de Kizmel me cautivó, pero mi Anneal Blade +6 era más fuerte, por lo que elegí un anillo que aumentaba un punto a su fuerza. Asuna hizo una decisión similar, eligiendo un pendiente con +1 en agilidad.

El comandante terminó la iniciación de una nueva misión, el segundo extremo de la campaña, y Asuna y yo dejamos la tienda.

De vuelta al cañón verdoso, el tejado formado por el piso superior que actuaba como nuestro cielo había tomado el color del atardecer. Eran aproximadamente las cinco de la tarde. Ahora mis nervios se habían aligerado, la fatiga disminuía. Era tiempo de tomar el descanso del día.

Kizmel se estiró de una forma realmente natural y se volvió hacia nosotros, en sus labios había un rastro de sonrisa.

— Guerreros de la humanidad, permítanme agradecerles nuevamente su ayuda.

Espero que asistan a nuestra próxima operación.

— E-estamos muy alegres de ayudar.

— Ahora que lo pienso, aún no he escuchado sus nombres. ¿Cuáles son?

Nuevamente, mis ojos casi se salen de sus cuencas. Nunca antes un mob me había preguntado mi nombre – no, no puedo seguir tratándola como un monstruo.

Ella era un NPC.

— Um... mi nombre es Kirito.

— Ah, sus nombres humanos son difíciles de pronunciar. ¿Es...Kirito? –su entonación fue ligeramente extraña, por lo que me repetí.

— Kirito.

— Kirito.

— Perfecto.

Eso debió haber sido la secuencia del sistema para ajustar la pronunciación del nombre. Me alivié un poco ya que ella finalmente estaba haciendo reconocible como un NPC, miré a Kizmel repetir el proceso con Asuna.

Una vez que estuvo satisfecha de aprender la forma como se decían nuestros nombres, la caballero continuó: — Kirito, Asuna, por favor llámenme Kizmel. Les dejaré la elección de irse a ustedes. Si desean regresar a su pueblo humano, puedo enviarlos cerca de allí con otro encantamiento, o pueden pasar la noche en una de nuestras tienda.

Por fin, algo que va exactamente como lo recordaba –pensé. De vuelta a la prueba beta, tomé un considerable número de haps en las tiendas para ahorrar tiempo en el viaje de vuelta al pueblo. Las camas eran cómodas, la comida era buena, y lo más importante, ambas eran gratis. Solo duraban mientras la misión estaba activa, pero sería una lástima no tomar ventaja de eso tan valioso.

Asuna leyó mi mente como si fuese un libro. Con un exasperado encogimiento de hombros, ella respondió:

— En ese caso, estaremos agradecidos de aceptar su hospitalidad.

— Quizá deberías ahorrar tus agradecimientos. Después de todo...

Es verdad, así es como... espera, eso no es cierto.

En este punto, se nos concedió el uso de una tienda vacía, ya que su propietaria había muerto al inicio de la misión. En otras palabras, era originalmente la recamara de Kizmel que mis compañeros y yo (todos hombres) habíamos usado. Pero ahora la caballero estaba viva, lo que significaba...

—...sin una tienda adicional, necesitaran compartir la mía. Será un poco estrecha para nosotros tres, pero son bienvenidos.

— No, estamos felices de - ¿nosotros tres? Asuna se detuvo. Kizmel parecía esperar una declaración más definitiva, por lo que la relevé.

— Gracias. Estamos encantados de usarla.

— Bien. Estaré aquí dentro de la zona, por lo que si necesitan algo, llámenme. No vemos. La orgullosa elfa oscura se inclinó nuevamente y caminó hacia la tienda de comida. Asuna quedó congelada en el acto por tres segundos, luego se volvió hacia mí, su rostro pasó por tres expresiones distintas.

— ¿Es posible retirarse y que ella nos encante sobre el pueblo?

Tristemente, ya sabía la respuesta. Uno de nuestro compañeros en la prueba beta intentó hacer lo mismo. Como un beater, era mi trabajo transmitir la información en mis bolsillos.

— Um...no.

Al igual que la base-campamento, la tienda de Kizmel había sido actualizada significativamente desde la prueba beta.

La propietaria la había descrito como «algo estrecha para los tres», pero en realidad, seis de nosotros podía tener camas y sobraría espacio. Densas y lujosas pieles fueron esparcidas por todo el suelo, lo suficientemente cómodas para dormir hasta la mañana siguiente.

El material de la tienda que servía como muros era tejida y muy espesa, lo suficiente para bloquear todo sonido exterior. Frente al pilar central estaba una estufa de forma extraña que emitía brillo naranja y una calidez placentera. Caminé hasta el centro del espacio placentero y cómodo y me senté, suspirando con satisfacción. Perezosamente, elevé mi ventana y lentamente removí mi espada y los diversos objetos de mi armadura.

Cuando rodé sobre mi espalda, accidentalmente me encontré con la mirada fría de Asuna. La esgrimista dio unos pasos hacia mí y gentilmente tocó mi lateral con
la punta de su bota.

Me rendí ante su presión silenciosa, rodé y rodé hasta que me golpeé contra el muro izquierdo de la tienda, momento en el que Asuna se quitó la bota.

— Ese es tu lugar. Imagina que justo allí hay un borde –ella trazó una línea imaginara con su bota alrededor de un tercio del espacio de la tienda–.

Tenía que encontrarlo:

— ¿Y... que pasa si me atrevo a invadir tu espacio?

— Este campamento no está considerado como una zona segura, ¿o sí?

— Te he entendido fuerte y claro –dije, asintiendo en el suelo. Ella sonrió también y caminó hacia el otro extremo de la habitación. La tienda circular tenia aproximadamente veinticinco pies de ancho, por lo que era bastante distancia de muro a muro. La vi cruzar, luego remover su coraza y estoque, sacudir su cabello largo antes de sentarse sobre las pieles. Ella apoyó su espalda contra un pilar y pensó en algo momentáneamente antes de colocar sus botas largas en su inventario también–.

Asuna estiró sus pies largos y cubiertos por calcetines blancos, miró el techo, y dejó escapar un suspiró lento y firme. Cuando ella eventualmente me miró, yo estaba mirándola rudamente. Desvié rápidamente la mirada y hablé en voz alta.

— Entonces, etto, no me importa dormir afuera, si así lo prefieres. Tengo un saco de dormir y todo...

— Está bien, siempre y cuando respetes los límites –respondió, su voz fue sorpresivamente neutral. Yo lancé otra mirada por toda la tienda. Asuna estaba frotando las pieles en el suelo con su mano como si cambiara el tema a algo que había captado su interés–. Entonces, acerca de esta serie de misiones... aun no estoy muy segura del punto de todo esto. No es algo como si los elfos oscuros o de bosque sean buenos o malos, ¿cierto?

— ¿Eh? Um... sí, es cierto. Asumiendo que la esencia de esto es igual a la de la prueba beta, hay un piso arriba con un lugar llamado «El Santuario», con algún objeto increíblemente poderoso sellado en su interior. Y los elfos oscuros y de bosque están luchando por eso.

— Hmmm... ¿entonces esa llave en el bolso de hojas era para «El Santuario»?

— Si. Si mi memoria no me falla, hay seis en total, ocultas por todos los pisos, por lo que coleccionarlas es la prioridad de la misión.

— Ya veo... eso es lo que estaba imaginando. Dijiste que cuando interviniéramos en la lucha entre Kizmel y el elfo de bosque, podíamos elegir de qué lado estar, ¿no?

— Si.

— Eso significa que otros jugadores podrían elegir el lado de los elfos de bosque, y estar trabajando en el otro lado de la historia al mismo tiempo que nosotros, ¿no?

— Exacto –dije y finalmente comprendí a lo que Asuna quería llegar–. Oh, y te estas preguntando si nos encontramos con jugadores que trabajan con los elfos de bosque mientras hacemos la misión...

—...quizá terminemos compitiendo o luchando contra ellos –terminó, sus cejas se curvearon por la preocupación. Mostré una sonrisa torpe para calmarla.

— No te preocupes, no sucederá. No es como esas misiones en las que hay que matar cierto número de enemigos o reunir cierta cantidad de dinero, donde tienes que competir contra otros jugadores para alcanzar tu asignación total. Esas misiones con estilo lineal hacen que cada jugador o grupo tenga su propia independencia, um, whatchacallit1...

Traté de ponerlo de una manera que una novata en los MMO pudiese comprenderlo, pero Asuna ya lo había unido todo.

— Oh, ¿es como este campamento? Es decir, ¿un número de diversos grupos puede estar en diferentes partes de la historia y lograr finales completamente distintos?

— Si, esa es la esencia de esto. Por lo que no tenemos que preocuparnos por los grupos que siguen las misiones del campamento enemigo e intentan tomar los objetos de nosotros. No es como una de las partes complete la misión exitosamente signifique que el opuesto la pierda.

— Ahh...

Asuna asintió tras una posible comprensión, pero su expresión no se había aclarado de una forma que sugiriera que sus miedos habían sido eliminados. Ella se echó hacia atrás a una postura de asiento y cruzó sus piernas, enfrentándome directamente.

— ¿Algo sigue preocupándote?

— Ummm, no estoy segura si me preocupa o solo es difícil de captar. Si tienes razón, y este campamento... ¿instancia? Si existe una diferente para cada grupo que hace la misión, eso significa que el mismo número de Kizmels y comandantes existe también. Eso parece el tipo de...

— Ah, si...

Finalmente entendí la naturaleza de la confusión de Asuna; era la contracción más grande de misiones de un juego online. Normalmente, un incidente solo podía surgir una vez. Por ejemplo, en la misión «Hierbas del Bosque» del primer piso, la chica enferma Agatha solicitaba hierbas especiales de sanación que solo podían reunirse de plantas tipo monstruos. Yo me encargué – es cierto, no fue nada fácil – de reunir todos los materiales de la misión, la madre de Agatha preparó una
medicina con ellas, y la chica se recuperó.

Pero el siguiente jugador que visitó esa casa encontraría una Agatha enferma. Siempre y cuando hubiese jugadores que aceptaran la misión, ella estaba encerrada en un ciclo eterno de muerte dolorosa y recuperación.

La misión de campaña que Asuna y yo comenzamos era una versión expandida de ese concepto. Luego de veinte minutos de batalla, derrotamos al caballero elfo de bosque y salvamos la vida de Kizmel, pero como más jugadores tomaban la misión después de nosotros, docenas, si no centenares de Kizmels morirían, al igual que un número similar de apuestos elfos de bosque.

1 Es una expresión urbana de esos momentos en lo que se te olvida lo que ibas a decir, o no encuentras las palabras apropiadas para decirlo. No sé una forma exacta de llevarlo a español, por lo que lo coloqué tal cual salió en la versión inglesa. 

Pero eso era inevitable. Si cada misión solo estaba disponible por un solo jugador o grupo por el bien de la consistencia de la historia, el juego perdería toda su imparcialidad. Podría ser la única cosa para esquivar eso mediante la creación de un número infinito de misiones únicas, pero eso no era realísticamente posible – incluso para un genio loco como Ahikiko Kayaba.

Cuando terminé de explicarle todo esto a Asuna, ella asintió lentamente agradeciéndome la información, pero sospeché que ella lo había sabido todo el tiempo. Al igual que ella, había algo sobre esto que iba mal conmigo. Después de todo, para un NPC relacionado a eventos, Kizmel era completamente humana – o élfica.

Un único y quejumbroso cuerno sonó dentro del campamento. Verifiqué mi reloj y vi que ya eran casi las seis de la tarde. Plagado por el sueño y el hambre en partes iguales, me preguntaba a cuál de las dos dirigirme cuando la solapa de la entrada de la tienda se levantó.

Era Kizmel, la propietaria de la tienda. Ella estaba vistiendo su brillante armadura de metal y una enorme capa. Asuna y yo hábilmente no pusimos sobre nuestros pies. Kizmel nos miró a cada uno y dijo:

— Me temo que no puedo ofrecerles mucho en este humilde campamento, pero ustedes son libres de usar esta tienda cuanto deseen. La tienda de alimentos les servirán comida cada vez que lo necesiten, e incluso hay una tienda para bañarse.

— ¿Tienen un baño? –Asuna repitió rápidamente. Kizmel asintió y apuntó a su izquierda–.

— Está junto a la tienda de comida. De nuevo, está completamente a su disposición.

— Gracias. Ciertamente voy a aprovecharlo bastante –Asuna dijo sin duda alguna, inclinándose ante Kizmel y dirigiéndose hacia la solapa de la tienda sin siquiera volverse para mirarme–.

Kizmel caminó un poco más al interior de la tienda y dijo:

— Creo que tomaré un descanso. Solo hablen si necesitan algo.

Yo aún estaba perezosamente contemplando si debía priorizar la comida y el sueño cuando Kizmel se detuvo junto a la estufa y colocó su mano en la gran gema que actuaba como sujetador en su coraza.

Con un extraño tintineo, su armadura, capa, y sable desaparecieron en partículas luminosas. Todo lo que quedó detrás fue una prenda interior única que brillaba como la seda. Estuve tan sorprendido que no pude desviar la mirada. Había una dimensión corporal distintivamente no-élfica debajo del atuendo metálico – quizá eso era lo que la hacía una elfa oscura...

De repente, una mano me sujetó la parte posterior del cuello y una voz helada alcanzó mi oído:

— Deberías tomar un baño también. Debes haber sudado durante la batalla contra el jefe.

...bueno, ciertamente estoy sintiendo un sudor frio en este momento.

Una fuerza irresistible me arrastró hacia atrás a través de la entrada de la tienda.

Afuera, el campamento élfico oscuro parecía mucho más fantástico de lo usual con la transición del atardecer al anochecer.

Por todos lados de la base había jaulas de malla de acero con diseños elegantes que mantenían llamas moradas y silenciosas. Una melodía de laúd controlada estaba sonando de una de las tiendas, a la cual los grillos en el pasto agregaban su propia harmonía.

Incluso las risas de los soldados venían de la enorme tienda de cenar y los martillos resonando de elfos herreros parecían como instrumentos musicales añadidos a la presentación. Caminé detrás de Asuna, concentrado en los sonidos desconocidos de los campamentos no-humanos. De repente, recordé una misión muy importante y hablé a la parte de la túnica que iba adelante.

— Eh, Asuna.

— ¿Qué?

Ella disminuyó el paso y así pude situarme junto a ella, pero no dejó de caminar.

— El herrero NPC de aquí es de alto nivel, por lo que podemos mejorar tu arma al máximo mientras podamos.

— ¿...al máximo? ¿Estás seguro? –ella respondió dudosamente. Ella debió haber recordado la escena donde su espada favorita inevitablemente se rompía ante sus ojos hace un par de días. Claro, esa solamente era una sustituta cambiada con la modificación de Cambio Rápido, pero ella no lo supo en ese momento. Esa conmoción intuitiva aun permanecía en su memoria–.

Asentí vigorosamente para tratar de calmarla:

— Podrías no tener un cien por ciento de probabilidades de éxito, pero solo un par de materiales aumentaría su nivel al máximo. Si podemos alcanzar tu +6, eso podía durarte hasta la mitad de este piso.

Asuna compró su amada Wind Fleuret justo antes del encuentro estratégico para el raid del jefe del primer piso. Estadísticamente, ya no cortaría en este tercer piso, pero si se mejoraba por completo – cada uno de sus intentos limitados de mejora eran exitosos – podría ayudarle un poco más.

Para mí, esta era una extraña priorización del sentimiento sobre la eficiencia. Pero para mi sorpresa, Asuna bajó la mirada y lo pensó. Sus dedos se movieron a lo largo de su cintura, como si buscara la funda de su estoque que actualmente estaba dentro de su inventario.

— ¿...recuerdas lo que dijiste antes? ¿Sobre fundir una espada para usarla como material para una nueva?

— Ah... si, si lo recuerdo.

— ¿Podría hacerlo aquí, con ese herrero?

— C-claro, si quieres, pero...

Asuna finalmente dejó de caminar y se volvió hacia mí, haciéndome entender que yo ya me había detenido. Había un extraño rastro de sonrisa en su rostro.

— Gracias por la preocupación. Pero si vamos a correr el riesgo de mejorar una espada que voy a poder usar en un par de días, prefiero que surja aquí.

— Ya veo –si esa era la forma como se sentía Asuna, no era mi momento para decirle algo más–. Está bien. Estoy seguro que se creará una espada poderosa.

Bueno, vamos a ver la tienda del herrero...

Me dirigí a otra dirección y Asuna sujetó mi camiseta.

— ¡El baño está primero! 

No recordaba si el campamento tenía un baño durante la prueba beta. Incluso si lo tenía, ninguno de nuestro grupo de cuatro se logró preocupar por usarlo. Si queríamos tomar un baño, simplemente nos desconectábamos y tomábamos uno en el mundo real. Si alguno de nosotros dormía en las tiendas, era para disfrutar la experiencia de acampar, más nada.

Incluso ahora que estamos atrapados aquí permanentemente, no era muy devoto a la idea de bañarme, pero claramente era una prioridad por mi compañera temporal.

Quizá si hubiese un manantial mágico que poseyere su propio efecto burbujeante... pero en ese caso, saltaría con la ropa puesta. La sensación de estar mojado era incomoda y agregaba un poco de peso, pero se disipaba antes de salir del agua.

Ya que este baño era un favorito para los elfos oscuros, quizá tenía algo de efecto mágico propio. Por otro lado, podría tener algún efecto de truco negativo, tal como hacer que tus orejas adoptaran una forma puntiaguda conforme estuvieses dentro del agua...

Asuna y yo llegamos a una pequeña tienda detrás del área de cena mientras estúpidamente me imaginaba los efectos de los baños élficos. Nos detuvimos y nos miramos el uno al otro – solo había una entrada a la tienda de bañarse, y no había ninguna solapa que designara el área masculina o femenina.

—.....

Asuna silenciosamente dividió las solapas para inspeccionar el interior, luego sacó su cabeza:

— Allí dentro solo hay un baño.

— Ya veo.

Incluso como un nerd de la escuela media, sabia completamente que no debía bromear con que eso significaba que teníamos que bañarnos juntos. Me enserié tanto como pude y retrocedí.

— En ese caso, iré a la otra habitación comeré algo mientras te bañas. Tómate tu tiempo, y yo volveré cuando...

— Yo pregunté esto antes, pero ¿estás seguro de que este lugar está fuera de la zona de prevención de crimen?

Parpadeé un par de veces, perplejo por esta pregunta aparentemente sin relación, luego asentí:

— Si, así es...

— Eso significa que sería peligroso remover todo tu equipamiento aquí.

— B-bueno, en un sentido general, sí...

— En ese caso, tiene sentido que uno de nosotros vigile la entrada mientras el otro se baña. Podemos lanzar una moneda para ver quien irá primero...

Finalmente comprendí la preocupación de Asuna. Ella no estaba totalmente asustada de un ataque repentino por monstruos o jugadores enemigos, sino de la posibilidad de que los elfos oscuros masculinos en el campamento espiaran mientras ella se bañaba. Parecía algo estúpido preocuparse por los NPC, pero aun así pude ver su idea.

Aceptando que fue mi culpa que Argo la proveedora de información entrara en el baño mientras Asuna se bañaba antes, era mi deber hacer frente aquí. Llegué a esa conclusión en el intervalo de un segundo y asentí para calmarla.

— Comprendo. Iré en segundo lugar; ve tú primero.

— Gracias –Asuna sonrió y desapareció dentro de la tienda a una velocidad cegadora. En el corto momento en el que la solapa se levantó, vi una bañera elaborada elegantemente completamente llena con agua de color verde pálido. La única cosa que separaba el área de baño con el mundo exterior era una simple puerta de tela que se movía con el viento–.

Era fácil ver por qué una chica se sentiría incierta de bañarse por su cuenta en tales circunstancias. Si fuese tan mal, ella probablemente no necesitaría tomar un baño virtual, pensé, pero ella tenía sus propias prioridades. En un mundo donde la muerte rondaba por cada esquina, tenía que haber alguna forma de relajarse y dejar que todo el estrés acumulado se fuera.

Necesitaba encontrar mi propia forma de refrescarme mientras estábamos aquí dentro de la seguridad de este campamento.

Me senté y me apoyé mi espalda contra el pilar de soporte. Desde más allá de la simple capa de lienzo, escuché dos sonidos silbantes. Esos tenían que ser los comandos de remoción del atuendo, luego la ropa interior. Hubo un chapoteo, luego un suspiro contenido.

— ¿...como alguien puede relajarse de esa forma? –gruñí, crucé mis brazos, y
adopté la posición Zen al sentarme–.

SAO tenía una habilidad de Meditación pero no una habilidad Zen especifica. Sin embargo, me enorgullecí de mi capacidad para aumentar mi concentración. Podría no ser capaz de relajarme completamente aquí, pero al menos podía dedicar mi mente a las futuras creación de elecciones y vías de mejorar el equipamiento...

— Mmm-mmm-mm, hmm-hmm –vino un débil tarareo a mis oídos, obstruyendo toda la concentración–.

En este punto, parecía que la única solución posible solución a este dilema era si el pilar fallaba en soportar mi peso, enviándome hacia atrás al interior de la tienda.

Pero el espeso tronco estaba firme, pegado rígidamente al suelo.

El asalto mental del chapoteo y tarareo continuaron incesablemente durante treinta minutos.

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