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progressive 2 capitulo 5

Capitulo 5
Concerto of Black and White

— Estamos completamente conscientes de que nuestra solicitud es irrazonable –entonó el hombre que blandía la cimitarra, su largo cabello azul atado en forma de coleta – Lind, ahora el primer líder del gremio oficial DKB (Dragon Knights Brigade) –.

— Pero necesito que entiendan esto. Ahora la mayoría de los jugadores en el juego se han dividido en dos campamentos, es imperativo que nuestros dos gremios se mantengan eternamente en buenos términos, trabajando juntos con el fin de culminar el juego.

Comparado con el último caballero Diavel, quien lideró la fundación de los DKB, la expresión de Lind y su forma de hablar era firme y extraña, pero había cierta dignidad para él, tan capacitado, un hombre que lideró su gran grupo por diez días enteros.

El cabeza puntiaguda Kibaou, líder de los ALS (Aincrad Liberation Squad), el otro gremio oficial, estaba también en el escenario. Pero a diferencia de Lind, él estaba en silencio, sentado de piernas y brazos cruzados en una silla. Luego del dialogo de Lind, él se sentó, con la boca torcida pero cerrada rígidamente.

Las palabras de Lind no tenían significado para Kibaou. La mirada aguda del guerrero de la cimitarra no estaba apuntando a los DKB o ALS, sino al verdadero excluido de todos los excluidos existentes, el único beater que públicamente había admitido su participación en la prueba beta.

YO.

Alrededor de cinco horas y media antes, nuestra energía y motivación se regeneraron luego de la siesta en nuestra elevada (de muchas maneras) habitación de posada, Asuna y yo descendimos las enormes escaleras – esta vez sin correr – reabastecimos de comida y pociones, y comenzamos todas las misiones sencillas disponibles en Zumfut antes de dejar el pueblo. No regresar al campamento élfico oscuro, sino bajar al negocio sucio de ganar experiencia.

Ganar experiencia en un RPG era prácticamente un trabajo, y cada jugador tenía el suyo o alguna manera propia cercana. La mayoría podrían estar categorizadas como Quest-First, o Hunt-First. La primera se desarrollaba a través del mapa, completando y convirtiendo las misiones en experiencia extra. La ultima encontrar lugares de campamento con las mejores tasas de regeneración de monstruos, asesinarlos una y otra vez por puntos.

En todo caso, yo fui uno de los tipos Hunt-First, pero comencé a cambiar mi forma de pensar luego de la batalla contra el jefe del segundo piso. En la prueba beta, la batalla terminó con el Coronel Nato y el General Baran, pero la llegada de King 

Asterios y su terrible aliento relampagueante casi llevó a nuestro grupo de raid a la ruina. Si Argo la Rata no hubiese completado todas las misiones locales y notado la posibilidad de que un nuevo jefe fuese sido agregado, entonces lo más probable era que Lind, Kibaou, Asuna y yo hubiésemos muerto. El dinero, los objetos, y la experiencia no eran las únicas cosas que había que ganar en una misión.

Pero claro, farmear monstruos una y otra vez también te daba algo además de col y experiencia. Le proveía al jugador las actuales habilidades – la experiencia de práctica en la batalla. En este VRMMO, donde el combate era llevado a cabo por el movimiento del personaje como si fuese el cuerpo real, este tipo de experiencia era tan importante como el tipo numérico, si no más que eso. Incluso el número de velocidad de ataque era el mismo en sus menús, la velocidad de iniciación de un experto en una habilidad de espada y uno nuevo en ella era, de hecho, sutilmente distinta. También era crucial que la habilidad del jugador para mantener distancia y sentir el peligro.

Por eso era que Asuna y yo acordamos mutuamente adentrarnos en el bosque, dejar de batallar en lugares particularmente afectivos mientras trabajábamos en completar las diversas misiones de recolección y caza del pueblo. En las cinco horas antes del atardecer, asesinamos incontables mobs, convirtiéndolos en polvo poligonal. Luego de convertirlas en siete misiones completas cada uno, yo llegué a nivel 15, y Asuna había subido dos para llegar al nivel 14.

Cansados y satisfechos, nos satisficimos con una tostada en una taberna. A diez minutos antes de las cinco de la tarde, nos dirigimos al primer encuentro de estrategia del tercer piso.

Ya había una multitud de jugadores reunidos en la zona de la asamblea similar a un tazón entre los tres baobabs gigantes. Vi el rostro familiar y amigable de Agil, el guerrero de hacha, por lo que lo saludé y recibí unos cuantos regaños porque Asuna y yo aún estábamos en un grupo. Yo solo había prometido darle la Alfombra de Vendedor de Nezha, la cual aún estaba en la posada allá abajo en el segundo piso, luego la campana sonó indicando las cinco de la tarde. El soporte y la lengua de las campanas de Zumfut estaban talladas directamente en los troncos de los baobabs, y estas tenían un suave y placentero sonido forestal. Me senté en la esquina mientras la nostálgica melodía del acercamiento de la noche sonaba, luego aplaudí entre el grupo cuando Kibaou y Lind aparecieron en la podio juntos.

Incluyendo a los dos en la plataforma, conté cuarenta y dos participantes en este encuentro. Habían sido cuarenta y siete (en realidad, cuarenta y ocho) en la batalla del jefe del segundo piso el día anterior, por lo que éramos un grupo completo. Los seis que no se presentaban eran los Legend Braves.

La razón por la que ellos no hicieron tanta resonancia en la batalla a pesar de no cumplir con el nivel medio del grupo raid fue el efecto de su armamento increíblemente poderoso. Pero ellos confesaron que habían conseguido el dinero para el equipamiento mediante una estafa y donaron su equipo al resto del grupo. Eso tomaría algo de tiempo para que ellos pudiesen recuperar la fuerza para unirse a los jugadores de la línea delantera, pero con el suficiente poder de voluntad, ellos regresarán.

Mientras tanto, Lind y Kibaou terminaron su pequeña introducción, y el verdadero encuentro comenzaría.

La primera orden del día era un anuncio oficial de que los equipos azul y verde, las agrupaciones más grandes de jugadores dentro del raid, ahora eran gremios reales. Yo estaba más impresionado que los demás. Eso tomó unos cuantos recados, cazas, colecciones y eventos de batalla para conseguir el sigilo necesario para el gremio – aunque aún era mucho menos trabajo del que tomaba completar la misión de campaña de guerra élfica. Me pareció recordar que en la prueba beta, tomaría veinte horas de juego promedio para completar la cadena de misión de gremio. Solo había pasado un día desde que abrimos este piso, por lo que Kibaou y Lind no debieron haber comido no dormido para terminarla. Incluso Lind debió haber estado sorprendido de que el Liberation Squad haya mantenido la paz con los Dragon Knights, dando su molestia al conocimiento beta.

Ahora iba la revelación de los nombres oficiales y acrónimos de los gremios, las actuales listas de miembros, y un casting para los nuevos rostros. Sin embargo, las únicas personas en el grupo de cuarenta y dos que no estaba aún afiliada con ninguno de los dos grupos eran Agil, sus tres amigos, y Asuna y yo.

Yo no tenía intenciones de unirme a ningún gremio, claro, y Asuna dijo que tampoco estaba interesada, y sospeché lo mismo de Agil. Cuando ninguno de los seis levantó una mano, esperé que la fase uno del encuentro terminara.

Pero en lugar de eso, Lind, líder de los DKB, hizo un anuncio bastante inesperado.

— Me gustaría que las puertas de mi gremio permanezcan abiertas tanto como puedan. Nuestro único requerimiento esta vez es que el jugador sea al menos de nivel diez.

Kibaou se levantó abruptamente, se situó junto a él y gritó:

— ¡Nivel nueve para nosotros!

Una vena azul brevemente se marcó en la frente de Lind, pero luego recuperó su compostura y continuó hablando:

— Todos los participantes en este encuentro quienes no se han unido a ningún gremio debería cumplir con los requerimientos. Si simplemente levantan una mano, será cálidamente bienvenido. Sin embargo, hay una condición que aplica solo para ciertas personas. Esto fue decidido luego de una discusión entre Kibaou y yo. 

Esta vez fue el turno de Kibaou de mirar confundido pero se resignó. En ese punto, yo aún miraba alrededor, curioso de quienes necesitarían las condiciones especiales. Por eso cuando Lind se me quedó viendo fijamente, casi caigo de las escaleras de la asamblea.

— Kirito –dijo, con voz rígida. Finalmente, comprendí de qué iba todo esto. Él quería dejar claro de que no podía unirme porque era un beater. Esto no llegó como una sorpresa, de todas formas yo no pensaba unirme–.

— Si, ya lo entendí –comencé a decir. Pero la mirada de Lind se giró a la izquierda, y pronunció otro nombre–.

—…y Asuna.

Los hombros de Asuna temblaron, su rostro oculto tras su capa. Aunque a pesar de estar sentado junto a ella, yo no podía ver su expresión.

Lind nos miró a los sentados en silencio, luego aclaró su garganta entes de continuar.

— Antes de que sean aprobados a entrar a nuestro gremio, hay una condición superior al nivel requerido. Uno de ustedes debe entrar al DKB, y el otro debe entrar al ALS.

— ¿…uno cada uno? –repetí, sin entender su idea. Asuna no mostró reacción–. Lind aclaró su garganta otra vez y explicó rápidamente.

— Como se dejó claro ayer durante la batalla contra el jefe, tú y Asuna están por encima de cualquier otro en nuestro grupo general. Ustedes dos se hicieron con el bono del Ultimo Ataque de los tres jefes con lo que luchamos, era obvio. No recuerdo esto para criticarlos, claro está. Pero el tener que unirlos a ambos en cualquier gremio no es beneficioso para nosotros. Nuestras fuerzas combinadas son vagamente iguales por ahora, y si ustedes se unen a cualquier lado provocarían un daño severo a ese balance.

La frente de Kibaou esta vez fue la que mostró una vena pronunciada, probablemente porque tomó como ofensa la idea de que sus equipos eran iguales por ahora. Escuché la explicación del líder del primer gremio en SAO sin prestar mucha atención.

— Estamos conscientes de que nuestra solicitud es irrazonable. Pero necesito
que entiendan esto…

Mi primer pensamiento fue ¿Qué tan serios están siendo?

Las demandas de Kibaou y Lind solo tenían un objetivo: querían que Asuna y yo nos uniéramos a gremios separados, si elegíamos hacerlo. Pero el «si» condicional era un fallo tota. No tenía intención alguna en unirme a ninguno de los grupos. Lind debió haberlo sabido al comenzar con esto, y para Kibaou el darme la bienvenida a su gremio estaría retando su motivo de antagonismo para todos los primeros beta testers.

Ellos no necesitaban hacer este show completamente público. Una simple pregunta de: «¿quieren unirse a un gremio, sí o no?», habría acabado con el asunto. En lugar de eso, los miembros tanto de DKB y ALS susurraron entre ellos mismos con nerviosismo, y Agil tenía sus manos extendidas, sacudiendo su cabeza con lo irracional de todo esto. Nada de esto reflejaba bien a Lind. ¿Cómo podría beneficiarlos esta decisión?

Mi mente estaba llena de simplemente por símbolos de interrogación, pero Lind parecía estar esperando por una respuesta, por lo que me sentí obligado a levantarme y hablar:

— Ummm… odio tener que decir esto luego que dijiste que estábamos por encima de los demás, pero no tengo planes a futuro de unirme a ningún gremio. De hecho, supongo que ambos ya estaban esperando esta respuesta.

Kibaou resopló dramáticamente, y Lind parecía dudar de su auto-conciencia, pero su conocida expresión dura volvió a notarse rápidamente.

— Comprendo. Por cierto, ¿podría conocer tus razones por la que explícitamente has elegido no entrar a un gremio, conociendo las circunstancias?

— ¿Eh? Um…

No estaba seguro de lo que él quería, o de cómo responder.

Por «conociendo las circunstancias», ¿se estaba refiriendo al estado actual de SAO? Lind parecía estar asumiendo que fundar un gremio era la solución ideal para los objetivos ideales y contradictorios de «completar el juego» y «sobrevivir». Basado en esa premisa, su punto de vista no se igualaba al mío, pero yo no disponía del tiempo o la obligación de explicarle toda mi filosofía a él.

— No está basado en alguna elección grande o explicita. Simplemente no es mi estilo… es todo.

— Ahh. Entonces lo que quieres decir es que no tienes intención alguna de unirte o liderar un gremio por los momentos.

Ahora fue mi turno para fruncir el ceño:

— Claro, puedes verlo de esa forma. Si no pienso ser un miembro de gremio, es
lógico que tampoco quiero la responsabilidad de ser un líder…

…aja, entonces así es como lo es todo. 

Algo en lo que dije ocultó las verdaderas intenciones de Lind. Él estaba intentando arrastrarme para hacer de este anuncio una audiencia pública. Él quería destruir la creación de un tercer gremio justo antes de que sucediera.

Pero era una forma trivial y difícil de llegar a eso. ¿Quién iba a dar el primer paso y unirse a un gremio llamado «Black Beaters»? Él solo podría haber preguntado,
«¿piensas fundar un gremio, sí o no?». Demonios, si el simplemente me hubiese ordenado el no iniciar un gremio, yo habría aceptado alegremente.

Por otro lado, podía entender que él estaba preocupado por la posibilidad de que si yo era excluido desde el principio, podría crear mi propio gremio por rencor. Esta forma prudente e indirecta de hacer las cosas me recordaban fuertemente a alguien más, el líder original de los precursores azules de DKB, Diavel.

Tres veces antes de que lucháramos con el jefe del primer piso, recibí una oferta para comprar mi Anneal Blade a través de Argo la Rata. Las ofertas venían de Kibaou, quien había sido un lobo solitario en esa época, pero fue Diavel quien le daba las órdenes. Diavel quería el bono del Ultimo Ataque en Ilfang The Kobold Lord, con el fin de obtener las riendas del liderazgo. Por lo que solicitó remover su mayor obstáculo – yo – comprándome mi arma y alejándome. Nuevamente, fue una manera muy compleja de llegar a ello. Si el solo me hubiese pedido que le dejara el LA, yo probablemente habría aceptado – por un precio, claro está.

No pensé que Lind estuviera al tanto de las conspiraciones de Diavel, ni ese tiempo ni ahora. Se trataba de mitad coincidencia y mitad imitación a la forma de Diavel que llevaron a Lind elegir esa estrategia.

De repente comprendí que él todavía me estaba mirando seriamente desde el podio.

Aunque habían transcurrido diez días desde nuestro primer encuentro, sentí que este era el primer momento en que realmente lo miraba a la cara. Lind siempre parecía más débil, muy distinto a cuando estaba junto a Kibaou, pero sus ojos agudamente inclinados tenían una poderosa fuerza detrás de ellos en este momento.

Hasta donde yo sabía, él nunca dejaba que sus emociones más básicas y desagradable explotaran en público desde esa ocasión: cuando solicitó saber por qué yo dejé que Diavel muriera, justo después de la batalla con Ilfang.

La siguiente vez que lo vi, Lind se había teñido el cabello de azul y usaba una armadura plateada, tal como el último caballero, y asumió el control del equipo azul. Quizá eligió ese camino por respeto a Diavel, o por sentimiento de rivalidad, o deseo de superar a su mentor. Quizá él realmente quería ser Diavel.

Esa tercera opción parece ser un poco ruda, Lind –pensé–.

Diavel era un hombre de contradicciones, alguien que pedía dirigir a los mejores jugadores en el juego mientras ocultaba el hecho de que era un beta tester. Él estaba jugando el rol de que podía fácilmente verse subiendo por su propio petardo, pero eso también lo hacía fuerte y un individuo fascinante

Se me ocurrió que si SAO no se hubiese convertido en una trampa mortal como lo era ahora, él habría sido un gran jugador PvP. El nombre Diavel viene de la palabra italiana de «diablo», Argo me lo dijo, pero si esa era la razón detrás de la elección de su nombre, ¿Qué lo llevó a auto-denominarse un caballero? No lo sabía, claro, y fingí que yo era una desgracia para su memoria.

De cualquier forma, Diavel dejó Aincrad completamente si revelar un número de verdades a sus amigos, y Nadia podía llenar el vacío de su ausencia.

Como si sintiera mi línea de pensamientos, la mirada de Lind se agudizó más. Continuó:

— Entonces no tienes intenciones de verte involucrado en ningún gremio. ¿Estoy en lo correcto, Kirito?

— Claro, así es. Aun seguiré formando parte en las batallas contra los jefes, claro… asumiendo que me lo permitan.

El líder de gremio asintió un par de veces ante mi respuesta:

— Entendido. Discutiremos el asunto del jefe en el próximo encuentro. Eso es todo lo que quería saber.

Suspiré de alivio una vez que su mirada se alejó de mí y me senté en las gradas de piedra.

Seguidamente, él se volvió hacia el grupo de Agil para preguntarle si tenían alguna intención de unirse a cualquier gremio, pero los cuatro declinaron. Me parecía que ellos iban a formar su propio gremio, pero Lind no les preguntó nada. Al final, los DKB y los ALS se hicieron con unos dieciocho miembros, pero a medida que incrementaban los rangos de los jugadores de la línea delantera, eso era un desarrollo de bienvenida.

Estoy alegre de que haya terminado –pensé para mí mismo, luego comprendí algo–.

Había respondido por mí mismo durante la interrogación pública, pero nunca lo consulté con Asuna para ver cómo se sentía. Ella tenía su capucha tan baja y estaba tan tranquila, parecía como si estuviese probando su habilidad de Esconderse, y yo olvidé totalmente su presencia. Lind me preguntó a mí y a Agil; ¿por qué él no lo consultó con Asuna también?

Me volví para mirarla. Sus manos y piernas estaban perfectamente quietos y alineados, tal como se sentó durante el primer encuentro en Tolbana. El perfil que vi espiando desde la capa era calmado, y ella no parecía estar disgustada. 

— Etto… –comencé, luego me tragué lo que estaba a punto de decir. Había una llama ardiente en sus entrecerrados ojos–.

Ella estaba más que un poco disgustada.

El único jugador que podía realizar el mayor daño por segundo de todos los cuarenta y dos que habían presentes estaba ardiendo con una flama tan pura que amenazaba con consumir toda su existencia.

— Pasemos al siguiente  tema. Me  gustaría  pedirle a  Kibaou  que  lidere la ceremonia ahora.

Kibaou se puso de pie. Sintiendo que finalmente era su turno, pero yo no lo estaba observando. Mis ojos estaban congelados en un lugar aleatorio en el espacio, ni en el escenario ni en el rostro de Asuna.

Habíamos sido miembros de grupo y compañeros de viaje durante los últimos días. Incluso yo podía sentir que ella estaba increíblemente enojada.

Pero no pude discernir inmediatamente el motivo: debían existir tres razones potenciales: (1) yo, (2) Lind, (3) Kibaou. Pero no tenía ni idea de cuál de los tres era.

La razón número (3) probablemente estaba descartada. Asuna no pensaba mucho de Kibaou – cuando casi nos cruzábamos en su camino en la cueva esta mañana, ella mostró una expresión de disgusto – pero todo lo que él hizo en este encuentro fue presentarse a sí mismo, luego se sentó en la silla todo el rato.

Quería creer que la razón (1) no era cierta. Era un error de mi parte declarar que no tenía intenciones de unirme a un gremio sin siquiera ver como se sentía ella primero, pero ella probablemente habría interrumpido y dejar bien claro su ira si ella realmente se sentía de esa forma. Además, las llamas abrazadoras en sus ojos estaban entrenadas a un punto directamente sobre el escenario a docenas de pies de distancia.

Basado en el proceso de eliminación, el objetivo de su mirada tenía que ser el (2) Lind. Siendo más precisos, era algo en el dialogo del líder de los DKB que la había enfurecido.

Incluso si consideraba esas opciones, Kibaou estaba teatralmente gesticulando ante el público.

— ¡Escuchen, estamos buscando terminar este piso en el transcurso de una semana! ¡Eso significa llegar al laberinto en cuatro días y atacar al jefe en otros dos!

¡Nuestra mejor opción para hacer que esto suceda son números! ¡No podemos mantener este ritmo con solamente cuarenta y tantos compañeros en cada momento! ¡Tenemos que salir allá y reclutar compañeros que quieran hacer algo con este maldito juego! 

Los miembros del público vestidos de verde rugieron con la aprobación de este anuncio. Incrementar la fuerza del grupo de la línea delantera era una tarea crucial, estar seguro, pero tener nuevos miembros e incrementar la velocidad de nuestra conquista eran objetivos contradictorios. Mientras más duro intentaran estos dos gremios en ir al frente, más dejaban en el polvo a aquellos que quedaron en el Pueblo de los Inicios. Los Legend Braves de Orlando habían intentado esas estafas de mejoras específicamente para cerrar esa brecha desoladora de niveles entre ellos y los mejores jugadores.

Pero aparte de eso, yo tenía un asunto de más presión en este momento. Necesitaba prevenir que Asuna desgarrara a Lind. Ella se estaba manteniendo bajo control por ahora, pero al momento que el encuentro termine, ella podría dirigirse hacia él y confrontarlo. Los demás miembros de los DKB se enfurecerían, y eso cerraría el libro en su elegibilidad de unirse a los gremios, los cuales le darían la bienvenida amablemente si ella lo pidiese.

Volví mi vista lejos del extendido dialogo de Kibaou, me vi hacia mi izquierda, y me fortalecí para hablar. Pero antes de poder hacer que las palabras salieran, su voz surgió desde la capucha, tensa y grave:

— No puedes detenerme. He sido capaz de resistir lo que ha dicho antes, pero esta vez él cruzó la línea, y voy a decir lo que pienso.

—…por «esta vez», ¿te refieres a cuando dijo que teníamos que unirnos a gremios separados? –pregunté, solo para estar seguro, pero Asuna no respondió con un sí o no – probablemente porque estaba pensando en irse sin decirlo – y continuó, su voz se hizo mucho más tensa–.

— Ya sea que quiera unirme a un gremio o no, y con quien esté perdiendo el tiempo o no, son decisiones mías. Yo podría ser capaz de aguantar su actitud y su dialogo, pero puedo decir que en el fondo, él cree esto como su trabajo para guiar a los otros y decirles lo que tienen que hacer. Él cree que darle a la gente órdenes rígidas al final será para su beneficio. Él incluso cree que está haciendo algún tipo de auto-sacrificio.

Sentí un sudor frio recorrer mi espalda, aunque sabía que ella no estaba hablando de mí. Si alguna vez me entero de que alguien dijo esas cosas sobre mí, la crítica fulminante me pondría de mal humor en la habitación de una posada por una semana.

Pero si la observación de Asuna era segura, entonces el esquema complicado de Lind para prevenir que yo fundara mi propio gremio no era para aumentar su propio liderazgo de la base del jugador, sino como un intento de guiarme al lugar apropiado como un jugador. Él pensaba que llevando un uniforme azul y formando parte de la Comunidad de la Línea Delantera me reformaría. Había renacido de beater rechazado a miembro respetado. 

Eso de hecho excedería los límites de su responsabilidad, pero por otro lado, sentí que Asuna podría estar pensando las cosas demasiado. Ella continuó como si escuchara fuertemente mis pensamientos.

— Se de lo que va esto. He estado escuchando esas palabras en otro lado desde que era una niña.

— ¡….!

Contuve el aliento. Asuna casi nunca hablaba de su vida en el mundo real – de hecho, esta era la primera vez.

Ella había descrito su motivo de tomar su espada y dejar el Pueblo de los Inicios como: «Para ser yo misma». Yo probablemente no entendí completamente lo que significaba esa frase, pero su resistencia a las órdenes de Lind significaba que ellos querían prevenir que Asuna fuese ella misma. Y eso tenía que ser más importante para ella que perder el tiempo en un gremio ambicioso.

Sin embargo.

Sin embargo…

Aunque yo estaba perdido en mis pensamientos, el dialogo apasionado de Kibaou estaba alcanzando su clímax. Él nos retó a establecer el próximo pueblo como nuestra meta para mañana y leer las piezas de información más importantes desde la última edición de la guía estratégica de Argo. Incluso el anti-tester Kibaou vagamente era capaz de aceptar las guías como «fuentes secundarias de confianza». Se sentía terriblemente conveniente para mí, pero si eso ayudaba a justificar la posición de Argo en ser independiente del público de la línea delantera, entonces era algo bueno.

Aun así, era importante prevenir cualquier situación en la que Asuna pudiese arrastrar la ir de los demás. El dialogo de Kibaou iba a acabar, y ella se estaba preparando para ir tras Lind tan pronto como finalizara.

Asuna tenía cualidades que yo no poseía. Ella tenía las cualidades de un líder destinado a guiar a un gran número de jugadores. Yo no quería dejarla desaprovechar esa posibilidad por antagonizar a la mayoría presente en el comienzo del juego. Por otro lado, ya yo había hecho esas cosas justo después de la batalla del primer jefe…

De repente comprendí una verdad muy importante y contuve nuevamente mi aliento.

No era coincidencia. Este enfrentamiento con Lind, el auto-nominado líder de la mayoría de jugadores en el juego, era inevitable. Siempre y cuando Asuna trabajara conmigo, estaba garantizado de que sucediera hasta ese punto, y Asuna como mi compañera, ganó una ventaja sobre los demás jugadores de la delantera. ¿Que era ese era el Chivalric Rapier en su cintura sino una prueba de ese hecho?

Me sentí decepcionado y airado de apenas comprender esa verdad tan obvia, así como también una incertidumbre muy fuerte. Me mordí el labio.

Sobre el escenario, Kibaou dramáticamente dedicó una mirada de círculo completo a las gradas de encuentro, y se preparó para terminar.

—…y esa es la razón, a partir de ahora, cualquiera de los gremios que llegue de primero a la cámara del jefe tiene la última palabra en la batalla. Si no hay más preguntas… que asumo que no las hay, entonces nuestro primer encuentro estratégico del tercer piso ha culminado. ¡Finalicemos con un vitoreo!

Viendo  que  Kibaou  había  levantado  su  desafiante  puño  en  el aire,  Lind  a regañadientes se levantó. Al mismo tiempo, Asuna se dirigió hacia adelante. Sus piernas delgadas se tensaron, preparándose para avanzar.

— ¡¡…vamos a acabar con este jefe dentro de una semana!!

— ¡¡Si!! –la multitud rugió en respuesta. Estiré mi mano izquierda y la sujeté por la muñeca–.

Su capa se volvió hacia mí y me regañó:

— No trates de detenerme.

— Lo siento, tengo que hacerlo.

— No me importa si él… no me importa si todas las personas de esos gremios me odian. No tengo intención de unírmeles. Prefiero regresar al Pueblo de los Inicios que sentarme aquí y observar esta estupidez –ella clamó confiadamente. Una brisa sacudió su capucha y la luz rojiza del atardecer captó sus ojos color avellana, brillando como dos estrellas fugaces–.

Miré fijamente esos ardientes campos de fuego y sacudí mi cabeza:

— No lo hagas, Asuna. No puedes antagonizarlos.

Aspiré un aliento profundo, preparándome para decirle que debíamos dividirnos. Sabía completamente bien que este era el tipo de cosas que Asuna más odiaba: un acto forzoso y de mano pesada aparentemente hecho por el bien de otra persona.

Pero en este punto, no tenía otras palabras para usar. No podía dejar a Asuna convertirse en la enemiga de la fuerza del jugador principal en el juego, incluso si eso  significara  que me  odiara,  rechazara  e  insultara,  y  nunca  se  aventuraría nuevamente a mi lado.

Ese era el límite absoluto de un jugador solitario. El hecho de que nadie podría salvarte. 

SAO estaba programado con un número deprimente de efectos con estados negativos. Aturdimiento, parálisis, envenenamiento, sangrado, ceguera, mareos, entre otros… esas cosas podrían ser superadas con la ayuda de amigos en un grupo, pero todos ellos amenazaban la vida de cualquier aventurero solitario. En un juego normal, donde un jugador puede ser revivido en cualquier momento, podría valer la penar el riesgo de jugar solo. Pero en este juego extremadamente mortal, donde un pequeño error podría significar el fin de todo, la única razón por la que fui capaz de jugar solo en los primeros dos pisos fue por mi conocimiento almacenado de la prueba beta.

Esa salvación podría durarme solo hasta el décimo piso. Eventualmente, me vi forzado a sobrevivir en mapas desconocidos contra monstruos desconocidos. Así, las cosas que sabía acerca de los monstruos jefe habían provisto muy poco. Tal como los peligros incrementando exponencialmente, trabajar con un grupo completo o gremio seria crucial. Pero mientras más ella pasaba tiempo conmigo, más riesgos tenía Asuna de caer en mi posición – o incluso algo más peligroso.

Yo se lo estuve comentando. Era tiempo de dividir el equipo temporal que había entrado en existencia con una competición de caza de un Windwasp. Ella tuvo que tragarse su ira hacia Lind y Kibaou y, si no era pronto, eventualmente unirse a un gremio, ya fuese DKB o ALS, o cualquier otro.

Pero era como si mi garganta se resistiera a ordenar convertir el aire en mis pulmones en palabras.

Asuna se encontró con mi mirada en silencio. Solo segundos antes, sus ojos habían estado ardiendo de color rojo por la ira, pero ahora estaban llenos de algo que desafiaba mi entendimiento.

Los demás jugadores en la plaza rugieron con entusiasmo, luego se separaron en pequeños grupos y conversaban emocionadamente. El grupo de Agil estaba situado en un muro frente a nosotros, por lo que nadie notó o interrumpió nuestra tensión silenciosa, pero eso tampoco duraría para siempre.

Apreté mis dientes y finalmente traté de hacer que mi garganta se endureciera para producir algo… pero lo que emergió fue algo que no esperaba que fuera.

— Si…si muriera hoy… ¿Qué harías?

Aunque ella podría no haber esperado esa pregunta, su expresión no cambió ni un poco, como si supiese que pasaría.

— Nada cambiaría. Seguiría avanzando tanto como pudiese –hizo una pausa, luego preguntó–. ¿Y tú? ¿Qué harías si yo muriera?

A pesar de preguntarle lo mismo hace solo unos segundos, no tuve una respuesta inmediata. 

¿Qué haría yo si Asuna muriera y todos los rastros de su existencia desaparecieran de Aincrad? Ciertamente regresaría a ser un jugador solitario, pero no podía imaginar lo que pudiese pensar o sentir tras ese suceso.

De nuevo, repentinamente, comprendí otra verdad muy simple.

Estaba alejando a Asuna del grupo principal e introduciéndola en una situación de alto riesgo. De eso no cabía la menor duda. Pero había solo una razón por la que estaba haciendo eso: no quería que ella muriera.

La primera vez que me encontré con ella en el laberinto al fondo del piso, rompí mis reglas personales y le hablé porque ese único sentimiento era mi primer instinto. Deseaba ver más de ese Linear brillante y fugaz, y hacia donde iría desde allí. Ese mismo sentimiento era el centro de mi intento actual por evitar que se enfrentara a Lind.

Quizá, más que discutir por disolver el equipo o unirse a los gremios, debería decir esa simple declaración. Pero una vez más, mi garganta se había sellado por cuenta propia.

Mi mal hábito de cohibirme cuando lo que más importaba no era nada nuevo. Desde que dejé atrás a mi primer mejor amigo, Klein, en los callejones traseros del Pueblo de los Inicios, treinta y nueve días antes… de hecho, desde que comencé a vivir en la ciudad de Kawagoe, Prefectura de Saitama, he desaprovechado la oportunidad de decir lo que realmente importaba, una y otra vez.

Pero ahora, ahora que entendía esto…

Recé y luché, pero mi garganta se rehusó a convertir el aire que aceptó, en palabras. Todo lo físico en este mundo era información digital, por lo que no era mi garganta real la que se cohibía. Era mi cerebro, mi mente, conectada directamente al NerveGear. Tras años de experiencia, silencié mis propios caminos mentales.

Justo cuando las palabras que necesitaba decir estaban a punto de evaporarse con un suspiro de resignación, sentí una débil voz hablar a mi oído.

Kirito.

Si hay algo que quieres decir, ahora es el momento para hacerlo, mientras puedas. Tu habilidad para hacer eso te hace muy afortunado.

El tranquilo pero hermoso susurro parecía pertenecer a la elfa oscura que habíamos dejado atrás en las profundidades del bosque. Quizá estaba recordando que ella había dicho en ese pequeño cementerio al final del campamento, ya tarde en la noche. Quizá mi mente estaba colocando sus pensamientos en la voz de Kizmel por cuenta propia.

Pero esa voz fantasma me empujó hacia adelante. Las palabras que di por perdidas se abrieron paso para salir de mi boca, poco a poco, en el aire virtual. 

— No… quiero… que mueras.

Por solo unos segundos, los ojos de Asuna se ampliaron.

— Entonces… por favor, solo contente. Es algo posible que Lind y su gremio puedan salvar tu vida y la mía algún día. Por favor no pienses que prefieres morir que ser salvada por él.

Ya al final, mi voz tembló patéticamente, como un niño quejándose a punto de llorar. Miré hacia abajo y finalmente solté el brazo de Asuna. Torpemente apuntando hacia adelante, vi que la mayoría de los jugadores había descendido del escenario, mostrando sus armas e intercambiando materiales reunidos. El grupo de cuatro de Agil estaban reunidos lo más cerca posible, llevando a cabo un encuentro por su cuenta.

Consumido completamente por las simples cuatro frases que había dicho, esperé por la respuesta de primera compañera.

Luego de cinco segundos, ella simplemente dijo:

— Me contendré, bien.

En eso, dejé escapar el aire que había contenido en mi pecho con una lenta y extensa exhalación. No podría haber sido fácil para Asuna contener la ira al tener insultadas sus fuertes creencias. Quería responder a eso, pero no existían más palabras. Solo asentí.

Luego de un rato, escuché el susurro nuevamente en mi oreja. Lo hiciste bien, Kirito.
Tuve que sonreír a eso. Realmente habría estado perdido, si yo hubiese imaginado la voz de Kizmel con el fin de fortalecerme…

No.

Espera. Un momento. Al menos.

Un número de otras frases circularon por mi cerebro. Lentamente lo alcancé con mi mano derecha, sintiendo el (supuesto) espacio vacío cerca de mi oído.

Mis dedos se encontraron con una superficie suave y esponjosa.

Dijimos un corto adiós al equipo de Agil, nos dirigimos a la parte posterior del área de encuentro, y rápidamente caminamos calle abajo hacia la vía principal y salimos por la compuerta del pueblo. Otras cien yardas andando por la carretera, fuera del rango auditivo del alboroto de Zumfut, me alejé un poco del camino y entré al bosque oscurecido. 

Asuna me siguió sin comentario alguno, aunque la mirada escéptica en su rostro solicitaba una explicación ante mi repentino movimiento. En lugar de hacerlo, me volví hacia otro lugar vacío y pregunté:

— ¿Estas allí, Kizmel?

Los ojos de Asuna se abrieron más por la sorpresa, y luego miró a su alrededor. Por un momento, no hubo respuesta sino el piar de las aves y el murmullo de las hojas, pero fue roto por el sonido de ropa moviéndose. Una sonrisa emergió de la dirección de donde yo estaba viendo.

— Veo que lo notaste.

Me volví alrededor al tiempo para captar a la elfa oscura removiéndose su larga capa. Incluso con su estado de Ocultamiento removido, la forma alta de la caballero parecía derretirse en las diminutas sombras de los árboles. Sus ojos Ónice brillaron con travesura.

— ¿Cómo podría no notarlo? –pregunté, eligiendo no apuntar que ella era la que estaba hablándome. Hasta que escuché ese susurro en mi oreja, nunca habría imaginado que Kizmel no se había quedado en el campamento élfico oscuro, sino que usó el encantamiento de ocultamiento para hacerse invisible y así podernos seguir todo el tiempo.

Solo miré a la sonriente Kizmel; nunca supe que preguntar primero. Asuna tomó el lugar:

— ¿Etto… Kizmel? ¿Cuánto tiempo has estado allí…?

Eso era de hecho un gran asunto. Si Kizmel nos había seguido desde que dejamos el campamento, ella tuvo que haber, presenciado la escena del equipo de Lind iniciando la misión «Llave Jade» - y unirse con el caballero elfo de bosque contra el caballero elfo oscuro.

A diferencia de mis miedos, el elfo oscuro asesinado no era idéntico a una réplica de Kizmel, sino que debía haber tenido una vista diferente de su proceso. Si ella estuvo presente mientras observábamos, ¿Cómo lo interpretaría ella?

Pero Asuna no compartió mi preocupación. Al igual que Kizmel, ella se echó la capucha hacia atrás y presionó mucho más a la elfa, su rostro se enrojecía.

— ¿…incluso estuviste… en la habitación con nosotros?

Ese era otro asunto mayor. Incluso dejando a un lado el simple hecho de que juntos tuvimos una siesta en la misma habitación, existía también la pregunta de si dijimos algo incómodo que no queríamos que se escuchara. Intenté recordar lo que sucedió unas horas antes, pero afortunadamente, Kizmel sacudió su cabeza: 

— No, me les uní en el lugar de encuentro en el centro del pueblo. No fue hasta la tarde que usé el encantamiento de tele-transportación para estar dentro del rango…

Eso era cierto – ella había mencionado tal poder. Yo parcialmente estaba aliviado, pero mis sospechas no estaban desechas completamente.

¿Se suponía que este desarrollo era posible? ¿Los NPC que no estaban registrados con un grupo tenían permitido dejar sus áreas de actividad designadas y seguir a los jugadores humanos?

Y cuando Kizmel me susurró al oído en el centro de Zumfut, estaba dentro del espacio seguro del pueblo. Incluso si era posible que un jugador fuese perseguido por los monstruos hacia un pueblo y en realidad tenerlos persiguiéndolo dentro, los temibles y poderosos guardas en la entrada expulsarían de una vez a la criatura.

Además, Kizmel era una NPC cursor amarillo para nosotros, mientras estuviésemos tomando parte activamente en el lado élfico oscuro de la campaña, pero sería un monstruo cursor rojo para cualquier otro jugador. Debía ser lo mismo también para los guardias, por lo que si su efecto de Ocultamiento era removido por alguna razón, los resultados sería más que desastrosos. Claro, Kizmel era tremendamente poderosa, por lo que  podría  ser  capaz de  encargarse  de  los guardas lo suficiente para escapar al bosque.

Traté lo mejor que pude para contener todas esas preguntas en una única pregunta.

— Entonces, etto, ¿por qué recorriste todo el camino hasta el pueblo humano…?

Quizá mi mente era la que estaba tratando de engañarme, pero pensé que vi su rostro sonrojarse un poco por la timidez, pero su expresión era seria mientras respondía:

— Ese era mi trabajo.

— ¿T-trabajo?

— Si. El comandante me dio una misión: servirles y protegerlos. Ya que habían transcurridos varias horas desde que salieron esta mañana y no volvía, simplemente vine a ver que estaban haciendo.

— ¿Simplemente, eh? ¿Es realmente seguro ir todo el camino por el centro del pueblo de esa forma? ¿Qué hubiese pasado si tu ocultamie... etto, encantamiento de engaño se removía?

Ahora su rostro parecía tomar un poco de orgullo. Ella acarició la capa extrañamente brillante. 

— Esta Capa de Bruma Lunar es más efectiva en las horas de la noche y la mañana cuando la luz del sol y luz de la luna rotan sus puestos. Su encantamiento no se rompe, incluso son un poco de contacto físico.

— Aja… ya  veo  –respondí, mirando mis dedos y recordando  la  sensación esponjosa, mientras las cejas de Asuna se fruncieron en ligera consternación–.

— ¿…él te tocó?

— Si. Debería sorprenderte; Kirito es excepcional…

— ¡Excepcional la capa, debo decir! –interrumpí hábilmente, tratando de desviar la conversación de las crecientes nubes tormentosas. Comencé a sudar por los nervios de solo pensar que parte de Kizmel había tocado y que tan cerca me encontraba de ser lanzado automáticamente a la prisión del juego por acoso. Pero por ahora, las preguntas eran otras. Miré hacia arriba.

El cielo – técnicamente, el fondo del piso superior – mostrándose a través de las ramas ya estaba casi todo purpura, con solo unos rastros de rojo. Había estado planeando cenar en Zumfut tras el encuentro, pero no quería caminar en el pueblo con Kizmel andando fuera de visión, y tampoco podía forzarla a quedarse aquí esperando en el bosque, abandonada.

— Asuna, estoy pensando que solo deberíamos volver al campamento. ¿Estarías bien con eso? –pregunté. Ella me lanzó una mirada que decía que yo tenía que responderle el tema anterior, pero mantuvo su rostro neutral mientras respondía–.

— Está bien. Especialmente desde que Kizmel vino todo el camino para vernos. Cerró  su  boca  pero  parecía  querer  decir  más.  La  miré  pacientemente proponiéndole que continuara. Pero Asuna bajó la mirada al suelo y pateó el musgo purpura brillante con la punta de su bota.

— Um… estaba pensando, quizá solo deberíamos quedarnos en el campamento todo el camino hasta la batalla del jefe.

— ¿Huh? B-bueno… supongo que podemos obtener toda la información que necesitamos del progreso de manos de Argo y Agil, hay bastantes suministros en el campamento… pero creo que realmente te gustó la habitación de ese hotel en Zumfut.

— Llegué a tener esa vista una vez, y eso fue suficiente. Además, no quiero estar en ningún lugar cerca de la gente de esos gremios en este momento.

—…ya veo.

Una vez que un caso del Síndrome de Alejamiento en un MMORPG, seria extremadamente difícil romperlo (como sabia de acuerdo a mi experiencia), pero entendí como se sentía, y no tuve más nada con que discutirle, por lo que tomé su comentario con calma y me volví hacia la elfa.

— Kizmel, ¿te importaria si nos quedamos en la tienda contigo, comenzando desde hoy… hasta que termine la semana aproximadamente?

— No hay problema –dijo con simpleza. Su sonrisa era mucho más hermosa que cualquier expresión de NPC – de hecho, más hermosa que cualquier jugador–. Me alegraría mucho que ustedes lo llamaran hogar. Vivamos juntos hasta que nuestros objetivos estén completados.

—…genial, gracias.

La frase vivir juntos parecía tomar un nuevo y refrescante significado proveniente de ella. Asuna asintió de acuerdo pero se volvió hacia un lado rápidamente. En los teñidos rayos del sol, los contornos de su estoque, coraza y delicadas líneas de su mejilla eran de un rojo ardiente.

Lamentablemente, el encantamiento de tele-transportación del campamento élfico oscuro hasta el bosque cercano al pueblo principal era un pasaje de una via, por lo que teníamos que regresar a nuestros pasos hechos en la mañana, solo que ahora a través de la sombría niebla del atardecer.

No había que evadir a los monstruos, claro, pero Asuna y yo recientemente ganamos mejoras significantes, y teníamos a la poderosa elfa caballero como nuestra compañera de viaje. Ambos, Kizmel y yo éramos nivel 15, pero como una unidad de elite dentro del juego, su poder no estaba dictado solo por el nivel. Viajamos con Asuna y Kizmel al frente y conmigo en la retaguardia. Algunos mobs que se acercaban desde la derecha fueron ahuyentados con un único ataque y habilidad de espada del Chivalric Rapier +5 de Asuna, y aquellos que quedaron se encontraron en la misma situación por el gran sable de Kizmel. Yo apenas levanté un dedo. Aun así tuve la experiencia compartida y el col por estar en el grupo, pero se sentía un poco decepcionante el no formar parte, y mi mente comenzaba a distraerse debido a la inactividad.

Por otro lado, pensé en los DKB y ALS, quienes efectivamente habían dividido la población de los jugadores de la línea delantera entre ellos mismos, y nuestro rol dual en todos ellos.

Le dije a Asuna que no quería que muriera, como una idea para que previniera enfrentar a Lind ella sola. Esa no era solo una excusa que hice en el acto – era como en realidad me sentía. Pero como resultado, extendí los términos de nuestra agrupación temporal. La parte lógica de mi cerebro dedujo que sus probabilidades de sobrevivir aumentaban si ella era parte de un gran gremio, pero solo no pude decirle que necesitábamos dividir el equipo. Aun no sabía por qué las palabras no salieron de mi boca. 

De cualquier forma, tenía que tomar la responsabilidad de mi declaración. Tenía que hacerla más fuerte, para dedicarme mucho más fuerte a esa tarea. Tenía que decirle más, no solo lo relacionado a sus movimientos en batalla, sino sus estadísticas, los tipos de equipamiento, y otros conocimientos del juego.

Ese día marcó una semana desde que nos agrupamos en el segundo piso, y durante ese tiempo, mantuve una estancia simple: si ella preguntaba, yo respondía. Una y otra vez, ella solicitó saber por qué yo no le había dicho una cosa u otra antes. Quizá era mi resignación al rol de beater. Pero ahora era el tiempo de acabar yo mismo con esa actitud pasiva…

Pero por otro lado, las partes subconscientes de mi mente se aferraban totalmente a algo mas: las misteriosas acciones de Kizmel, la caballero NPC.

¿Qué era ella, de todas formas?

Era más que obvio que ella no era una NPC ordinaria. Su estilo de conversación natural y rango emocional muy amplio estaban a un nivel claramente más alto que el de los vendedores, guardias, y asistentes de hotel en Zumfut, e incluso de los demás elfos oscuros en el campamento que estaban con ella. Era como si Kizmel pensara, sintiera, y se expresara por sí misma, sin limitarse a los controles normales de los algoritmos de NPC. Además de eso, ella nunca nos habría seguido con tanta confianza a mí y a Asuna al pueblo humano muy lejos de su base.

Si ella no era un NPC normal, entonces había dos posibilidades:

Una: por alguna razón desconocida, Kizmel era completamente una IA de alto funcionamiento, en lugar de una simple moderadora de conversación que solo se responde con un par de palabras claves.

Dos: también por una razón desconocida, Kizmel era en realidad una jugadora. O para ser más precisos, jugador humano que estaba actuando como el personaje de una elfa oscura.

Ambas eran difíciles de creer. Quería pensar que la última no podía ser el caso. Si eso era cierto, la persona detrás de Kizmel no era un compañero prisionero de SAO sino alguien alineado con esos que planearon convertir esto en la actual trampa que era… uno de los administradores.

No había forma de que Kizmel pudiese ser Kayaba Akihiko, pero incluso si era un cómplice de él, yo no podía verlos ayudarnos sinceramente a avanzar en el juego. Quizá yo debía considerar la posibilidad de que ella estaba planeando liderarnos a algún tipo de trampa que hubiese adelante…

— ¡….!

Sacudí mi cabeza con fuerza para disipar esa noción tan oscura. No quería sospechar de Kizmel. La última cosa que quería imaginar era que esa tristeza tan sincera mientras se lamentaba en la tumba de su hermana Tilnel no era más que un acto cínico. 

Miré hacia arriba y fijé la mirada en la espalda de la esgrimista que iba adelante y a la derecha de mí. Yo tenía que proteger a Asuna, para hacerla más fuerte. Lo suficientemente fuerte por si yo muero, ella pueda ser capaz de sobrevivir en este mundo inseguro por cuenta propia. Esa era mi responsabilidad ahora que había elegido no separarnos.

¿Pero que si Kizmel realmente nos estaba llevando a una trampa? Si había incluso una ligera oportunidad de que fuese cierto…

— Kirito –llegó una voz desde mi izquierda. Levanté la vista con sorpresa y crucé ojos con la elfa oscura. La consternación y preocupación en su rostro era tan natural que yo sentí pena por mis sospechas, y mi deseo de aprender la verdad sobre ella se hacía más y más grande–.

— Has estado en silencio desde hace rato. ¿Sucede algo?

— Eh, no es nada. Solo pensaba…

— Ahh. Algunas veces es mejor decir tus preocupaciones en voz alta y liberarte de ese peso.

Asuna se volvió y añadió:

— Es cierto. He notado recientemente que eres el tipo de persona que se deprime por su cuenta porque piensa demasiado las cosas. Solo dilo antes de que tengas ideas estúpidas.

— Bueno, es…cierto, supongo…

Miré alrededor bajó sus miradas arrogantes, pero no había escapatoria. Aun no pudiese decir las cosas que acaba de pensar. A cambio, mostré una sonrisa torpe y pensé en una excusa pobre.

— S-solo pensaba, que ustedes dos son muy fuertes y prácticas de tener cerca…

— ¿Qué demonios te hace pensar tanto en eso?

— Uh, solo, etto, pensaba, uh… en cuál de las dos me gustaría tener como esposa…

Espera.

Corta eso. Vuelve a cargar desde el punto de guardado.

Mis ojos giraron por todos lados, buscando el botón CARGAR. Asuna se me quedó viendo con incredulidad, luego contuvo un profundo aliento y pronunció:

— ¡¿Eres realmente estúpido?!

Mientras tanto, Kizmel gruñir al comprenderlo sin parpadear. 

— Lo siento, Kirito. Eso requiere el permiso de Su Majestad –dijo, con el rostro completamente rígido–.

— N-no, eso está perfectamente bien –la tranquilicé, sacudiendo mi cabeza y manos. Mi mente inmediatamente pasó por un túnel de escape… en lugar de los MMO, quizá yo debería haber jugado a esos juegos con todas las elecciones románticas a elegir. Un joven que amara las citas de sims no habría quedado atrapado en esta situación. Quizá realmente había un mercado de juego románticos de inmersión completa con riesgos mortales. Pero ¿Qué tendrías que hacer para morir en tal juego…?

Asuna me sacó rápido de ese horrible espiral con un chillido:

— Llegamos.

Casi le preguntaba que donde era, hasta que recordé que nuestro pequeño viaje tenía un destino al fin y al cabo.

Adelante, el espeso bosque se abría, unas banderas triangulares podían verse ondeando en la senda neblinosa. Era la vista familiar del campamento élfico oscuro.

Mordiendo otra vez un suspiro lamentable de mi propio alivio, decidí olvidar la expresión desagradable que había mostrado hacia un minuto y aceleré el paso para alcanzar a las mujeres.

Al final, dejé tanto la lucha y la navegación a esas dos. Era duro no sentirse como si mi inventario había descendido durante el viaje de Zumfut hasta el campamento, pero si existía otra cosa que aprendí, era que nada bueno venia de estar abatido.

Ya fuese Kizmel una IA o humana, no cambiaba el hecho de que la hemos ayudado y ella hizo lo mismo con nosotros. Quería estar cerca de Kizmel tanto como fuese posible – y estaba seguro que Asuna estaba de acuerdo hasta ese punto. Eso era todo lo que necesitaba por ahora.

Si el progreso continuaba de acuerdo a reto de Kibaou al público, la batalla contra el jefe del tercer piso tomaría lugar en seis días: el 21 de diciembre. Hasta entonces, cumpliríamos tanto como pudiésemos con usar este campamento como nuestro hogar. Teníamos que continuar con la misión de campaña, adquirir nueva armadura y mejorarla, incrementar nuestra experiencia de habilidad, y obtener información. Había una montaña de tareas para ver.

Cuando pasamos a través del estrecho cañón de nieblas mágicas y entramos al campamento. Aspiré una gran cantidad de ese aire extrañamente perfumado y me dije a mi mismo que era tiempo de poner manos a la obra. 

Capitulo 4                                                        Indice                                                           Capitulo 6

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