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progressive 2 capitulo 9

Capitulo 9
Concerto of Black and White

Habiendo anunciado que tendríamos las diez misiones de la campaña disponibles en este piso completadas a las cinco de la tarde del vigésimo día de diciembre – solo cuarenta horas a partir de ahora – regresamos a la base élfica oscura, entregamos el objeto al comandante para terminar la misión «Infiltración», e inmediatamente salir por nuestra siguiente misión.

El séptimo capítulo, «Colección Mariposa», era un corto respiro de una misión que involucraba simplemente encontrar y derrotar a una mariposa gigante liberada por los elfos de bosque para reconocimiento. Debió haber sido más fácil con una habilidad decente de Lanzamiento de Cuchillos, pero yo no tenía la ranura disponible a ese punto, por lo que tuvimos que correr detrás de la mariposa en el bosque nocturno, recogiendo piedras para lanzarle.

En el octavo capítulo, «El Árbol Espíritu del Oeste», el comandante élfico oscuro ya había leído y asimilado las ordenes súper secretas de los elfos de bosque que le llevamos y estuvo preparándose para liderar un ataque a la base élfica de bosque. Él quería tener la Llave Jade transportada secreta a su posición en el cuarto piso. Asuna, Kizmel y yo, acompañados por tres soldados élficos oscuros, nos dirigimos al árbol espíritu que los elfos usaban para viajar entre los pisos.

Por supuesto, esas misiones de transporte nunca terminaban calmadamente, y mientras nos abríamos paso hacia el árbol en el extremo oeste del bosque, una banda misteriosa vestida de negro nos emboscó. De los cuatro atacantes enmascarados – considerados Merodeadores Desconocidos en el juego – logramos deshacernos de tres. Tanto Asuna como yo estuvimos a nivel mayor nivel de lo esperado en este punto, y tuvimos los servicios de la caballero elite Kizmel. Pero el cuarto merodeador lanzó una bomba de humo y robó la llave de los confundidos soldados élficos.

Naturalmente, yo sabía que esta emboscada vendría, y estuve listo para intentar derrotarlos a los cuatro, pero esto de hecho era una lucha sin oportunidad de victoria. Los otros tres cuerpos inmediatamente se oscurecieron y derritieron, peor lo que no había forma de decir quiénes eran.

En la novena misión, «Persecución», teníamos que dar caza al ladrón por todo el bosque. En la prueba beta, recordé que esta misión duraba desde la mañana hasta la noche. Tomó tanto tiempo porque encontrar la «Señal Brillante» -una pequeña botella de líquido brillante con la que uno de los soldados élficos golpeó al ladrón– era increíblemente duro en mitad del profundo bosque.

Comenzamos el noveno capítulo luego del mediodía del décimo noveno día, y estuve preparado para ello por si duraba también hasta la noche. Para mi sorpresa –que sin embargo a este punto, ya debía haberlo esperado–, la ayuda de Kizmel probó ser invaluable. Ella tomó el liderazgo e inmediatamente apuntó a la dirección de la luz brillante en cada turno, por lo que descubrimos la cueva donde se escondía el ladrón a las dos en punto.

El siguiente paso fue reportarlo al comandante, por lo que regresamos a la base por comida y a descansar, y por la noche, estuvimos listos para la décima y última misión de la campaña en el tercer piso, «Recuperando la Llave». Fue una tarea difícil que incluía explorar una gran mazmorra, aunque no tanto como el laberinto. Esto era demasiado para completarla antes del final del día, especialmente desde que nuestro día había comenzado bien antes del amanecer, por lo que tuvimos que volver tras derrotar a la enorme jefe araña látigo del primer nivel de la mazmorra.

A las once en punto de la noche, regresamos a la base y tomamos turnos para bañarnos. Esta vez, Kizmel decidió irrumpir durante el turno de Asuna, y lamentablemente, no había forma de decir que estaba sucediendo exactamente mas allá de la solapa de la tienda basándose en breves griticos, salpicadas, y risas ocasionales. Luego de la cena, nos fuimos a la cama y nos despertamos temprano en la mañana del vigésimo día de diciembre. Luego de un chequeo con el herrero y reponer algunos implementos en la tienda de cosas, rápidamente nos dirigimos a conquistar el segundo piso de la enorme mazmorra subterránea.

Desde que regresamos al campamento, los soldados adicionales no nos siguieron acompañando, pero en realidad era mucho más fácil coordinar maniobras de combate de alto nivel con solo tres de nosotros. Dirigimos nuestro camino a través de los monstruos insectos y animales, y finalmente llegamos al escondite del ladrón enmascarado al fondo de la mazmorra.

Nos colamos y espiamos a través de la ventana de su espacio similar a una sala de comida, notando cinco ladrones más pero sin mascara. Estos no eran elfos de bosque, ni mucho menos elfos oscuros. Ellos eran una raza completamente distinta con una piel purpura oscuro, como si se pudrieran, y con características de alguna forma demoniaca.

La información en sus cursores los identificaba como Guerreros Élficos Caídos. Kizmel parecía nerviosa, pero no había tiempo para detenernos a preguntarle por ello. Continuamos avanzando y ganamos muchas batallas sin escapatoria, finalmente llegamos al jefe final de la mazmorra y la misión: «El Comandante Élfico Caído».

Él fue un oponente difícil con un número de seguidores, pero con nuestros niveles al límite realista de este piso, él no parecía una verdadera amenaza para nosotros. Cuando el Chivalric Rapier de Asuna liberó el golpe asesino, el comandante lanzó su última maldición sobre nosotros y se esfumó.

Al final de la habitación estaba una montaña de tesoros, junto con la Llave Jade. Esta vez, nos encargamos de transportar la llave todo el camino hasta el árbol espíritu, señalando el fin (al menos en el tercer piso) de la extensa, extensa campaña.

Pero justo cuando Asuna y yo estuvimos a punto de chocar los cinco por un trabajo bien hecho, Kizmel nos interrumpió con una declaración sorprendente.

— Asuna… y Kirito –dijo lenta y cuidadosamente, la luz corría sobre su hermoso cabello purpura–. Ahora que está claro que los Caídos están aliados con los elfos de bosque, debemos entregar esta llave a la fortaleza en el siguiente piso con rapidez. Creo que esta tarea recae en mí completarla…

— ¿Eh?

Los ojos de Asuna se ampliaron, luego dio un paso adelante. Su rostro tenía la sonrisa nerviosa de uno que sospechaba lo que vendría–. E-entonces iremos contigo. Solo en casa de que haya otra emboscada.

— Gracias, Asuna. Tu oferta es muy amable.

Kizmel se detuvo allí. Se movió a un lado de Asuna y miró hacia arriba. Estábamos cerca del perímetro exterior de Aincrad, y el área azul puro que se extendía ante nosotros. El anudado tronco del árbol espíritu allí contrastaba con el cielo cobalto detrás de él.

Cerca de las raíces del árbol de quince pies de ancho, estaba un nudo grande y ancho que apuntaba a una excavación interior, pero a diferencia de los árboles en Zumfut, este no fue tallado por manos humanas. En la oscuridad dentro del agujero, una luz azul se mostró. Alrededor del árbol, rocas mohosas formaban un muro sólido, y la única puerta que daba acceso al árbol estaba protegida por un cuarteto de centinelas élficos oscuros.

Este árbol era un tele-transportador para los elfos, y los elfos de bosque tenían el suyo propio al otro lado del piso. Como podrías esperar, hubo mucho debate durante la prueba beta con respecto a si esos árboles podían ser usados o no para saltarse el laberinto. Un gremio incluso llevó una raid de treinta hombres para asaltar el árbol, pero los cuatro guardias fácilmente se deshicieron del intento. Yo suponía que incluso si ganaban, nada sucedería dentro del árbol.

Mientras ella miraba hacia arriba, la siguiente declaración de Kizmel confirmó las expectativas de hace meses.

—…lamentablemente, solo la gente de Lyusula tiene permitido pasar a través del
portal del árbol espíritu…

Asuna estaba esperando eso. Luego de un gran momento de silencio, ella asintió:

— Ya veo… 

— Si –Kizmel regresó solemnemente. La elfa cerró sus labios con fuerza por un momento, luego se volvió y rodeó sus brazos alrededor de la espalda de Asuna. Los ojos de la esgrimista se ampliaron brevemente por la sorpresa, pero le devolvió el abrazo a la caballero inmediatamente–.

Con su boca junto al oído de Asuna, Kizmel susurró tan fuerte como para que yo escuchara:

— Luego de perder a mi hermana hace un mes, estuve esperando encontrar mi lecho de muerte. Cuando crucé espadas con el caballero blanco de Kales’Oh, pensé que iba a ver de nuevo a mi hermana. Pero… tú y Kirito aparecieron y me salvaron. Ella debió haberlos guiado a mi lado…

No sabía si Tilnel la herborista realmente había existido en Aincrad. No había forma de saber si los elfos oscuros y de bosque realmente hubiesen llevado a cabo una batalla mayor si no estuviesen los jugadores cerca para verlo. Aquellos recuerdos, incluidos los de Tilnel, podrían haber sido simplemente implantados en la  programación de Kizmel  como  un  trasfondo  de  la  historia, un  apoyo  a  su personaje.

Pero pude haber jurado que vi un brillo pálido en el aire junto a Kizmel y Asuna. Quizá solo era el motor de luz brillando a través de las ramas del árbol espíritu. O quizá…

—…te veremos de nuevo, ¿no? –Asuna murmuró en el cabello de Kizmel. La elfa asintió vigorosamente–.

— Absolutamente. El Árbol Sagrado nos guiará a unirnos.

Ella se estremeció fuerte, luego liberó su abrazo. Kizmel compartió una última sonrisa con Asuna antes de mirarme.

Estaba esperando un choque de manos, quizá un «dame esos cinco»… pero Kizmel avanzó sin dudarlo y me envolvió en sus brazos también. El metal bueno y suave de su armadura y el fresco olor a pino me hizo sentir que estaba en lo profundo de un bosque.

— La próxima vez que nos encontremos, Kirito, te diré más sobre mis sueños –
ella susurró. Puse mis manos en su espalda–.

— Si, suena bien.

— Entonces, es una promesa.

Y con una última sacudida de sus brazos, Kizmel se fue. Ella dio un paso atrás, luego otro, y levantó su puño derecho hacia la parte izquierda de su coraza en forma de saludo. Asuna y yo automáticamente se lo devolvimos. 

— Y ahora… esto es una despedida. Lamento no acompañarlos al Pilar de los Cielos, pero creo que ustedes tendrán la habilidad para deshacerse de sus guardianes. Acábenlos y asciendan. Estaré esperando por ustedes en el cuarto piso.

— Cuídate, Kizmel –dijo Asuna. La caballero sonrió, luego se dio vuelta sobre el tacón. La larga capa se sacudió, y ella caminó hacia el portal–.

Los guardias se hicieron a un lado, ella pasó a través, y luego cerraron detrás de ella.

Kizmel pasó a través del nudo del árbol espíritu sin volverse a mirar y desapareció en su oscuridad. Un par de segundos después, un débil iluminado azul destelló con mucho más brillo.

En el lado izquierdo de mi campo visual, la tercera barra HP que había estado presente esta última semana se desvaneció con un suave tintineo.

Al final, la recompensa por completar la porción de la campaña Guerra Élfica del tercer piso no contenía nada útil para derrotar al jefe.

Cuando el comandante que estaba en la base nos agradeció por nuestros servicios, la lista de objetos que estuvieron disponibles para que eligiéramos incluía media docena de piezas de armamento. Pero sin importar cuantas veces revisara sus especificaciones, efectos, y textos llamativos, no había una sola palabra que sugiriera alguna conexión particular con el jefe de piso.

Terminé eligiendo un par de botas de cuero con resistencia adicional al Tambaleo y algún poder extra de salto (luego de haberme deslizado durante mi duelo con Morte), y Asuna escogió una nueva capa con capucha hecha del mismo material de la capa favorita de Kizmel. La capa que débilmente brillaba de color purpura pálido daba un bono solido de ocultamiento e incrementaba la agilidad, aunque no hasta el límite de la original.

Hasta este punto, nuestras interacciones con el comandante élfico oscuro habían sido absoluta y superficialmente como un NPC. Cuando terminamos de elegir nuestras recompensas, él se levantó de su silla, y con una preocupación en su rostro, dijo:

— Nosotros los elfos somos resistentes, pero podemos ser heridos con espadas tanto como cualquier otro, y una herida suficientemente profunda nos mataría. No somos bendecidos con la dureza de los enanos y los humanos. Los Elfos Caídos con los que lucharon en el laberinto subterráneo son descendientes de aquellos que quisieron usar la magia del Árbol Sagrado para forjarse cuerpos resistentes a las espadas. Ellos son numerosos por todo este castillo, y su cooperación con los elfos de bosque en la búsqueda de las llaves es preocupante hasta los mayores extremos. Como la tropa de avance, permaneceremos aquí por ahora, investigando los rastros de los Caídos antes de regresar a nuestra fortaleza en el cuarto piso. Su ayuda continua será gratamente apreciada.

Asuna y yo compartimos una mirada breve y asentimos juntos.

— E-estaríamos alegres de hacerlo.

— Todo lo que podamos hacer.

— Bien. Su ayuda es una ventaja… sospecho que el general en la fortaleza los
tratará magnánimamente. Lleven esta recomendación con ustedes.

El comandante tomó una  pieza  de  pergamino fuertemente enrollada  de  su escritorio y me la ofreció. Le agradecimos por esta recompensa adicional y nos preparábamos para irnos cuando el comandante habló de nuevo.

— ¿Ustedes van a subir el Pilar de los Cielos hacia el cuarto piso?

— S…sí, ese es el plan.

— En ese caso, tengan cuidado con el ataque venenoso de la bestia guardiana. Deberían prepararse con suficientes pociones que contrataquen el veneno mientras estén dentro del campamento.

— M-muchísimas gracias por el consejo –dije, inclinando mi cabeza y saliendo de la tienda–.

Tan pronto como nos aventuramos al exterior, un cuerno sonó, señalando el pasar del mediodía. Di una docena de pasos hacia la escena que nos invitaba a la tienda de comida antes de mirar a Asuna.

—…no voy a decir que no fui agradecido por el consejo, pero…

— Ahora es difícil decir que las recompensas de la misión que ayudarían con el jefe no eran ciertas…

Con el paso del día, le expliqué a Asuna sobre mi duelo a la orilla del rio con el espadachín/hachador Morte y sus actividades sospechosas.

Morte se había unido a los Dragon Knights Brigade y estaba ayudándolos con la campaña –de lo que había confirmado con Argo–. E incluso también era cierto que estaba trabajado por partida doble con los Aincrad Liberation Squad, usando una clase de arma distinta.

Sin embargo, sospeché que el repentino interés de Kibaou con respecto a la campaña, y su firme creencia de que las recompensas eran cruciales para derrotar al jefe, fueron basadas en información que Morte le aportó. Si esa fuente fuese una mentira total, estaba esperando usar ese hecho para hacer que Kibaou escupiese de donde lo había aprendido. Y ahora… 

— Ninguno de los objetos que pudimos ganar por terminar la misión tienen algún efecto especial contra el jefe de piso. Ya que Kibaou dijo que los objetos que ganaras de la misión élfica eran necesarios para evitar un gran problema contra el jefe… entonces puedes decir que su información era falsa…

— Cierto… pero si alguien aclama que la pista sobre los antídotos contra veneno era una recompensa, es completamente difícil deshacerlo por completo –Asuna respondió casi de inmediato, su rápido ingenio estaba de acuerdo con su agilidad acumulada–. Todo lo que puedes hacer ahora es explicar en el encuentro de esta noche, la verdad tal y como sucedió. Si observamos la reacción de Morte de cerca, quizá deje algo atrás. De cualquier forma vayamos a comer y tomemos un descanso antes de irnos. Espero que ellos nos dejen usar la tienda de Kizmel.

—…b-buen punto.

Incluso si estuviese disponible para usarla, ahora que la propietaria se había ido al cuarto piso, solo seriamos dos durmiendo bajo el mismo dosel. Elegí no recordarlo y troté detrás de Asuna hacia la tienda de comida.

Afortunadamente, cuando Asuna notó que los dos compartiríamos la tienda, no había fruta que ella pudiese lanzarme, por lo que me tuve que enfrentar, en lugar de eso, con la suave almohada.

Cinco de la tarde.

El segundo encuentro estratégico estaba por comenzar en el espacio de encuentros de Zumfut.

Los DKB de Lind y los ALS de Kibaou habían terminado de mapear la torre laberinto hacia la recamara del jefe en la cima del piso. Los DKB apenas lograron acercarse a la puerta, por lo que del segundo piso en adelante, el MC del encuentro de estrategia y el líder de la raid seria Lind.

Lo que nos dejó a Asuna y a mí aturdidos fue la ausencia de Morte en el área de encuentros. Quizá él se había cambiado todo el equipamiento en la seguridad del pueblo, pudiendo sentirse libre de quitarse las armas cuyas habilidad no poseía – quitarse la cofia, y colarse entre la multitud de una forma que yo no reconocía–, pero Asuna dijo que hasta donde ella podía hablar, ambos gremios tenían la misma alineación que la batalla contra el jefe del segundo piso.

El encuentro comenzó con la agenda de la batalla de mañana en la mañana, luego movernos a la estrategia actual. Argo ya había liberado su guía de estrategia sobre el jefe, y se basó en la información de la prueba beta, dividimos los grupos en roles distintos.

Una vez que las preguntas y respuestas quedaron a un lado, Lind me pidió que hablara. Naturalmente, él quería un reporte de las recompensas de la misión. Me levanté y comencé con una explicación básica de la misión. Cuando llegué a la parte de los Elfos Caídos, la multitud comenzó a moverse. Algunos querían más detalles sobre ello, pero elegí ser breve, sabiendo que Argo pronto lanzaría el segundo volumen de su guía Guerra Élfica.

— Primero que todo: ninguno de los objetos en sí tiene relación alguna con el jefe de piso. Sin embargo, luego de recibir nuestro botín, el comandante élfico nos dio un pequeño consejo sobre el jefe.

Toda la multitud estaba en silencio, no querían perder esta información.

— Umm… él dijo, estén abastecido de muchos antídotos, porque el jefe usa
ataques venenosos… eso es todo.

Ahora el silencio se tornó extraño. Era un pequeño consejo básico y obvio - ¿Quién no llevaría un inventario con antídotos para una lucha mayor? Aclaré mi garganta y agregué un trozo de información por el bien del honor del comandante.

— Como bien saben, el jefe en la prueba beta no tenía un ataque venenoso alocado. Ya que eso podría ser lo que alterara esta lucha, es probable una buena idea llevar tantas pociones como sea posible. Dejaré eso a cargo de Lind y Kibaou decidir si esta información cuenta como recompensa crucial de la misión para derrotar al jefe o no.

Me volví a sentar, y el área de encuentros estalló en conversaciones. Algunos pensaban que era decepcionante que no hubiese armas secretas contra el jefe, mientras otros exigían que este conocimiento era más útil que un objeto. La opinión más importante fue la de Joe de los ALS, quien gritó que si todos intentábamos la campaña ahora, podríamos aprender algo más importante.

Nuevamente, Kibaou lo calló con una sola orden, y cuando el grupo se había calmado, Lind retomó la discusión con su liderazgo completamente sólido.

— Esta noche visitaremos cada tienda de objetos, incluso en los pisos inferiores, y procuraremos tener más que suficientes pociones para mañana. Como está planeado, comenzaremos nuestra operación a las nueve en punto de la mañana. El encuentro es en el portón norte de Zumfut. Luego viajaremos a Dessel, el pueblo más cercano al laberinto. Luego de un breve descanso, entraremos a la torre. Si todo sale de acuerdo al plan, derrotaremos al jefe a las dos de la tarde.

Hizo una pausa y estudió a los cuarenta y tantos miembros reunidos de izquierda a derecha, luego hizo un llamado de resistencia.

— ¡Mañana en la noche, celebraremos en el pueblo principal del cuarto piso!
¡Vamos, todos… ganemos esta batalla!

Durante el último encuentro, observé a Lind dar un discurso en el escenario y pensé: tienes un largo camino para reemplazar a Diavel. 


Pero incluso si él no se convertía en un Diavel, Lind tenía un rol que jugar que era de él y solo de él. Algo mucho más crucial que lo mío, mientras me mantuve huyendo de cosas realmente importantes. Un rol que alguien tenía que tomar, si estuviésemos en realidad yendo a conquistar el centésimo piso.

Mientras tanto, algo estaba intentando completar los roles que nadie debía tocar. Morte estaba intentando que los DKB y los ALS chocaran. El hombre del poncho negro había tentado a los Legend Braves a engañar a otros jugadores. Fuesen cuales fuesen sus intenciones, ellos seguramente no se detendría. Yo tenía que continuar jugando mi rol para poder tratar con sus futuras maquinaciones. Incluso el repudio de los de la delantera podría ayudar a su manera.

Me uní a los otros levantando mi mano derecha hacia la plana expansión de roca y acero a cientos de yardas sobre nosotros, y apreté mi recién encontrada determinación fuertemente dentro de mi pecho.

A la 1:12 PM del día siguiente –miércoles, 21 de diciembre de 2022– «Nerius the Evil Treant», jefe del tercer piso de Aincrad, fue derrotado por una raid de cuarenta y dos hombres constituida por siete grupos.

El gran monstruo-árbol usó liberalmente una habilidad venenosa de área expandida que no estuvo en la prueba beta, pero nuestro inventario de antídotos no se vació. Como esperé, el Chivalric Rapier de Asuna fácilmente superaba cualquier otra arma presente en lo que respecta a daño, y el resto del grupo quedó asombrado.

La batalla duró cincuenta y tres minutos. Y como en el segundo piso, no hubo fallecidos.

Morte el guerrero del hacha no estuvo en la raid.

Capitulo 8                                                        Indice                                                           Capitulo 10

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