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progressive 3 capitulo 2

Capitulo 2
Barcarolle of Froth

— ¿Entonces qué tipo de lugar es el pueblo principal de este piso?

Asuna se dirigió al sur de la colina blanca, las suelas de sus botas de cuero rechinaban contra la arena. Ella tenía de nuevo su atuendo usual de la capa con capucha y su falda de cuero.

— Ummm....

Intenté recordar la imagen del pueblo. Yo tenía nuevamente mi abrigo negro de siempre.

— ¿Sabes qué? Olvídalo. En unos minutos estaremos allí, y lo podré ver por mi cuenta.

— Es una buena idea. Es una de las cosas divertidas de los MMORPG –añadí, pero la visión del pueblo hecho de piedra ya flotaba nuevamente de mi memoria a mi mente.

En todo caso, no era un pueblo particularmente memorable. Comparado a la ciudad tallada en montaña del segundo piso o los monstruosos baobabs en el tercero, esta era estructuralmente plana. Si hubiese alguna característica extraña que mencionar, era que, por alguna razón, la entrada de cada casa se encontraba en el segundo piso. Con el fin de entrar, tenías que usar un set de escaleras de
piedra.

— ¡Oh, allí está la entrada! –gritó Asuna, su voz con un 20 por ciento más de la emoción de siempre.

Un arco de piedra musgoso aparecía a la vista de la cima de la colina. Bajé la vista a mi ventana, la cual estaba abierta desde que me coloqué mi equipo. Eran casi las 2 de la tarde.

Unos minutos después de llegar al cuarto piso, un par de minutos en la orilla del agua, un par de minutos con las rosquillas de árbol – todo eso sumaba unos cincuenta minutos desde que conquistamos al jefe del tercer piso. Debía haber muchos jugadores debajo en este mismo momento, esperando que el portal de teletransporte se abra en el nuevo pueblo. Me sentí mal por haberme tomado tanto activar el portal, pero ellos lo entenderían cuando viesen la ausencia de un sendero.

Seguí de cerca a la esgrimista que trotaba en ascenso la colina. Cuando ella llegó al arco a un paso antes de yo hacerlo, Asuna murmuró con emoción.

— Wow.... ¡esto si es hermoso!

¿Hermoso?

Todo lo que yo recordaba era un pueblo grisáceo. Ascendí los últimos pasos, curioso. El instante en el que pasé a través del arco de adoquín, incontables luces destellaron en mis ojos. El pueblo aburrido, plano en el agujero cuadrado que recordaba de la prueba beta, ahora estaba brillando como una joya.

La fuente de la luz era el sol del mediodía iluminando la sólida agua azulada.

Todo lo que antes había sido una calle pavimentada ahora era un canal de agua profundo. La piedra de los edificios terminó pasando de un gris muerto a un blanco brillando, lo cual hacia que todo el lugar pareciese una ciudad de tiza flotando en el medio de un lago cuadrado. En solo su belleza, eclipsaba fácilmente a aquellos en el segundo y tercer piso. No me sorprende que Asuna haya exclamado con emoción.

—...ya veo... Esto se supone que sea la versión final de todo. Eso explica las puertas en el segundo piso –murmuré.

Mi compañera me saludó impacientemente: — ¡Vamos, apúrate!

— ¡Ahí voy!

Continuamos a lo largo del camino de piedra, la cual ahora estaba de forma descendente. En el descenso, un pensamiento vino a mi mente: El tema para el cuarto piso tenía que ser «canales de agua».

Una vez pasamos por la enorme entrada principal del pueblo, una marca de Lugar Seguro apareció en mi campo de visión. Adelante estaba un muelle de unos muy buenos cien pies de largo, lleno con un número de pequeños botes timoneados por NPCs.

— ¡Oooh, mira las góndolas! ¡Se parece a Venecia! –admiró Asuna. Comencé a preguntarme si ella había visto a Venecia solo en fotos, o si en realidad había estado allí, luego me deshice de ello. No me sentía bien imaginándome su vida personal.

La calle terminaba en el muelle, por lo que necesitábamos usar una góndola para ir a cualquier parte del pueblo. Supuse que teníamos la opción de guardar esos flotadores en nuestro inventario, pero los ojos de Asuna se encontraban ahora con forma de góndola, por lo que acepté que mi idea sería negada instantáneamente.

No me parecía exactamente agradable el pensamiento de mostrar mis boxers de vaca, no, incluso si aún no hubiese otro jugador en el pueblo.

Las góndolas en el muelle venían en abundantes tamaños, desde pequeños botes para una persona (además del NPC gondolero) hasta enormes cruceros en lo que podían sentarse diez o más. Un número de placas de cobre enlistaban los precios, indicando que una góndola de dos personas costaba cincuenta col para un solo uso. Era bueno saber que el precio sería el mismo sin importar en que pueblo estuviésemos, pero no me gustaba la idea de pagar cincuenta col cada vez que
quisiéramos visitar un nuevo lugar.

Por el momento, no teníamos ninguna opción mejor.

— ¿Será esta? –pregunté, apuntando a una blanca marfil para dos pasajeros que estaba cerca. Asuna la examinó seriamente y asintió. Dimos unos cuantos pasos hacia el muelle y saltamos en la góndola, Asuna primero. El gondolero fornido, con su tradicional sombrero de paja y camiseta rayada, nos saludó amigablemente.

— ¡Bienvenidos a Rovia, viajeros! ¡Cincuenta col, adonde quieran ir!

— Entonces, llévenos a la plaza de teletransporte –respondí, luego me pregunté si un NPC entendería esa terminología. Afortunadamente, él tocó el borde de su sombrero al entenderlo.

— ¡Vámonos! –gritó. Una ventana de pago de color purpura apareció brevemente, luego se desvaneció. El gondolero dio un empujón a su gran remo. El barco de color blanco se deslizó, y en la proa, Asuna empujó su capucha hacia atrás y sonrió de nuevo.

La góndola dejó el muelle en el extremo norte de la ciudad detrás y se dirigió hacia la calle principal en forma de cruz que dividía el pueblo en cuatro cuartos. Eh, no, no una calle principal, una...

— Oye, Asuna, ¿cómo se dice en español waterway?

— ¡Canal!

El canal principal del pueblo.

Botes de todos los colores llenaban el espacioso canal, el cual tenía unos buenos sesenta pies de ancho, con enormes y pequeñas tiendas que cubrían los lados. Las muestras de armas, armaduras y objetos me tentaban demasiado, pero no sería fácil tomar desvíos en esta situación. Sin duda cambiaríamos destinos en la costa, pero tuvo una sensación de que cada vez que bajáramos del bote, nos costaría otros cincuenta col montarnos de nuevo. Encima de eso, ni siquiera sabía si la góndola nos esperaría allí.

Me dije a mi mismo que teníamos que priorizar la activación del teletransportador del pueblo y hacerle diferentes preguntas al gondolero.

— ¿Este bote también nos llevará fuera del pueblo?

Afortunadamente, esta pregunta era parte de su lista de reconocimiento, y dio una respuesta apropiada mientras remaba con fuerza:

— Me temo que no puedo hacerlo. Solo trabajo aquí, en el pueblo de Rovia.

— ¿Algún otro barco nos llevaría fuera del pueblo?

— Lo siento, no puedo responder eso.

O esa pregunta no encajaba en sus parámetros de reconocimiento, o existía una razón por la que no pudiese responderla. Había muchísimas cosas que quisiera saber, pero basándome en mi experiencia beta, la mayoría de la información detallada en un pueblo venia del NPC correcto – tal como un antiguo aldeano barbudo, un informante misterioso, o un niño sabelotodo.

Por un momento, estuve recordando a la caballero Élfica Oscura y su vocabulario sorprendentemente realista, pero había cosas que se debían hacer antes de que pudiera adentrarme en mi soledad.
Abriremos el portal, tomaremos un pequeño descanso, luego reuniremos un poco de información –me dije a mi mismo.

Un gran embarcadero apareció adelante. Era la plaza del portal de teletransporte en el centro del pueblo. El gondolero dirigió nuestro bote hacia el muelle en el extremo sur de la plaza con una habilidad experta, luego colocó nuevamente su mano en el sombrero.

— ¡Sanos y salvos! ¡Espero verlos de nuevo!

Le agradecimos y nos bajamos del bote. Como temía, la góndola de inmediato se alejó del embarcadero y se devolvió a la entrada del pueblo. Pero había otras góndolas atracadas en el muelle, por lo que podíamos usarlas en el camino de vuelta. Abrir rápidamente el portal de teletransporte era el asunto primordial.

Cuando me volví, descubrí que Asuna aún tenía estrellitas flotando en sus ojos.


— ¡Eso fue muy, muy divertido!

— Um... me alegra que lo hayas disfrutado.

— ¡Montemos otro de vuelta!

— Yo... no creo que tengamos otra opción.

Casi tuve que preguntarme si ella realmente era la misma esgrimista de cabeza fría y sarcástica con la que había estado trabajando todo este tiempo.

Una hora después de derrotar al jefe del tercer piso, Asuna y yo activamos el portal de teletransporte del cuarto piso y regresamos a un rincón de la plaza para observar al grupo de jugadores que llegaban rápidamente a través del vacilante portal azul.

El flujo de turistas, aquí debido a la costumbre de «apertura del pueblo», de pie alrededor en grupos dentro de la plaza y asombrados ante la belleza del pueblo, pero más de unos cuantos parecían tener un claro propósito en mente.

Espadachines de nivel medio que se dirigieron al área comercial en busca de mejores armas, comerciantes tras objetos más valiosos para conservar, e incluso una chica de cabello corto con un martillo de herrero en su cintura, estudiando cuidadosamente el mapa del pueblo.

Alegre de ver que había más luchadores tratando de alcanzar al grupo de la línea delantera y artesanos ofreciendo apoyo a jugadores, me uní a Asuna para entrar en una pequeña posada en el extremo exterior de la plaza.

Esta vez alquilamos dos habitaciones, para evitar el error de lo sucedido en Zumfut allá en el tercer piso, pero necesitábamos tener una reunión sobre nuestros planes en un futuro cercano antes de que pudiéramos acostarnos para descansar, y por esa razón, terminamos en los sofás de mi habitación. Como siempre, tuve que percatarme que su innecesario radar de peligro estaba al nivel máximo de
sensibilidad, pero con el efecto góndola activo todavía en su expresión, sus características estaban relajadas.

Tomé un sorbo de té del equipo que fue dejado en mi habitación y miré a Asuna en frente de mí.

— ¿Te gustan... los barcos?

Ella parpadeó un par de veces y sonrió con audacia.

— No del todo, realmente... pero siempre quise montar en una góndola. Nunca pensé que ese sueño se hiciera realidad en Aincrad.

— Ya veo. Por lo menos no es del todo malo que el cuarto piso estuviese lleno de agua –noté. Ella pareció comprender algo.

— Oh... entonces ¿en la prueba beta no había ese tipo de cursos y canales?

— Exacto. Solo era un pueblo gris, aburrido y polvoriento. Vagamente recuerdo algo.

— Bueno este me gusta mucho más. Sé que las góndolas no pueden salir del pueblo, por lo que probablemente tengamos que apañárnosla con más trajes de baño... bueno, puedo encargarme de ello.

A pesar de estar completamente encantada con montar el bote, ella aun captó cada palabra de la conversación que tuve con el gondolero. No pude evitar sonreír ante su naturaleza capaz.

— Cierto. En cuanto a lo que sigue, deberíamos descansar, luego reabastecernos, reparar, y reemplazar nuestras cosas aquí en el pueblo; aceptar todas las misiones disponibles; y reunir toda la información que podamos acerca del cuarto piso. Eventualmente tendremos que dejar el pueblo en busca de otros lugares, lo que significa que tendremos que volver a usar esos flotadores...

La mirada soñadora gradualmente se desvaneció de los ojos de Asuna, siendo reemplazada por tu típica expresión fría.

Puedo encargarme de nadar – el problema son los monstruos. Ese renacuajo- lagartija de antes fue un poco decepcionante cuando se vio que le cuerpo era más grande que la aleta, pero aún tenía un cursor rojo brillante, ¿no? Eso significa que era de un nivel notablemente alto...

— Claro. Y obviamente ese no será la única especia de monstruos en el piso... lo mejor es prepararnos bastante para combates bajo el agua.

Solo tenía una delgada línea de experiencia con eso desde la prueba beta. Un jugador no solo tenía que manejar el tomar y contener la respiración, sino también la resistencia del agua que era bastante feroz. Los luchadores con armas enormes tenían que ser capaces de manejar esas armas, mientras que aquellos con armas pequeñas solo podían ser agiles en zonas acuáticas. Las que mejores se acoplaban
eran armas tipo lanzas, con sus longitudes podían llegar y realizar ataques punzantes que se encontraban con la resistencia mínima del agua. Y ni Asuna y ni yo teníamos habilidades de lanza.

Era irreal iniciar un entrenamiento ahora, pero Asuna podría hacer lo mejor con los cortes tipo lanza de su estoque, y yo podía limitarme a realizar habilidades...

De repente, Asuna bajó su té y gritó:

— ¡Oh, cierto! ¡Lo olvidé, necesito hacer traje de baño!

— ¿E-estás hablando en serio?

— Pues claro. Creo que vi que los vendían en alguna de las tiendas, pero sería una perdida gastar el dinero cuando ya tengo la habilidad de Costura.

— B-bueno, tienes un punto... ¿puedo pedirte que me hagas algunos boxers también?

— ¿Debería diseñarlo con ese renacuajo con aletas, esta vez?

Estuve a punto de rogar en contra de ello, pero antes de eso se me ocurrió algo más.

— Uh, espera, espera.

— ¿Q-que quieres decir? Ni siquiera he empezado.

— No, digo, estoy pensando...

Miré de reojo, tratando de sacar la información relevante de esa conversación que tuvimos en el campamento de Elfos Oscuros en el tercer piso acerca de costura.

En el segundo piso, había visto la montaña de trajes de baño que salió del inventario de Asuna. Esos no estaban aptos para usarse, sino que eran producto de su entrenamiento para aumentar la experiencia de su habilidad.

Después de eso, ella mencionó que ya había sacado la habilidad de Costura de su ranura.

—...no, no funcionará.

— ¿Qué no va a funcionar?

— Ya no posees la Costura en tus ranuras, ¿o, sí? Esto podría dejar en shock si no lo sabes... pero una vez que remueves una habilidad de su ranura, su nivel se regresa a cero –expliqué.

Ella asintió sin parpadear: — Podré ser una novata, pero incluso lo sé. Además, surge una advertencia en el momento en el que remueves la habilidad de la ranura.

— Oh... bien. Eh, digo, ¿vas a entrenar nuevamente desde cero?

Ella sacudió su cabeza, exasperadamente: — Podré trabajar duro, pero no soy tan paciente. Como un hecho...

Asuna abrió su ventana de juego, una mirada escéptica se marcó en su rostro.

Cambió hacia su inventario y materializó un pequeño objeto.

La pequeña botella de cristal con forma de nuez resonó en la mesa de café. Habia una pequeña cantidad de un líquido azul brillando débilmente dentro de la botella densa y transparente.

— ¿...qué es esto?

— ¿No lo viste en la prueba beta?

— No... no lo recuerdo.

Estiré la mano para agarrar el frasco, pero ella rápidamente lo alejó.

— ¡Detente si no sabes lo que es! ¡No te atrevas a abrirlo!

— L-lo sé, solo iba a leer la descripción.

— ¡Hablo en serio!

Su advertencia seria me hizo querer abrirla y tomármelo con un solo movimiento, pero no estaba presentándome en una comedia, por lo que me comporté.

Cuidadosamente, y evitando mover la tapa de cristal, lo tomé, me sorprendió lo pesado que era a pesar de medir tres simples pulgadas de largo. Toqué el lateral del cristal con un dedo y examiné la ventana de propiedades que apareció.

— Se llama... ¿Botella de Cristal de Kales’Oh? Nunca he escuchado de ella.

Veamos aquí... esta botella te permite guardar la experiencia de cualquier habilidad que esté equipada actualmente en una ranura de habilidad... ahhh...

Tres segundos pasaron.

— ¡¿Qu-qu-qu....que queeeeeé?!

La onda de choque de mi grito agrietó los muros, rasgó las sábanas, y quebró cada ventana en la habitación.

Bien, en realidad, solo provocó una leve onda en la superficie de la taza de té, pero ciertamente se sintió como si realmente tuvo ese tipo de impacto destructivo.

Mi boca estaba congelada, abierta por el shock. Asuna retiró la botella de mis dedos y manipuló los ajustes en la ventana de propiedades, luego rápidamente quitó el tapón.

El líquido al fondo del frasco cambió a una luz azul que flotó en el aire. Ella tomó un aliento profundo y aspiro con la nariz, luego exhaló una luz amarilla en la botella antes de colocarle la tapa. El contenido esta vez parecía como aceite de limón. Ella colocó la botella nuevamente en la mesa y me sonrió.

— Ahora mi habilidad de Costura está de vuelta y con su nivel anterior, y mi habilidad de Sprint está guardada en la botella.

—...ya... ya veo... eh, entonces, si puedo preguntar, ¿Dónde obtuviste ese objeto...?

— Fue algo caótico, por lo que no podría decirlo, pero creo que esa fue la única vez. ¿Recuerdas justo después que llegamos al tercer piso, y ayudamos a Kizmel a luchar contra ese caballero Elfo de Bosque? Creo que debió haber caído de ese caballero élfico.

— Ohhh –asentí, aun sin superar el shock. Ahora que lo mencionaba, Kales’Oh era el nombre de la nación de los Elfos de Bosque que una vez existió en la superficie, eso de acuerdo a la historia de Kizmel.

De hecho, ese guerrero élfico abrumadoramente poderoso – lo suficientemente fuerte como para que los jugadores fuesen incapaces de ganar, como se trataba de un evento de batalla histórico – dropeó un numero de objetos fantásticamente raros para mi también. Pero como estuve tan desconcertado por el dialogo de Kizmel que parecía de todo menos de NPC, que no me tomé la molestia de verificar el botín.

Asuna no pudo haber imaginado las propiedades del cristal hasta tarde en la noche. No describimos o preguntamos las habilidades hechas o el contenido del inventario de cada uno a menos que fuese absolutamente necesario, por lo que una semana pasó sin que yo supiese que Asuna tenía un objeto tan extremadamente valioso.

— ¿Vas a quedarte sentado allí y permanecer en shock todo el rato? Si ya terminamos de hablar, ¿puedo irme a mi habitación a hacer los trajes de baño ahora? –preguntó. Eso rompió mi efecto de parálisis.

— Oh, uh, ummm –murmuré, tratando de organizar mis pensamientos. Levanté mis manos–. E-espera... espera un momento. Hay unas cuantas cosas de las que quiero asegurarme.

—...muy bien, pero ¿por qué no te relajas primero?

— E-está bien.

Me tomé mi té frio y dejé escapar un aliento extenso. La Botella de Cristal de Kales’Oh aún estaba justo allí en la mesa. Miré el líquido amarillo brillante hecho de pura experiencia de habilidad.
El líquido llenó un veinte por ciento de la capacidad del frasco. Asumiendo que la habilidad Sprint de Asuna estaba por el nivel 50 más o menos, y la cantidad de líquido correlacionaba directamente a la experiencia, entonces la botella podía guardar una habilidad completa al nivel de experiencia máximo de 1.000.

Tomé otro aliento profundo y la miré.

— ¿Le has dicho a otro jugador sobre esta botella, además de mí? –la esgrimista se encogió de hombros y sacudió su cabeza:

— ¿Estás segura? ¿Ni siquiera a Argo?

— Escucha, has estado viajando conmigo durante una semana entera desde que obtuve este objeto. ¿En qué momento podría tener la oportunidad de verme con Argo a tus espaldas?

— Oh... buen punto...

Sentí un alivio fluir en mí, pero Asuna aún me lanzaba una mirada escéptica.

— ¿Qué pasa con esa reacción exagerada? Esta botella es para colocar tu nivel de habilidad dentro y sacarla – aun así tienes que hacer el trabajo de aumentarla.

Estas actuando como un bebedor que automáticamente entregaría cien puntos de habilidades o algo así. ¿Es que acaso es la gran cosa?

Estaba completamente aturdido por lo que mi compañera temporal estaba diciendo y resignado – aparentemente así era como pensaban los no jugadores de RPG. Intenté lo posible para hacerle comprender mi sorpresa y ansiedad.

— La cosa es... como dije, pierdes tu progreso de habilidad aquí en SAO cuando remueves tu habilidad de la ranura. En el nivel 16, que es en el que me encuentro ahora, solo puedo utilizar cuatro habilidades a la vez.

— Eso lo sé. Tienes Espadas a Una Mano, Artes Marciales, Búsqueda, y... Ocultamiento, ¿no?

¡Ella sabe!

Pero era demasiado tarde para estar alarmado por eso a estas alturas. Aclaré mi garganta y continué:

— S-si, en fin, seriamente me pregunto si podría remover Ocultamiento para poder equipar Natación a cambio.

— ¿Hay una habilidad de Natación? ¿Qué pasa si la usas?

— Puedes nadar rápido, no hay mucha resistencia al agua, y puedes moverte mucho más bajo el agua. En este piso, eso sería una gran ayuda, pero probablemente no termine usándola. Lo más seguro es que el terreno cambie en el próximo piso, por lo que estaría desistiendo de todo el esfuerzo que he puesto en Ocultamiento, solo por el bien de este único piso.

— Ahhh... entonces con esa botella de allí, tú podrías guardar una de tus habilidades adicionales que están en uso, y temporalmente establecer la habilidad de Natación en una ranura solo por este piso.

— Exacto. Cada jugador que viene a este piso va a tener que enfrentarse a esa dura elección. Si se corre la voz de que hay un jugador con una botella mágica que puede guardar tu progreso de habilidad, vas a ser acosada por la gente que busque comprarla, husmeando por todos lados, y recabando información y así.

Había otra posibilidad mucho más oscura que podía ver nacer, pero elegí no mencionarla. Asuna estiró la mano y tomó la botella de cristal para mirarle, apreciando su verdadero valor por primera vez.

— Ya veo... ahora que lo pienso, Nezha de los Legend Braves pudo haberla usado para aprender Artes Marciales sin tener que dejar Espadas a Una Mano. Ya que efectivamente te da una ranura extra de habilidad, supongo que puedo ver por qué la gente podría provocar un gran problema por ello...

Como siempre, ella se adaptó a los conceptos rápidamente para ser una novata.

Asuna levantó la mirada y continuó, hablando más rápido de lo usual.

— ¿Qué si solo seguimos adelante y liberamos toda la información que tenemos sobre esta cosa? Si le decimos a Argo, ella lo colocará en sus guías estratégicas, ¿no? Así nadie necesitaría acercarse a preguntarnos.

— Si... no estoy diciendo que deberíamos ocultar su existencia... pero...

Me incliné y descansé mi mentón en mis manos cruzadas, pensando fuertemente.

— El problema es, que el Sagrado Caballero Élfico de Bosque de quien obtuviste la botella, solo está disponible para luchar durante el evento de batalla en el Bosque de Nieblas Ondulantes allá en el tercer piso, por ese lado. Básicamente solo tu obtuviste la oportunidad. Supongo que la mayoría de los jugadores en la línea delantera como el Aincrad Liberation Squad de Kibaou o los Dragon Knights Brigade de Lind ya han acabado ese evento de la forma normal por ahora...

— Ya veo... entonces ya es demasiado tarde publicar esa información.

— Si. Además, no es tan fácil derrotarlo, incluso si tienes la oportunidad...

— Logramos hacerlo, ¿no? –ella dijo con simpleza.

Tuve que admitir que ella tenía razón, pero yo poseía mis dudas. Me acaricié los flequillos y admití algo que había estado en mi mente todo el tiempo: — ¿...cómo se supone que fuimos capaces de derrotar al Elfo de Bosque, dime...?

En el pequeño silencio que siguió, recordé una conversación que tuve con Kizmel en la tienda de baño del campamento Élfico Oscuro.

Ella clamó que últimamente había tenido un sueño extraño.

En el sueño, Kizmel estaba luchando con un poderoso caballero Élfico de Bosque.

A mitad del duelo, yo me presenté con un número de compañeros, ninguno de los cuales era Asuna. La ayudamos a luchar, pero nadie fue capaz de encargarse del Elfo de Bosque, y el grupo cayó uno tras otro – hasta que Kizmel se vio forzada a liberar la protección del Árbol Sagrado para salvar nuestras vidas, luego pereció.

Además de las preguntas del por qué un NPC soñaría o si un NPC realmente «duerme» en el verdadero sentido de la palabra, una cosa surgió – el contenido de ese sueño era disonantemente similar a mi experiencia con la misión «Llave Jade» durante la prueba beta de SAO.

Kizmel era un NPC extremadamente especial con una IA altamente avanzada.

Eso estaba bastante claro.

¿Acaso esa era la razón por la que ella mantuvo recuerdos de los tiempos de la prueba beta? O ¿era que la presencia de ese recuerdo se había vuelto especial?

¿Era por Kizmel que Asuna y yo fuimos capaces de derrotar al mortífero caballero Élfico de Bosque en la versión comercial del juego...?

—...creo que es porque intentamos lo mejor –murmuró Asuna. Levanté la mirada con una alteración–. Kizmel, tú y yo peleamos tan duro como pudimos, creyendo que podíamos ganar. Eso fue lo más fuerte que me he concentrado en una batalla desde que llegué a Aincrad – incluso más que en los jefes de piso.

Como un gamer, estaba acostumbrado a la idea de que un «evento de auto- perdida» nunca podría revertirse, sin importar cuanto lo intentara uno, pero no pude acercarme y convertirlo en palabras.

—...si... exacto. Realmente lo estuviste durante esa batalla. Y luego de esforzarte mucho en ello, realmente esperaste obtener una gran parte de la recompensa o dos fuera del trato.

— ¡Tal como sabes, no estaba haciéndolo con la esperanza de ser recompensado con objetos! –ella reclamó, levantando un puño. Me reí y me disculpé.

Sword Art Online no era como los demás RPGs que solía jugar. Este era un juego de la muerte sin botón de desconexión, y el primer VRMMORPG del mundo. Si me estancaba en mis nociones preconcebidas de cómo deberían ser las cosas, estaría perdiendo lo que estaba frente a mis propios ojos.

Le di a Asuna una mirada seria y pregunté: — ¿Al menos podemos tomarnos algo de tiempo para pensar en lo que haremos con la información de esa botella de cristal? Tal como lo dije, no quiero mantenerlo por siempre como un secreto. Pero mientras yo sepa que eso puede ser la fuente de un problema, primero y principal quiero mantenerte a salvo.

Esperé que ella se defendiera con una expresión sarcástica de que ella ya no era una novata y podía cuidarse por sí sola, e incluso fui más allá como para preparar una declaración más amplia para defender mi caso. Pero Asuna solo me devolvió la mirada en silencio, luego se volvió, murmurando. Apenas pude ver su boca moverse detrás de esos extensos flequillos que colgaban.

—...bueno, si eso es lo que quieres hacer, está bien.

— Oh... ¿e-estás bien con eso?

Me sorprendió bastante su respuesta, tanto, que me pregunté que estaba pensando y me incliné hacia mi lado derecho para ver el perfil de su rostro. A cambio, Asuna se volvió con más fuerza hacia su izquierda, evitando mi mirada hasta que quedó sentada completamente hacia atrás, de frente al sofá.

¿Qué está pasando aquí?

Tuve una sensación de que si no me calmaba, la esgrimista iba a explotar, por lo que me senté apropiadamente y dije: — E-en fin, tomemos un pequeño descanso. 

¿Qué tal si nos vemos... en el café de la planta baja a las seis en punto? Asuna asintió silenciosamente y se deslizó en el sofá, su espalda aun en dirección a mi cara. Se levantó y colocó la Botella de Cristal de Kales’Oh en su inventario, luego dejó la habitación sin siquiera verme.

¿Qué botón le presioné?

Me ajusté en una posición de asiento.

Cinco segundos después removí todo mi equipo, envié un único mensaje instantáneo, y me tendí en la cama junto a la ventana, me quedé dormido.

Cuando la alarma que establecí me despertó rudamente, la luz en la habitación era del color del atardecer. Me senté lentamente y tiré de la cortina para abrirla y ver la plaza de teletransporte de Rovia desde mí ubicación en el segundo piso.

En solo tres horas, la plaza se había llenado con incontables jugadores. 

Miembros de la línea delantera visitaban los productos de las tiendas NPC, los turistas consumían alimentos de los carros, y parejas de apariencia romántica sentadas en las bancas frente al agua.
Este era el día numero cuarenta y cinco desde que el juego de la muerte había comenzado. Se sentía largo y corto tiempo, pero lo consideraba algo bueno si los problemas terminaron calmándose lo suficiente como para que la gente se considerara como pareja – esta era mi opinión más magnánima como un estudiante frustrado de la escuela media. Mientras tanto, noté una línea particularmente larga en el muelle de góndolas en el sur.

— Ugh... mierda, lo olvidé –gruñí, arrodillándome en la cama. 

Debí haber esperado esto. Solo había unas góndolas, por lo que si muchos jugadores aparecían, era inevitable que esa fila se formara. Tenía que acostumbrarme a la idea de que movilizarse por Rovia tomaría más tiempo de lo normal.

Al menos, me aliviaba ver que tantos jugadores pudiesen agruparse en un espacio tan limitado y alinearse pulcramente sin problemas.

No mucho antes tuve la idea de que un grupo de cinco jugadores armados intentara abrirse paso hacia la parte delantera de la fila y obtuviese las góndolas más grandes que apenas estuviesen llegando. Naturalmente, ese grupo estaba a punto de protestar. Pero el líder que empuñaba la gran espada larga del grupo ofensor estaba gritando de forma muy enojada.

No podía oírlos desde esta distancia –segundo piso de una habitación de posada–, pero pude imaginarme lo que decía:

— ¡Estamos luchando para liberarlos a ustedes, jugadores normales! ¡Nuestra necesidad debe ir primero!

Los turistas con equipo de material simple no tuvieron más elección que dejarlos ir con infelicidad. El hombre y sus compañeros blandieron sus equipamientos de metal brillante en un acto de fuerza y saltaron en la góndola.

En lo que el bote dejó el muelle, murmuré para mis adentros: — Ese fue un mal movimiento, Haf.

El quinteto que había cortado la fila usaba dobletes azules. Ellos eran miembros de los Dragon Knights Brigade, un gremio de la línea delantera que apenas fue creado en el tercer piso. Y el hombre con la gran espada ejerciendo el papel de líder era Hafner, uno de los oficiales del gremio.

Ellos probablemente acababan de terminar de reabastecerse y abrir las misiones en el pueblo y estaban por comenzar a conquistar las cercanías del piso. Pude entender cómo los guerreros en una misión podrían frustrarse por estar esperando en una fila detrás de los turistas que no tenían un gran propósito.

Pero si se tenía que evitar algo, eso era que la población de la línea delantera actuase como si fuese especial y generara el desdén de los demás. Uno nunca sabía si esos a quienes no se les había visto oscilar espadas aun, algún día podrían emerger de la seguridad del pueblo y convertirse en uno de la línea delantera por su propia voluntad y habilidad.

De hecho, si eso nunca sucedía, no podríamos acabar el juego. El grupo de la delantera era apenas un cincuenta por ciento fuerte y ciertamente seria derribado con el tiempo. Necesitábamos tantas personas como ayuda posible para avanzar en el progreso humano del juego.

Acallé un suspiro y verifiqué la hora. Solo quedaban tres minutos para nuestro encuentro a las seis de la tarde.

Saliendo a rastras de la cama, me vestí con mi equipo usual y salí a paso lento de la habitación. Cuando me vi cara a cara con Asuna por primera vez en tres horas, ella estaba con su actitud fría de siempre.

— Lamento la espera –dije, tomando asiento frente a ella. No había otros jugadores en el café además de nosotros – la vista palideció notablemente en comparación a lo que se mostraba en el exterior.

— Acabo de llegar –dijo ella enfáticamente, luego deslizó el menú hacia mí. 
Vi que además de las bebidas y dulces, ellos tenían unos cuantos objetos que parecían pescados.

— ¿...deberíamos pedir una cena temprana?

— Quiero pedir algo para comer de los carros de allá afuera.

— Bien. Solo bebidas, entonces... ¿o algo que quieras para llevar?

— Eso está bien para mí.

Parecía que hubiese algo distinto en ella, pero no habíamos estado trabajando juntos tanto tiempo como para yo estar seguro de ello, por lo que lo dejé de lado mientras me levantaba. Era una forma pobre reunirnos en una cafetería en el mundo real y salir sin ordenar nada, pero los NPC camareros aquí solo nos observaban sin quejarse.

Dejamos la posada sin realizar el cierre. La base inferior del piso superior era algo entre rosa e índigo. Dentro de otros treinta minutos estaría propiamente oscuro.

Pero en todo caso, la fila de góndolas en el otro extremo de la plaza aún era larga. 

Los edificios de piedra estaban encendidos con lámparas cuya luz se reflejaba en el agua en una exhibición cautivadora. Quizá la hora nocturna aquí era considerada la hora pico del negocio de navegación.

— Bueno, eh, puedes ver la fila... ¿aun quieres formarla? O ¿deberíamos olvidarnos de las góndolas y nadar por nuestra cuen...?

Me detuve en el mismo instante que sentí la mirada fría bajo su capucha.

—...o no. Supongo que deberíamos ir a formar para un viaje al área comercial.

— Pero primero quiero visitar los carros de alimentos.

— Oh, bueno.

Nos abrimos paso hacia el extremo este de la plaza, donde cinco o seis carritos elegantes estaban estacionados. Por lo que pude decir, solo tres de ellos vendían alimentos que podría servir de cena. Había un preparado de pescado frito y vegetales cocidos, una pizza marina con calamar y mariscos, y un emparedado panini con pescado a la parrilla y hierbas.

— Ya veo. Así que el estilo principal de la comida de este piso es el pescado – apunté.

— ¿No te gusta el pescado?

Sacudí mi cabeza rápidamente: — No, no es eso. Es que esperaba más... un par de elecciones tradicionales. Tal como pescado hervido o sashimi.

— Sabes muy bien que no tendrás ese tipo de elecciones en un pueblo como este.

— Buen punto. Tendré que mantener la esperanza para el décimo piso... creo que pediré el panini. ¿Y tú?

— Eso también suena bien para mí.

— ¿Quieres esperar en la banca mientras los compro?

Asuna me lanzó otra de esas miradas ascendentes debajo de su capa, luego se volvió.

¿Qué está pasando aquí? Se siente como la vez cuando ella comió pan de crema en Tolbana allá en el primer piso.

Los panini costaban doce col cada uno en el carrito. Compré dos y regresé a la banca. Le entregué una a Asuna, luego la detuve cuando noté que ella estaba a punto de abrir la ventana de intercambio para pagarme por el emparedado.

— No, corre en mi cuenta.

— ¿...por qué?

— Porque, eh... oh, porque te deberé por hacerme el traje de baño.

Afortunadamente, ella asintió y aceptó mi oferta. Ella estaba actuando extraño, pero al menos ella no estaba enojada conmigo.

Estuve a punto de sentarme junto a ella, sacudiendo mi cabeza, confundido, cuando la mano de alguien surgió desde la oscuridad detrás de nosotros y una voz burlona resonó en mi oído.

— Muchisimas gracias, Kii-boy. Estaba hambrienta.

No estaba seguro si seguirle la corriente («Tu Ocultamiento es tan bueno como siempre») o ser honesto y rechazarla («¡No! ¡Esa es mi cena!), pero el resultado tuvo un poco de ambas partes.

— ¡Tu Ocultamiento es tan bueno como siempre, pero esa es mi cena y no puedes quedártela!

— Hmph. Así que le compraras uno a ella, y a mí no. Ya veo como es todo.

— ¿Qu...? Yo... ¡escuchaste lo que dije, eso era un agradecimiento por hacerme un objeto! ¡No tiene nada que ver con hacerle un favor a alguien!

Una pequeña jugadora se materializó desde la oscuridad usando una capa con capucha de color beige que era parecida a la de Asuna. Sus ojos estaban ocultos detrás de sus mechones curvos, pero los tres bigotes dibujados con pintura facial en cada una de sus mejillas no dejaban que uno se preguntara quien era.

Argo la Rata, la proveedora de información, saltó sobre el respaldar de la banca con una sonrisa en su rostro y se sentó junto a Asuna. Ella miró a su izquierda y deslizó su capucha un poco hacia atrás.

— Buenas noches, A-chan. Buen trabajo con el jefe del tercer piso y el portal del cuarto.

— B-buenas noches, Argo-san. Um... ¿te gustaría un poco? –preguntó Asuna, ofreciéndole nuestro panini. Argo rio y sacudió su mano en negación.

— No, no, aprecio la oferta. Come.

— Eh, bueno...

Asuna parecía como si no estuviese segura de que Argo tuviese hambre o no.

Suspiré y decidí calmarla.

— No te preocupes por ello, Asuna. Su habilidad de Tomar el Pelo es la mejor en todo Aincrad.

— ¿Tomar el pelo...?

Asuna reconoció algo sobre esta escena, me observó, luego al panini en sus manos, luego a Argo a su mano derecha.

— ¡N-no es eso, Argo-san! ¡Nosotros no somos, en lo absoluto, de ninguna manera, de esa forma!

— ¡Nyo-jo-jo, lo entiendo, lo entiendo! –ella soltó una carcajada espeluznante.

Salté en la banca al lado de derecho de Argo y rápidamente terminé el mensaje:

— Es cierto. No vendas ningún rumor gracioso.

— ¿Por qué?, eso duele. Sabes que no es mi estilo vender rumores y cotilleos.

— Si, seguro. En fin, el hecho de que estés aquí debe significar que tienes todos los Intel que necesitas.

— ¡Ya lo creo! De hecho, apenas me tomó tres horas desde tu mensaje ver lo que querías, por lo que imaginé que podría generarme una comida gratis además de mi pago, pero...

Ella me tenía sobre las brasas. Después de todo, le dije que quería lo más pronto posible, justo antes de ir por una siesta rápida.

— B-bien, bien. ¿Qué quieres?

— Santo cielo, seguro podría ir por una pizza con queso –comenzó.

Antes que la frase pudiese terminarse, ya había empezado a esprintar hacia el carrito de pizza marina.

— Lamento darle problemas. Esta es una simple muestra de mi gratitud –le presenté la pizza con broche de oro y Argo me sonrió.

— Muy bien, sir.

— Entonces, comamos... cómelo antes de que se enfrié, Asuna –le hablé a la esgrimista al otro lado de Argo. Los tres agradecimos y comenzamos a devorar nuestra cena de estilo italiano.

En la vida real, nunca había comido un verdadero panini, pero entre el pan duro y crujiente, el fragante pescado blanco a la plancha, y la salsa de tomates con hierbas perfumadas, parecía que probablemente esto era realmente una buena recreación. Ahora si solo los ingredientes principales fuesen un gran trozo de carne y una densa salsa de teriyaki y mayo...

Asuna y Argo estaban hambrientas, y engullimos la mitad de la comida antes de finalmente dejar de respirar.

Antes de proponérselo, Argo sacó un pergamino de uno de los muchos bolsillos en su cintura y lo sujetó entre sus dedos.

— Normalmente aplico cargos extra por un servicio rápido... pero iré al nivel normal esta vez como agradecimiento por la pila de queso que me has comprado.

Son quinientos col.

Saqué la moneda de oro que tenía en el bolsillo de mi abrigo solo para esta ocasión y se la pasé a Argo. Tocando el pergamino que ella me entregó automáticamente se desdobló.

— ¿Qué información le solicitaste? –preguntó Asuna, inclinándose. Le mostré la ilustración en el pergamino: un mapa detallado de Rovia. Argo en sí no había dibujado este mapa, claro. Alguien podría producir lo mismo por caminar simplemente por todo el pueblo, luego copiar la información del mapa en un objeto- pergamino como este.

La diferencia era que el mapa de Argo tenía cerca de veinte marcadores-signos de exclamación ubicados por todo el pueblo. Esto era por lo que pagué los quinientos col.

— ¿Todos eso... son las misiones de NPC? –preguntó Asuna, tan astuta como siempre. Asentí silenciosamente y le devolví una mirada exasperada.

— Bueno, odio ser tan duro con Argo, ya que ella hizo todo el trabajo... pero podrías encontrar todo esto solo caminando por el pueblo. Y de todos modos, necesitaremos visitar esos lugares para comenzar la misión.

— Esa también era mi suposición. Y ¿tú no habías terminado todas esas misiones en la prueba beta, Kii-boy?

— Esa es la cosa –murmuré, mi boca estaba llena de panini–. Siento que mientras más camino por el pueblo, más recuerdos antiguos desaparecerán... solo quiero ser capaz de ver las ubicaciones a la vez de esa forma.

— ¿...ohhhhh?

Había más de una pista de entretenimiento en la voz de Argo. Elegí mirar el mapa del pueblo en lugar de satisfacerla.

Como sospeché, la capa del pueblo en sí era exactamente la misma. Toqué cada icono en secuencia, recordando la forma polvorienta y seca que la estructura solía tener. Con cada toque aparecía un resumen rápido de las misiones escrito por Argo.

Una vez que los examiné todos, apunté a un único marcador en la esquina noroeste del mapa.

— Este.

— ¿...que tiene? –preguntó Asuna, sospechosa. Le sonreí.

— Esta misión no estaba allí en la prueba beta. Este es el punto que se vuelve clave para este pueblo... no, para conquistar todo el piso.

— Si tienes toda la Intel en esta misión, te la compraré –ofreció Argo, y con un persistente olorcillo a queso, ella se devolvió a la oscuridad.

Asuna y yo acabamos con los últimos trozos de nuestros emparedados y nos levantamos de la banca para observar el muelle en el sur. La fila parecía un poco más corta que antes, pero aún tenía unos buenos treinta minutos de espera.

Gracias al poder de un estómago lleno y una conversación con Argo, Asuna recuperó su humor de siempre. Luego apuntó: — No me importa hacer la cola... pero ese muelle tiene un sistema terrible.

— ¿Oh? ¿Qué hay de eso?

— Los pequeños de dos asientos y los grandes para diez personas están colocados en el mismo lugar. Eso toma tiempo extra porque una persona terminará montándose en una góndola grande, y luego los grandes grupos tienen que dividirse y tomar varias góndolas pequeñas. Al menos deberían dividir a la gente en tres filas distintas.

— Buen punto. Entonces... ¿deberíamos proponerles eso?

—...realmente ese no es mi estilo.

— No lo sé. Tienes esa clase de actitud de estilo representativo, por lo que apuesto que la gente...

Abandoné el resto de la frase cuando sentí la terrorífica mirada de rayo láser en mi rostro.

Las vistas nocturnas de Rovia ahora eran realmente encantadoras, pues las lámparas coloridas y luces de ventana del pueblo brillaban en la superficie del agua oscura. Incluso las góndolas llenas de jugadores tenían linternas incluidas, situadas en la proa y popa de las pequeñas y las colgadas en los techos de las grandes. La vista de las góndolas cruzando los canales era tan hermosa que...

— ¡Ah...!

Chasqueé mis dedos, pues una idea repentina se encendió en mi cerebro.

— ¿Qu-qué?

— ¡Por aquí! Lo explicaré luego.

Toqué la espalda de Asuna y troté hacia el embarcadero en el extremo norte, la dirección opuesta al muelle. No había botes varados allí, por lo que la valla de piedra apilada en el agua estaba bastante tranquila. Pero eso también significaba que las góndolas flotaban bastante calmadas.

— Tengo un mal presentimiento de esto –murmuró Asuna, intentando retroceder.

Agarré el borde de su capa con fuerza.

— No te preocupes, está bien.

— ¡No está bien! ¡Esto no me gusta!

— ¡Estarás perfectamente bien!

— ¡Hazlo por tu cuenta si estás tan entusiasmado! –gritó.

Miré a los lados. Dentro de unos segundos, una de las góndolas de doce asientos venia acercándose progresivamente a la derecha. De forma bastante afortunada, otra góndola del mismo tamaño se acercaba desde la izquierda. Calculé adonde pasarían ambas, teniendo en cuenta que el trafico parecía moverse hacia el lado derecho en este lugar, luego nos movimos tres yardas a la izquierda y cinco hacia atrás.

— Te daré cinco segundos y contando.

— ¡T-te lo dije, no quiero hacerlo!

— Es divertido, Asuna, podría jurar que tenía una agilidad más alta que la mía.

— Rgh... s-sabes que no es justo hablarlo...

— Esto debería ser fácil para ti, Asuna. Quiero decir, ya que tienes la habilidad de Sprint y todo eso.

— Pero la acabo de cambiar... ¡Arrgh, oh, está bien!

— Y cinco, cuatro, tres, dos, uno...

Al llegar a cero, comenzamos a correr. Golpeé la pequeña valla con tranquilidad y me lancé de ella con mi pie derecho. Todo el tráfico en los canales de Rovia viajaba hacia el lado derecho, por lo que salté y me estiré hacia la góndola que se acercaba desde la izquierda. Una vez que logré aterrizar con la punta de mis pies, la góndola se sacudió ferozmente y los pasajeros gritaron alarmados. Di una
disculpa rápida y corrí por el tejado para saltar otra vez.

A mitad del aire, miré hacia atrás para ver que Asuna aun estaba allí. Ella tenia un mejor poder de salto que yo, por lo que ella debería ser capaz de hacer cualquier salto que yo hiciese, pero secretamente me sentí aliviado cuando aterricé en la segunda góndola que venia de la derecha.

La gente que iba en esta góndola ya debia haber notado la demostración de acrobacias ninjas que pasaban por encima de ellos, ya que ellos aplaudían y silbaban ante la vista de Asuna saltando con gracia a través del cielo nocturno.

Agradecido de que ellos no estuviesen quejándose, corrí por el tejado y salté por tercera vez.

Pero...

— ¡Ugh!

La orilla lejana estaba más lejos de lo que pensaba. Apresuré mis extremidades a mitad del aire, estirando mis brazos tanto como pude, hasta que apenas logré agarrar el borde del muro con la punta de mis dedos.

Como todo mi cuerpo impactó contra la pared, escuché un ligero paso sobre mi cabeza. Cuando levanté la vista, vi a Asuna de pie sana y salva sobre mí, sus manos en sus caderas y una mirada de decepción en su rostro.

— Si no estaba seguro de poder hacerlo, no deberías haberlo intentado –lanzó un regaño. No podía preocuparme por responderle. Tuve un claro y repentino entendimiento de la razón por la que los pasajeros de la góndola habían estado alegres.

— Eh, ¿Asuna?

— ¿...qué?

— Estás, eh, en un pequeño peligro... angularmente hablando.

— ¿A qué te refieres...?

Asuna caminó, mirándome sospechosamente mientras yo estaba colgado junto a sus pies, luego de repente se puso lo suficientemente roja como para yo ver, incluso en la oscuridad. Ella rápidamente colocó sus manos sobre el borde de su falda, luego sonrió por alguna razón y levantó una de sus botas.

— Es mejor que subas rápidamente antes de que yo te pise.

— ¡B-bien, bien, voy subiendo!

Escalé el muro con prisa.

Rovia tenía un diseño cuadrado con canales principales que se cruzaban – técnicamente, la plaza de teletransporte estaba en el centro del pueblo, por lo que no había intersección actual – y dividía al pueblo en cuatro partes.

Si el norte era la «cima» del pueblo, entonces la parte superior era el área de exploración, con un parque, una plaza, y un teatro al aire libre. El extremo derecho era el área comercial, poblado totalmente de una gran variedad de negocios. El extremo izquierdo era el área de hospedaje, con grandes y pequeñas posadas. En el cuadrante superior izquierdo, donde estábamos ahora, era el centro de la ciudad donde vivían todos lo NPC.

Naturalmente, cada cuarto tenia canales más pequeños que lo dividían, requiriendo el uso de un bote para seguir avanzando. Como las góndolas circulaban por cada extensión de agua, decidimos parar un bote de dos asientos. 

Esta vez, le dimos al NPC las coordenadas en lugar de un nombre, pagamos la cuota mediante un calculador que automáticamente dividió el costo, luego con cansancio nos sentamos en los dos asientos.

La esgrimista con minifalda mejoró mucho su humor en el momento en el que se sentó en la proa, y comenzó a observar el pueblo con chispas en sus ojos. Esta era la zona más plana de todas las áreas de Rovia, pero incluso el sector residencial, hogareño y practico tenía su propio encanto.

Los niños jugaban con botes de juguete en el canal de agua de sus propios porches, mientras unas aves madre e hija volaban por las ventanas de las cocinas, y una cálida luz naranja brillaba en el agua.

— ¡Ohh, esa casa está en venta!

Miré adonde Asuna apuntaba y vi una pequeña casa de dos plantas con un letrero de Se Vende.

— Oye, tienes razón. Asi que aquí hay casa para jugadores.

— Me pregunto cuánto cuesta –se cuestionó, sus ojos brillaban aún más.

Resoplé irónicamente: — No miraría el precio si fuera tú. Solo te decepcionarías.

— Sé que serán caras. ¡Pero soy libre de tenerlo en cuenta como algo que puedo poseer si trabajo lo suficientemente duro!

— S-seguro, eso es cierto... pero no recomendaría comprar una en este pueblo.

Es un lugar hermoso, divertido para turistear, pero en realidad vivir aquí sería peligroso cuando paseas por allí –noté. Asuna tomo ese consejo de corazón sorprendentemente rápido.

— Buen punto. Me preguntó que hacen las personas aquí para sus compras diarias y cosas así.

— Quizá solo nadan por allí cuando nadie los observa.

— Oh vamos, no arruines la ilusión. Pero... si decido comprar una casa, ahorraré para comprar una con vista a un lago –anunció, luego miró otra vez hacia adelante.

Yo mantenía más la opinión de que el dinero que se podía usar para comprar una casa para jugadores era mejor gastarlo en hospedaje en posadas baratas y un mejor equipo, pero dada la naturaleza proactiva de Asuna, ciertamente algún día podría verla poseer una residencia junto a un lago. Quizá ella incluso me dejaría lanzarme en su sofá... No, definitivamente no.

Mientras tanto, la góndola hizo su camino a través de los canales cerrados de derecha a izquierda y nos dejó en nuestro destino en menos de diez minutos.

Más allá del pequeño muelle estaba un enorme pero antiguo edificio. Además de las grandes puertas dobles que estaban frente al agua, parecía ser solo una casa antigua sin ninguna característica notable.

Me acerqué al edificio con cautela y espié por las ventanas sucias. Dentro estaba una habitación igual de desordenada, y al fondo esta lo que parecía un anciano sentado en el piso, mirando a otra dirección. Pensé que podía ver una tenue marca «!» dorada sobre su cabeza. Esta era nuestra misión NPC.

—...me sorprende que Argo fuese capaz de notarlo –comentó Asuna. Yo estuve de acuerdo.

— Esto es más que solo buenos instintos... en fin, entremos.

Fui hacia la puerta principal y toqué dos veces. Luego de unos buenos segundos, una voz ruda respondió: — No está cerrada. Entren si quieren algo.

Esto se siente como un verdadero dolor en el culo –pensé para mí mismo mientras abría la puerta ancestral.

Dentro, fuimos saludados por un anciano en una mecedora que parecía a punto de desbaratarse en cualquier momento, con una botella de licor en una mano y una pipa en la otra. Técnicamente todo lo que hizo fue mirarnos con un ojo, por lo que ni siquiera era un saludo.

Su frágil y medio calva cabellera y su desaseada barba eran de color blanco hueso, pero su piel estaba bastante quemada por el sol, y los músculos de sus brazos y pecho eran firmes. Parecía como un viejo marinero que una vez se jacto de su fuerza y ahora estaba retirado y ahogado en el licor.

Asuna y yo compartimos una mirada, en la cual vi el mensaje es todo tuyo en sus ojos. Dubitativamente traté de decir las palabras mágicas de la misión.

— Um... señor, ¿puede ayudarnos con algo?

El anciano tomó un sorbo de su botella y murmuró: — Nop, No hubo cambio en la marca sobre su cabeza o en mi registro de misiones. Si el no respondió a la propuesta de siempre, eso significaba que este era el tipo de misión del que se suponía que tendrías que llegar luego de escuchar historias de
todos en el pueblo. Seguir el camino apropiado que nos daría la palabra clave para contratarlo, pero ya que usamos el sentido del olfato supernatural de Argo para percibir la misión, sobrepasamos el proceso natural y no sabía lo que debía decir para avanzar en la historia.

Quizá debíamos retirarnos y reunir información. Pero ya que gastamos nuestro tiempo y cincuenta col para llegar aquí, sería una perdida irnos con las manos vacías.

Miré por toda la enorme habitación, esperando encontrar alguna pista.

En un lugar propiamente limpio, algo fuera de orden seria visible de forma rápida, pero esta era todo lo contrario. Habían demasiados objetos raros, era imposible decir cual podría ser una pista en la historia. De la pared colgaba un enorme pescado, había pilas de pieles de animales, arpones oxidados, madera de todos los tamaños, recipientes con contenidos desconocidos, remos rotos a la mitad... no
podía hacer ninguna suposición, además que él era un antiguo marinero.

Justo cuando estaba por rendirme y hacer esto de la forma correcta, Asuna habló:

— Realmente no debería dejar las cosas así, tiradas por el piso, señor.

Ella tomó algo del suelo junto a la pata de la mecedora –un clavo medio oxidado de unas cuatro pulgadas de largo. Probablemente había caído desde la antigua y decrepita silla.

El hombre le dio una mirada al clavo en su mano y resopló con ira, por alguna razón, luego tomó más de su bebida. Asuna se volvió hacia mí por ayuda, pero solo pude fruncir el ceño:

— Solo colócalo en la mesa o algo.

— Bien...

Ella asintió y movió su mano para soltarlo.

Pero, sin pensarlo, le arrebaté el clavo.

— ¡Auch! ¡¿Q-qué?!

— Espera... este no es un simple clavo. Esto... tampoco es algo para lanzar. Es un clavo cuadrado... ¿Dónde he visto esto antes? –murmuré para mis adentros, trozos de información se conectaban dentro de mi cerebro.

Puertas dobles que estaban frente al agua. Cuero y madera dentro de la habitación. Una colección de objetos que había visto en un museo en la vida real hace años. Una misión que no existía en la prueba beta.

Este anciano no es un antiguo marinero.

Lo enfrenté y tomé un profundo aliento.

— Señor, ¿puede construirnos un bote?

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