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progressive 4 capitulo 10

Capitulo 10
Scherzo of Deep Night

— ¡¡Cambio!!

Shivata y Liten gritaron al unísono desde atrás de sus escudos metálicos, bloqueando el combo de tres golpes del pequeño (pero de casi dos metros de altura) golem.

Ellos usaron la fuerza de los golpes para brincar hacia atrás, y Hafner apareció entre ellos, con su espada en alto. La gruesa hoja fue rodeada por un resplandor naranja, y el sistema se encargó de llevar al guerrero hacia el frente.

La habilidad de espada a dos manos ‘Cascade’ se dirigió desde lo alto y golpeó al pequeño golem en la frente, eliminando el tercio restante de su HP. Las extremidades del golem se separaron de su cuerpo, y una vez que fueran trozos de roca sin vida, se convirtieron en destellos azules.

— Ese es un gran poder de ataque –murmuró Nezha en admiración.

Volteé hacia él y susurré:

— Es verdad, pero él también lo golpeó en el lugar preciso. ¿Notaste que el golem tenía una especie de símbolo en la frente?

— Ah, cierto.

— Ese es el punto débil de todos los golems, incluyendo al jefe de este piso.

Naturalmente, el jefe es mucho más grande, tanto que los ataques ordinarios y la mayoría de habilidades de espada no lo alcanzarían...

— Ya veo. Pero esta cosa si podrá alcanzarlo –dijo Nezha, apretando el círculo metálico en su mano derecha.

— Si, el Chakram puede golpearlo en ese lugar. Justo como con el rey minotauro en el segundo piso, tienes que esperar el momento adecuado, y serás capaz de anular el ataque especial del jefe.

— Entendido.

Mientras tanto, el equipo A terminó la limpieza del campo, y el líder del equipo Hafner dio la orden para seguir avanzando. Alcé una mano en aprobación y di la orden a mi equipo, el equipo B, para seguirlos.

Los dos equipos habían estado tomando turnos para combatir a los monstruos, y para ser una formación planeada apresuradamente, el trabajo en equipo estaba funcionando correctamente. Mientras que el equipo A estaba usando el efectivo patrón de defender/cambiar/atacar, yo estaba más preocupado por el equipo B que no hacía más que repetir el patrón atacar/cambiar/atacar. Pero entre el hacha a dos manos de Agil y la espada larga de Wolfgang, ellos tenían el poder suficiente para aturdir a nuestros oponentes, dándonos tiempo a Asuna y a mí para salir frente a ellos y continuar el ataque.

Lo que era más importante, sin embargo, era el trabajo combinado entre ambos equipos. En las cámaras más grandes nos topamos con mini-jefes, a quienes enfrentamos haciendo que el equipo A se encargara de defender y debilitar, mientras que el equipo B atacaba desde los flancos y la retaguardia, pero tal y como temía, en algunas ocasiones el equipo B atacaba demasiado y obtenía demasiado
rencor[33], desviando la atención del jefe del equipo A. Ya que este era un estado oculto para los jugadores, el equipo B debía contenerse de atacar demasiado en la batalla decisiva.

Hasta que lo estaba experimentando por mí mismo, no tenía idea de lo difícil que era ser líder de un grupo de asalto. Ahora entendía un poco mejor los sentimientos de Lind, intentando dirigir su gremio con reglas inamovibles y jerarquías claras. Y por otro lado, también pude imaginar el deseo de Kibaou de aumentar el sentimiento de solidaridad de su gremio y la causa de que cediera ante la tentación del estandarte.

Una vez que esta misión terminara yo volvería a mi vida fácil como solista o en dueto, y nunca asumiría una posición de liderazgo nuevamente, me prometí a mí mismo mientras caminaba en el oscuro pasillo. Asuna me golpeó ligeramente el brazo para llamar mi atención.

— ¿Hmm...?

— ¿Sabes?, creo que nos estamos acercando –comentó. Miré alrededor y vi que la mazmorra, en efecto, estaba cambiando su diseño.

Las paredes estaban llenas de misteriosas y antiguas letras, y los pilares ahora tenían cabezas de golem esculpidos, mientras el piso y el techo estaban hechos de granito negro pulido. El aumento del nivel de detalles era una señal de que nos estábamos acercando a la cámara del jefe.

Revisé mi ventana para ver que habíamos pasado de las siete de la noche. Tres horas habían pasado desde que entramos a la mazmorra, y considerando el número de escaleras que habíamos subido, iba siendo hora de que llegáramos al final.

— Finalmente en la cámara del jefe, ¿eh? Debí imaginar que la Torre Laberinto no sería tan fácil de atravesar –comentó Agil, con las manos en la nuca.

Su comentario me provocó una sonrisa incomoda.

— Actualmente, las torres del quinto y sexto piso tienen pocas recámaras y diseños simples. El laberinto del décimo piso era extremadamente grande y complejo, e incluso luego de tres días de búsqueda en la prueba beta, nunca encontramos llegar a la cámara del jefe.

[33] N.T: Es la atención que se recibe de parte de los monstruos después de haber hecho un daño considerable, haciendo que te pongan más atención que al resto de jugadores.

— Ugggh... –gruñó el compañero de Agil, Wolfgang–. ¿Así que se dieron por vencidos en ese momento?

— No nos rendimos, se nos agotó el tiempo. Creo que yo fui el que llegó más lejos, pero estaba luchando contra uno de esos realmente fastidiosos Snake Samurai cuando anunciaron el cierre de la prueba beta y fui teletransportado al Pueblo de los Inicios.

— Whoa, estas bromeando, espero. Detesto a las serpientes –masculló el tipo que parecía ser machote, lo que provocó una risilla de Asuna.

Wolfgang tenía un largo y sucio cabello marrón que llegaba hasta su espalda, y una impresionante barba del mismo color, lo que le daba un aspecto lobuno como su nombre sugería. Según él, sacó el nombre de un famoso restaurante de carne Americano. Si consiguiera suficiente dinero, abriría su propio negocio en el segundo piso, así que no era de extrañar que se llevara bien con Agil el comerciante.

— La carne de las serpientes gigantes del décimo piso es muy buena, así que cuando abras tu restaurante, deberías ponerlo en el menú.

— ¡Nunca! Los filetes vienen de las vacas, ¡y punto! ¡Lo único que habrá en mi menú será carne roja seca perfectamente cocinada!

— Uh, te das cuenta de que si haces eso, la carne perderá toda su durabilidad y desaparecerá ¿cierto? –mencionó Agil secamente. Argo se rió.

Si él se estaba limitando a las carnes rojas, iba a pedirle que considerase a los Taurus del segundo piso como ingrediente, hasta que una voz proveniente del equipo A, que estaba más adelante, me interrumpió.

— ¡Oigan, miren eso!

Me estiré para poder ver mejor el oscuro pasadizo y visualicé algo que, en cierto modo, esperaba, y en cierto modo no.

Antes en los laberintos, estos atemorizantes pasadizos siempre tenían un inquietante conjunto de puertas que al final daban con la cámara del jefe. Aquí no se veía ninguna puerta, pero si una enorme escalera, que era tan ancha como el corredor. Y en la cima había un agujero enorme y cavernoso a través del cual las escaleras pasaban. Por ahora, no había señal de ningún monstruo en el pasillo o
las escaleras.

— ¡Manténganse alerta! –les advertí, y Hafner contestó afirmativamente.

El equipo A esperó adelante, y nosotros vigilamos los flancos y la retaguardia mientras avanzábamos.

El equipo A se detuvo frente a la escalera, y cuando los alcanzamos, avancé hacia la vanguardia del grupo.

— No hay espacio a los costados –mencioné.

A mi izquierda, Hafner dijo:

— Entonces solo debemos subir. Nuestras coordenadas indican que estamos cerca del centro de la torre.

— Hmmm... ¿Pero habrá otro corredor y luego la puerta de entrada, o entraremos directamente a la cámara del jefe?

— ¿Esto no era igual en la prueba beta? –preguntó Shivata desde la retaguardia.

Me di la vuelta para hablar.

— Nop, antes simplemente había un conjunto normal de puertas, luego la cámara con el golem adentro. Pero varias cosas han sido cambiadas de una manera u otra,así que la inclusión de estas escaleras no debería ser gran cosa...

Volví mi vista al frente, fijándome en el cuadrado oscuro en la cima de las escaleras, pero no pude distinguir nada. Ni bien se me ocurrió lanzar una antorcha allí arriba Argo paso por mi derecha, llevando una linterna.

— Supongo que solo debemos mirar adentro.

— C-Correcto... Bueno, asumiendo que esto va directamente hacia la cámara del jefe encima de nosotros, me adelantaré, y subiré solo para explorar lo que hay.

Me di la vuelta para dar la orden al resto del grupo, pero Argo intervino, luciendo extremadamente seria.

— Detente, déjame esto a mí.

— ¿Qué?

— Esta escalera es inquietante. Podría ser una trampa, donde las escaleras se separan del piso para sellar la salida, si eso pasa, soy lo suficientemente rápida para escapar antes de que se cierren.

Ella pateó una de las gradas de piedra con el pie. En este punto, note que incluso las gradas tenían esas antiguas letras esculpidas en ellas, lo que hacía más creíble su suposición.

Pero yo ya había obligado a Argo a explorar sola al jefe de las catacumbas, solo porque ella saliera sana y salva esa vez no significaba que todo marcharía igual de bien en esta ocasión.

— ¿Queeeé?

— ¡No me mires así! Puede que no sea tan rápido como tú, pero aun soy del tipo Velocidad. Soy capaz de escapar también, si las escaleras empiezan a moverse, lo sabes.

— ¡Tsk! Bien, bien –aceptó Argo, haciendo un puchero. Di la orden a los demás para que vigilasen la retaguardia.

Asuna se acercó al frente y murmuró:

— Tengan cuidado –la reconforté diciendo que todo estaría bien y volveríamos pronto.

Puse mi pie en la primera grada y empecé a subir por las gradas cuidadosamente, detrás de Argo. La oscuridad de la cima se acercaba poco a poco.

Eventualmente, las escaleras traspasaron el techo del corredor y aún continuaban. Lo que significaba que la capa de roca que separaba el piso donde nuestro grupo estaba esperando y el piso superior era extremadamente gruesa. La única fuente de luz era la linterna que traía Argo, y aunque era más brillante que una antorcha, la densa oscuridad absorbía la luz que irradiaba.

Cuando nos habíamos adentrado unos cinco metros luego de atravesar el agujero, noté un cambio en la temperatura. Una fuerte sensación de frio nos asaltó desde arriba. Era la atmósfera de una cámara de jefe.

— Argo –la llamé. La informante asintió, aun mirando hacia adelante. Tres, cuatro, cinco pasos después, el suelo bajo nuestros pies cambió.

Las plantas de mis botas entraron en contacto con una superficie dura y lisa, produciendo un sonido agudo. Inmediatamente, se sentía una inquietante vibración:

‘vmmm’, y un gran número de luces se encendieron a lo lejos.

Las pálidas luces, que lucían como bombillas LED, expulsaron la oscuridad.

Cuando vi lo que revelaron, me quedé sin aliento.

Era enorme.

La cámara circular debía tener más de treinta metros de diámetro y quince de altura. Eso quería decir que la parte superior de la Torre Laberinto estaba ocupada en su totalidad por esta cámara de jefe. Las paredes que se veían, tenían una superficie ligeramente cóncava, además, debían ser los muros del laberinto mismo; y el techo visible podría ser el suelo del sexto piso.

Pero eso dejaba otra pregunta.

—...Espera... no veo ninguna escalera para subir –mascullé, y Argo asintió mientras guardaba la linterna. Ella dio un vistazo alrededor de la cámara y dijo en un tono que demostraba lo nerviosa que estaba:

— No hay señales del jefe, tampoco...

Esta vez fue mi turno de asentir. Hasta este punto, la secuencia siempre había sido: entrar a la cámara, las luces se prenden, el jefe de piso aparece. Pero incluso luego de que entráramos completamente a la cámara no había un solo polígono digital materializándose.

El piso y el techo eran planos y lisos, brillando como cristal negro, con líneas delgadas entrecruzándose aquí y allá como si fueran circuitos eléctricos. Me agaché para tocar una de ellas, pero no pasó nada.

— ¿No creo... que los chicos de ALS ya lo hayan derrotado, o si...?

— No es posible. Cuando dejamos Mananarena, confirmamos que todavía estaban en la ciudad. Ellos probablemente hayan salido ahora, pero aún les llevamos tres horas de ventaja –advirtió Argo, caminando hacia adelante.

— E-Espera...

— No creo que el jefe aparezca hasta que avancemos un poco más... tú espera junto a las escaleras, Kii-boy –dijo ella, avanzando cuidadosamente.

Miré atentamente hacia donde ella se dirigía, a unos diez metros de distancia había un lugar donde las líneas del piso se unían en un complejo patrón circular.

Parecía que activaba algo, pero eso solo me puso más nervioso. Argo lo sabía, también, sin embargo. Yo solo podía quedarme aquí y mirarla.

La informante se deslizó lenta y suavemente hacia la superficie negra iluminada por las pálidas bombillas, luego de respirar profundamente, ella entró en el círculo.

Uno... dos... tres...

Entre el cuarto y quinto segundo, varias cosas ocurrieron al mismo tiempo.

Las líneas en el piso empezaron a brillar, y una instantánea y fuerte vibración

sacudió toda la cámara. Llamé a Argo, pero ella ya se estaba preparando para escapar de allí.

Si ella hubiera intentado lo mismo cien veces, ella habría tenido éxito en noventa y nueve de ellas.

Pero en Aincrad, todos los resultados eran el producto de operaciones del sistema que parecían ser aleatorios. Ya que si el sistema los calculara en su totalidad, los jugadores no tendrían oportunidad de sobreponerse al resultado.

La vibración hizo que Argo perdiera el balance, y ella cayó en el círculo.

En el siguiente instante, cinco pilares cuadrados emergieron del suelo alrededor de ella.

Había tres pilares largos, uno un poco más pequeño, y otro aún más pequeño.

Ese patrón... su diseño me parecía familiar.

Esos no eran simples pilares. Eran dedos. Era una mano gigante.

— ¡¡Argooo!! –grité, corriendo hacia adelante. Ella intentó levantarse para escapar de los dedos, pero una caída en este mundo no solo significaba una pérdida del balance, sino también un debuff reconocido por el sistema. Ella estaría bajo un breve efecto de aturdimiento después de caer y no podría moverse hasta que su efecto finalizara.

Los dedos negros cubiertos por líneas azules, comenzaron a cerrarse alrededor de la chica. Me agaché, listo para para abalanzarme entre ellos y rescatarla...

— ¡¡Atrás, Kii-boy!!

Se trataba claramente de una orden, cosa que nunca había oído de ella. Su mano derecha se movió muy rápidamente. Algo salió volando y paso rozando mi mejilla izquierda, era la piqueta que ella siempre llevaba en su cinturón. Las piernas de mi Avatar desobedecieron mis órdenes y se congelaron por un breve instante.

Con un sonido atronador, la mano negra que atrapaba a Argo empezó a elevarse, dejando ver parte del brazo.

En lo alto, la mano negra empezó a cerrarse con fuerza.

A través de los espacios entre los dedos del puño negro se escuchó el sonido de una débil explosión, y logré ver una brillante nube de partículas azules.

Si no hubiera experimentado este mismo temor en las catacumbas hace dos días, podría haber actuado demasiado tarde esta vez.

Cuando vi al hombre encapuchado sosteniendo el Chivalric Rapier +5, perdí la calma. La imagen de ‘ella’ siendo asesinada invadió mi mente por completo, simplemente no pensé en revisar su barra de HP en la lista de miembros de equipo, e incluso después de hacerlo, casi me convencí de que era un retraso del sistema.

Por fortuna para mí, su grito atrajo muchos monstruos que obligaron a Morte y sus cómplices a huir, pero si hubiera mantenido la cabeza fría, habría podido llegar con un mejor plan.

No podía cometer el mismo error esta vez.

Desvié mi mirada de las luces que se dispersaban en el aire y revisé la última de las seis barras de HP en la esquina superior izquierda de mi vista. Había tenido cerca de un diez por ciento de daño, pero la barra aún estaba allí. El efecto de destrucción que vi no era la misma Argo, sino su equipamiento.

Sin embargo aún era muy pronto para estar aliviado. El HP de Argo estaba disminuyendo de manera lenta pero constante. Ella necesitaba ser liberada de la enorme mano tan pronto como fuera posible.

— ¡Rrraahh!

Desenvainé la Sword of Eventide en mi espalda y la dirigí hacia el brazo que emergía cerca de nueve metros desde el piso, la colisión produjo una lluvia de chispas, y también una fuerte vibración en todo mi brazo. Una línea de daño roja apareció en la superficie rocosa, pero desapareció rápidamente. El puño no se abrió.

Sostuve mi espada desde la izquierda para iniciar una habilidad de espada, intentando contener una creciente desesperación. Una suave luz azul envolvió mi espada y la llevó hacia adelante a una gran velocidad para mis ojos, creando un impacto más fuerte que el último.

El combo de dos golpes Horizontal Arc tuvo una clara reacción en el puño esta vez. Un bramido fue liberado como una erupción, el brazo cayó un poco, y el puño se abrió.

Una pequeña sombra salió rápidamente de la palma desde unos siete metros y medio de altura, haciendo una vuelta en el aire y aterrizando junto a mí. Luego hizo una voltereta hacia atrás alejándose, yo también decidí tomar distancia del brazo gigante.

Cuando el brazo se hundió de nuevo en el piso con una vibración más suave que cuando apareció, escuché a Argo comentar relajadamente:

— ¡Uff! Eso me asustó.

— Eso es lo que ‘yo’ debería decir –dije en tono sarcástico, pero la verdad es que estaba aliviado. Argo terminó perdiendo solo quince por ciento de su HP, pero la capa que la caracterizaba había desaparecido, y la armadura de cuero que había debajo estaba en terribles condiciones. El destello que había visto era de la destrucción de la capa.

— Creo que deberíamos regresar...

‘Abajo’ iba a decir, pero Argo me interrumpió

— ¡Kii-boy, mira abajo!

— ¡¿...?!

Los circuitos de luz en el piso estaban experimentando una confusa transformación. Reuniéndose a nuestro alrededor, formando varios círculos concéntricos...

— ¡Nwaah!

Argo y yo nos alejamos de un salto, justo antes de que el brazo gigante saliera nuevamente del piso, cerrando su puño sonoramente en el aire.

En un corto encuentro, al menos ya habíamos identificado uno de sus patrones. Mientras prestáramos mucha atención a las líneas, no quedaríamos atrapados de nuevo...

— ¡¡Abajo, abajo!! –Argo gritó nuevamente.

— ¡¿...?!

Miré hacia abajo y vi que los círculos concéntricos se estaban formando nuevamente, a pesar de que el brazo ya se encontraba en otro lugar.

— ¡Mwah!

Saltamos nuevamente. Un segundo brazo emergió, apenas rozando mis pies, y también se cerró en el aire.

— ¿Qué? ¡¿Hay dos?!

— La mayoría de las personas tienen dos brazos, Kii-boy –comentó Argo mucho más calmada, considerando que ella casi muere hace menos de un minuto–. Mira como el pulgar está en un lado distinto. Hay una mano derecha y una izquierda.

— Oh... si, ahora que lo mencionas...

Efectivamente, por la manera en la que los dos brazos estaban ubicados, parecía que un gigante estaba estirando los brazos a través del piso.

Eso significaba que el ataque de los brazos ya había terminado por ahora. La escalera para descender estaba a una buena distancia de nosotros, comencé a dirigirme hacia ella cuando tuve un mal presentimiento y alcé la vista. Esas líneas azules se estaban formando en el techo sobre nosotros, de la misma forma que lo habían hecho en el piso...

— ¡¡Lo sabía!! –grité, sujetando el brazo de Argo. Los peligrosos círculos se estaban formando directamente sobre nuestras cabezas, como si estuvieran confirmando un objetivo.

Esta vez no fue un brazo lo que salió, sino un enorme pie. Justo detrás de mí, un enorme y oscuro pie negro, aplastó con gran fuerza el suelo. La onda expansiva del choque casi me lanzó al aire, pero me las arreglé para mantener mi postura.

— Kii-boy, si hay dos brazos, eso significa...

— ¡¡Lo sé!!

Seguí corriendo mientras miraba el techo. Sin duda alguna, las líneas volverían a juntarse para formar otro blanco.

— ¡¡Aquí viene!! –grité, pero el estruendo enmudeció mi voz. El segundo pie dio un pisotón aún más fuerte que el que hacia el General Baran, sub-jefe del segundo piso, y envió una onda expansiva aún más fuerte a través del piso. Esta vez estábamos listos para eso y escapamos sin ningún daño, luego nos dimos vuelta rápidamente.

Cerca al centro de la cámara de treinta metros, el par de brazos y piernas permanecieron como espeluznantes torres. Evadimos la combinación de ataques de brazos y piernas, pero ya que corrimos hacia la pared, ahora había quince metros hacia las escaleras. Eso era prácticamente nada en una zona segura, pero en esta batalla, era una distancia interminable.

Por el momento, las líneas del piso y el techo estaban estáticas, por lo que podríamos intentar huir ahora o mirar cuidadosamente por si aparecía algo imprevisto.

— No te muevas, Kii-boy.

— ¿Huh?

Comencé a girarme para verla, pero otro “¡No te muevas!” hizo que me detuviera.
Contuve mi aliento, preguntándome a qué se refería, dado que las líneas no se movían.

— Mira hacia abajo lentamente, sin mover tus pies.

— E-está bien –obedecí, miré mis pies con el mínimo movimiento posible. Vi el piso color negro, líneas azules y mis botas–. Estoy mirando... ¿Qué hay?

— Mira bien. ¿Ves cómo nuestros pies apenas están separados de las líneas azules?

Ella estaba en lo cierto. Nuestros pies no estaban tocando nada además del piso liso, sin tocar ninguna de las líneas. Pero por poco, había fracciones de centímetros entre nuestros pies y las líneas, así que el mínimo movimiento ocasionaría que las pisáramos.

— Entonces... ¿pisar esas líneas causará que los círculos aparezcan e invoquen las gigantescas extremidades? –pregunté.

— Eso es lo que creo.

—...¿Y si nos movemos sin pisar las líneas, podemos llegar a las escaleras sin ser atacados?

— Eso creo.

Sin embargo, era más fácil decirlo que hacerlo. Sería diferente si las líneas estuvieran en un patrón cuadriculado, pero estaban distribuidos en líneas y círculos irregularmente separados, donde las separaciones más grandes daban espacio suficiente para una persona, mientras que las más pequeñas eran de apenas un par de centímetros. Incluso andando de puntillas, seria extremadamente difícil regresar a las escaleras sin pisar una sola línea.

En ese caso, probablemente lo mejor sería escapar mientras esquivábamos los ataques... pero de todas formas, ese tipo de pensamientos desesperados son los que te meten en problemas...

El piso tembló de nuevo. Miré adelante, asustado, pero no se trataba de un ataque. Las cuatro extremidades estaban replegándose. Aparentemente, si ninguna de las líneas era tocada por mucho tiempo, la trampa se reiniciaría.

“Bueno, solo tenemos que movernos sigilosamente hacia las escaleras” –decidí, y me di la vuelta para decírselo a Argo, pero las siguientes palabras que se escucharon no vinieron de ninguno de nosotros.

— ¡Oigan, ¿están bien?!

Era Hafner, quien encabezaba a los otros nueve mientras subían las escaleras hacia la cámara. Veinte pies pisaron las líneas, haciendo que cuatro círculos aparecieran simultáneamente en el piso y el techo.

— Que extraño, ¿el jefe aún no ha aparecido? –preguntó Shivata seriamente.

Ahogué su voz, gritando.

— ¡Esquiven! ¡¡Esquiven!!

Si hubiera tenido algo más de tiempo, habría dicho que solo aquellos que vieran los círculos de luz azul bajo sus pies necesitaban moverse, pero todo fue demasiado repentino.

Exactamente tres segundos después, los miembros del grupo mostraron admirables reflejos al saltar hacia atrás. Pero como los diez estaban muy cerca entre ellos. Shivata y Lowbacca chocaron y cayeron al piso. Y debido a alguna cruel regla del universo, Lowbacca era uno de los cuatro que habían pisado las líneas primero:

varios círculos aparecieron como si fueran parte de un ojo por debajo de ellos.

¡Go-go-go-gong! Dos enormes brazos salieron del piso, y dos enormes piernas cayeron del techo.

La mano derecha agarro aire, las piernas golpearon ferozmente el suelo de piedra.

Y la mano izquierda atrapó a Shivata y a Lowbacca, levantándolos en el aire.

— ¡¿Nwaah?!

— ¡Whoa!

Sus gritos de sorpresa fueron suprimidos por el cierre del puño. Estos eran dos
hombres completamente desarrollados, así que a diferencia de Argo, sus extremidades sobresalían de entre los dedos, pero no había suficiente espacio entre ellos para escapar.

Debido a que ellos formaban parte del otro equipo dentro del grupo de asalto, sus barras de HP eran visibles de una manera muy general. Sin embargo, la visión de las dos barras disminuyendo continuamente solo sirvió para apresurarme.

El daño recibido no era tanto como el de Argo, gracias a sus altos valores de defensa y HP, pero el verdadero problema era el efecto secundario del ataque, que consistía en destruir la armadura de quien quedara atrapado. Shivata era un tanque, indispensable para el equipo A, con su amplia experiencia como portador de escudo.

Si perdía su armadura, nuestro plan de batalla se arruinaría.

“¡Solo necesito un ítem que detenga el tiempo por un minuto, incluso sea treinta segundos!” –deseé frenéticamente.

Dado que podíamos detener los ataques de las extremidades al evitar pisar en las líneas, era posible que esta batalla contra el jefe fuera más fácil de lo usual, si la enfrentábamos apropiadamente. Este aspecto nos ayudaría a detener la batalla, dándonos tiempo para tomar pociones de recuperación.

Sin embargo todavía no había tiempo para compartir esta información con los demás. Quise ordenarles que regresaran a las escaleras, pero ellos no iban a escapar mientras Shivata y Lowbacca estuviesen atrapados. Liten y Hafner ya estaban empuñando sus armas, preparándose para enfrentar al brazo gigante.

Mientras tanto, las piernas y el otro brazo que fallaron su objetivo estaban volviendo a ocultarse.

El instinto de pelea era acertado, pero los ataques normales no anularían la trampa de agarre. Era necesaria una habilidad de espada que estuviera por encima de cierto nivel de poder, sospechaba yo, pero tener a varios jugadores desesperados usando poderosos ataques en un espacio tan reducido, podría ocasionar un desastre debido a daños colaterales. ¿Entonces a quién debería dirigir, y cómo?

Mientras mi cerebro pensaba frenéticamente, mi vista chocó con algo como una estrella fugaz. Crucé mi mirada con un par de ojos color marrón avellana.

Asuna, la única persona que permanecía inmóvil en medio del caos, estaba esperando que yo dijera algo.

Di la orden más rápida posible a mi compañera, a quince metros de distancia.

— ¡¡Usa Parallel en el brazo!!

Ella asintió al instante y preparó su Chivalric Rapier, que ya estaba desenvainado.

Su habilidad de espada Parallel Sting comenzó con un gran salto hacia adelante.

Dejando atrás a Liten y a Hafner, golpeando el brazo de piedra negra con dos estocadas tan rápidas como relámpagos.

El ataque generó partículas de luz, y el mismo rugido de antes se escuchó desde el techo. El puño se abrió, liberando a Shivata y a Lowbacca. Ellos cayeron desde nueve metros de altura, y Liten y Hafner dieron su mejor esfuerzo para atraparlos en el aire.

Los cuatro perdieron HP, pero la buena noticia era que ellos habían escapado sin perder ninguna armadura. Eso era un alivio, pero la tensión no había terminado.

Las otras extremidades ya se habían replegado, y nuevos círculos de objetivo se estaban formando a los pies de Nezha y sobre las cabezas de Okotan y Naijan, quienes estaban cerca a las escaleras.

— ¡No podemos escapar ahora! –gritó Argo desde mi costado.

Sabía que ella estaba en lo cierto. Las líneas del piso junto a la pared estaban más separadas y se iban reduciendo los espacios entre ellas mientras más se acercaban a las escaleras. Era imposible ahora para el grupo llegar a las escaleras sin pisar una sola línea.

— ¡¡Todo el mundo, corra a la pared más cercana!! –grité lo más fuerte que me permitió el sistema, y en menos de un segundo, todos estaban corriendo. Justo después, una mano salió desde un círculo junto a las escaleras, seguido por las pisadas de dos enormes piernas. Tomé un profundo aliento para dar la siguiente orden.

— ¡¡Una vez que estén en la pared, deténganse y asegúrense de no estar pisando ninguna de las líneas!!

Cada integrante del grupo fijó la vista en el suelo mientras corría. El problema era que las líneas aún estaban cambiando de posición desde el último ataque, haciendo imposibles los intentos de evadirlas. Eventualmente su movimiento se hizo más lento como para poder seguirlas con la mirada, luego siguieron ralentizándose...

— ¡¡Ahora!! ¡¡Evadan las líneas y deténganse!! –grité por tercera vez. Dentro de un pequeño espacio, todos se detuvieron.

Contuve mi aliento, revisando toda la cámara. No había nuevos círculos, todavía, sin embargo...

— Ah... –oí una suave voz cercana.

Nezha, quien había estado huyendo hacia mí, estaba parado en una pierna, balanceando sus brazos intentando mantener el equilibrio. Había un espacio considerable como para que colocara su pie con seguridad, pero por alguna razón, él estaba dudando sobre poner su pie en ese lugar.

Inmediatamente entendí la razón.

Nezha había sido afectado por un leve estado de FNC (Full Dive Non-conformity) por el NerveGear, lo que ocasionaba que tuviese problemas para percibir profundidades y distancias en este mundo virtual. Esa era la causa por la que había perdido las esperanzas en ser un jugador de combate cuerpo a cuerpo, convirtiéndose en un herrero. Él no tenía problemas para caminar o correr, pero la delicadeza para percibir la distancia entre su pie y las líneas estaba más allá de su capacidad.

— ¡Resiste un poco más! –le dije, procurando no pisar ninguna línea mientras me acercaba a él. Cuando el usuario de Chakram perdió el balance y casi cayó al piso, alcancé su mano y lo ayudé a sostenerse.

— Estas a salvo, solo baja tu pie al piso... exactamente en ese lugar, eso es. Buen trabajo.

— L-lo siento...

Nezha recuperó la calma. Finalmente pude soltar el aire que tenía reprimido en una señal de alivio.
Habíamos logrado evadir las líneas exitosamente, dándonos un descanso muy oportuno. Por lo que debía aprovechar esos momentos.

No iba a hacer preguntas inútiles acerca de por qué habían subido. Los exploradores habían perdido HP, y se podían escuchar enormes sonidos desde arriba, es obvio que ellos subirían por las escaleras.

— ¡Todos los que hayan sufrido daño, tomen una poción mientras escuchan!

¡Esos brazos y piernas que vieron son del jefe de este piso! –anuncié. Pude ver como los ojos de Hafner se hincharon mientras sostenía una botella en sus labios– ¡¿Ven esas líneas en el piso?! Si las tocan, las líneas del piso y del techo se moverán aleatoriamente, creando círculos de objetivo ya sea encima o debajo del jugador que las haya pisado. ¡Y cuando se detengan, los brazos emergerán del piso para atraparlos, y las piernas llegaran desde la cima para aplastarlos!

—...¡¿Entonces quieres decir que, mientras no toquemos las líneas, el jefe no nos atacará?! –gritó Agil desde el otro lado de la cámara, entendiéndolo rápidamente. No podía ver su expresión, pero el eco de la conversación que estábamos teniendo se escuchaba sin problemas.

— ¡Eso es correcto! ¡Como máximo, aparecerán dos brazos y dos piernas al mismo tiempo! ¡Si el brazo los atrapa, los elevará unos nueve metros sobre el piso y hará daño simultáneo tanto a sus HP como a la durabilidad de su armadura! ¡Pero si atacan con una habilidad de espada equivalente a un combo de dos golpes de una espada a una mano, entonces el puño se abrirá!

Una vez que estuve seguro que todos me oían, continué:

— ¡No sé qué tan poderosos sean los pisotones dado que no nos alcanzaron con eso, pero creo que su daño es mayor que el ataque de los brazos! ¡Y como el general Baran, crearán ondas expansivas cuando lleguen al suelo, así que podrían quedar aturdidos si no se evaden!

Nuevamente, los otros diez asintieron demostrando que habían comprendido.

Repasé mi memoria de los últimos minutos para ver si algo se me estaba olvidando, pero nada se me ocurrió.

— ¡Bueno, eso es todo!

Un silencio abismal se apoderó de la cámara.

Algunos segundos después, Asuna habló desde su posición a siete metros y medio de mí.

— Entonces si nos quedamos así, ¿el jefe no atacará, pero nosotros tampoco podremos golpearlo?

— E-Eso creo. Nuestra ventaja es que si hubiéramos sido un grupo de asalto completo, no habríamos logrado que alguien evite pisar en las líneas, pero con nuestro reducido número...

Consideré si era mejor pisar las líneas al propósito para poder ejecutar algún ataque, o si debíamos intentar regresar a las escaleras para escapar.

Pero justo en ese momento, como si el propio sistema quisiera negar que tuviéramos un momento tranquilo dentro de la cámara del jefe, las líneas en el centro del techo, justo sobre las escaleras, empezaron a moverse sin motivo aparente. Nosotros estábamos inmovilizados en nuestras posiciones, por lo que solo pudimos mirar horrorizados.

¡Gong, go-gong! Una parte del techo, aparentemente deforme, empezó a descender.

La masa sobresaliente empezó a tomar forma. Con una frente abultada, órbitas hundidas que hacían de ojos, una nariz cuadrada, y una boca en forma de línea horizontal.

La ‘cabeza’ era tosca y geométrica, como si hubiera salido de los primeros juegos que usaban tecnología 3D, tenía tres metros de altura desde el techo hasta la parte más baja de su frente. Las cuencas vacías de repente se iluminaron con luces pálidas circulares, y un escalofriante y complejo símbolo empezó a brillar en su frente...

Mientras doce pares de ojos miraban en silencio, seis barras de HP aparecieron una tras otra junto a la cabeza gigante. La primera barra era ligeramente más corta debido a las habilidades de espada que habíamos usado en los brazos, pero el daño era insignificante.

Al final, el nombre del jefe del quinto piso apareció en espectrales letras blancas:

— Ese jefe... es totalmente diferente al de la prueba beta... –susurré, consternado.

Como si me estuviera respondiendo, las pupilas se dilataron, la boca se abrió completamente y el símbolo azul en la frente se volvió rojo amenazador.

Eso de por si me daba malas noticias, pero no tenía tiempo para decir una orden defensiva. En cualquier caso, eso tampoco habría ayudado.

La boca cavernosa soltó un rugido lo suficientemente poderoso para sacudir por completo la Torre Laberinto, y cada miembro del grupo vaciló de alguna manera.

Afortunadamente, nadie piso ninguna línea, pero mi consuelo no duró mucho.

Cuando el jefe rugió, un icono de estado ‘defensa reducida’ apareció bajo las barras de HP de todo el grupo, y las hasta ahora estáticas líneas azules comenzaron a moverse de nuevo.

El inevitable estado de ‘defensa reducida’ era algo malo, pero también me sacó del estado de shock en el que estaba. Exclamé mis siguientes órdenes al grupo.

— ¡Despliéguense mirando atentamente las líneas! ¡Eviten pisarlas tanto como les sea posible, y si las pisan, revisen en el piso y el techo si se generan los círculos, y tomen acciones evasivas si ven alguno! ¡¡Si pueden, ataquen las extremidades cuando aparezcan!!

Escuché fuertes y valientes respuestas en toda la cámara. Y en un volumen un poco más bajo, me dirigí a Nezha:

— ¡Los espacios son más grandes cerca a la pared, por lo que es más fácil evadir las líneas! ¡Cuando se detengan, apunta tu Chakram hacia el símbolo en la cabeza del gigante!

— ¡E-Entendido! –respondió, y corrió hacia la pared más cercana. La vertiginosa velocidad de las líneas estaba descendiendo ahora. Luego, di órdenes hacia Argo y Asuna.

— ¡Voy a activar una de las líneas al propósito, prepárense para usar habilidades de espada!

— ¡Puedes apostarlo!

— ¡De acuerdo!

Miré atentamente las líneas en el piso. Nos habíamos tomado el trabajo de agrupar a los Tanques en el equipo A y a los Atacantes en el equipo B, pero si el jefe continuaba con este patrón de ataque tan irregular, seguir la formación premeditada solo nos perjudicaría. Tan solo teníamos que evitar las líneas individualmente y encontrar oportunidades para contraatacar por nuestra cuenta.

Las incontables líneas que se desplazaban en el piso disminuyeron su velocidad... y continuaron así.

—...¡Aquí vamos! –grité, pisando intencionalmente una línea con mi pie derecho.

Las líneas reaccionaron como una criatura viva, formando un círculo de objetivo alrededor de mi pie. Una vez que fijaron su objetivo, me lancé a la fuga.

Un brazo negro pasó justo frente a mis ojos, desgarrando el aire. Asuna, Argo y yo lo rodeamos desde tres direcciones diferentes.

Levanté mi nueva espada para realizar la habilidad de dos golpes Vertical Arc, asegurándome de no golpear a ninguna de mis compañeras. Asuna conectó otro Parallel Sting, y Argo ejecutó un combo de tres golpes con las garras de su mano derecha.

Envuelto en un haz de luces de tres colores, el gigante brazo derecho se retorció del dolor. La cabeza ubicada en el techo rugió de furia, y yo noté que la primera barra de HP estaba visiblemente más baja que antes. El brazo herido se hundió en el piso, y las líneas repitieron su coreografía. Mientras yo buscaba repetir la misma estrategia, revisé el icono de ‘defensa reducida’ de antes, pero este aún no se había desvanecido. El efecto era frustrantemente duradero.

Sentí movimiento en el techo y levanté la vista para ver la boca del jefe abrirse en su totalidad. El símbolo de su frente se estaba tornando rojo. Iba a rugir nuevamente, y ello, con seguridad, causaría un efecto distinto esta vez, me puse nervioso, aun sabiendo que era en vano.

Pero justo antes de que el jefe pudiera liberar su grito, una pequeña luz plateada cruzo la cámara.

Era el Chakram de Nezha, girando armoniosamente mientras volaba. Golpeó la frente del jefe con gran precisión, y el símbolo volvió a su color original. La cara del jefe volvió a su posición, cerrando sus ojos y boca y hundiéndose un poco en el techo. Mientras tanto, el Chakram volvió siguiendo su vuelo a las manos de Nezha.

Hasta ahora, todo lo concerniente al jefe había cambiado desde la prueba beta, excepto el punto débil en su frente. Siendo suficiente golpearlo para cancelar el ataque de estado del jefe. Volví a mirar las líneas en el piso y ayudé a Nezha a retomar el equilibrio.

Las líneas se detuvieron. Esta vez el círculo de objetivo apareció en el techo, pero la idea era la misma. Esquivé la pierna del golem que venía desde arriba, y nosotros tres lo golpeamos con habilidades de espada al mismo tiempo.

Mientras la pierna se elevaba hacia el techo nuevamente, escuché la voz de Hafner al otro lado de la cámara, gritando:

— ¡Afirmativo! ¡Nosotros seremos los siguientes en atacar!

Agil y Okotan también respondieron:

— ¡Nosotros también!

— ¡Y nosotros por este lado también!

Revisé la cámara y tomé nota de los diferentes grupos: Hafner, Shivata y Liten estaban al Norte de las escaleras; Agil y Wolfgang estaban en el lado Este; y Okotan, Lowbacca y Naijan al Sur.

Alentado por las rápidas reacciones de mis poderosos aliados, grite tan fuerte como pude:

— ¡¡Se los encargo!! ¡¡Acabemos con este jefe!!

Pero aun así, ya estaba resignado a ser atrapado o aplastado al menos un par de veces.

Pisar una línea cuando éstas se detuvieran, evadir el ataque del jefe, luego golpearlo con habilidades de espada. Cuando el jefe iniciaba su ataque de rugido, Nezha lo cancelaria con su Chakram. Nuestro improvisado grupo llevó a cabo admirablemente cada ataque y se había ejecutado sin problemas hasta ahora, que estábamos en el tercer intento. Con los brazos y piernas siendo golpeados simultáneamente por habilidades de espada, el daño infringido era grande, y nos tomó menos de diez minutos para eliminar la primera barra de HP, luego la segunda, y luego la tercera.

Nuestro plan original para la batalla era retroceder cuando el jefe perdía una nueva barra de HP, por si el patrón de sus ataques cambiaba, pero hasta que llegamos a la cuarta barra, más de la mitad del total, no hubo alteraciones, era difícil que esto se mantuviera así hasta el final, pero probablemente podríamos avanzar un poco más antes del cambio.

Mientras estaba ejecutando otro Vertical Arc (habiendo perdido la cuenta de cuantas veces ya lo había realizado) escuché que Nezha gritaba en pánico.

— ¡Kirito! ¡¡La pared!!

Me di la vuelta. Nuevas líneas azules estaban formándose en las antes vacías y sencillas paredes, Como los barrotes de una celda.

— ¡Retirada, hacia las escaleras! ¡El equipo A primero, el equipo B los seguirá! – ordené espontáneamente. Si abandonábamos la cámara del jefe y perdía su estado de combate, todo el HP que le quitamos con gran esfuerzo se regeneraría muy rápidamente, pero era demasiado peligroso aventurarse cuando no sabías lo que podría venir. Solo necesitábamos que una persona se quedase para ver los patrones de ataque, y yo sería quien se encargara de ello.

— ¡Pero! –protestó Hafner, y Shivata tiró de su capa silenciosamente. El caballero pesado cedió a regañadientes y corrió hacia las escaleras en el centro de la habitación.

SAO era un cruel juego de la muerte, pero había algunas cosas en las que siempre mantenía el sentido de ser un juego limpio.

Una de ellas era que siempre había una ruta de escape de las cámaras del jefe.

En la mayoría de los MMOs que había jugado antes que este, era imposible escapar una vez que la batalla contra el jefe comenzara, pero SAO era diferente. La batalla acuática contra el hipocampo en el cuarto piso hizo que las puertas se cerraran mientras el ataque de inundación estaba activo, pero aún se podía abrir fácilmente desde afuera.

Por lo que naturalmente creí que el quinto piso mantendría esta característica.

— ¡Kirito! –gritó Asuna, apuntando hacia el techo.

Levanté la vista y noté que la cabeza gigante, que siempre se había mantenido allí ya no estaba. Las tres barras de HP aún estaban allí, así que aún no había sido derrotado; las líneas en el piso, techo y ahora también las paredes seguían moviéndose sin descanso.

¿Entonces hacia donde fue el rostro?

Busqué por todo el techo, con una sensación de escalofríos acechándome.

Fue cuando escuché la voz de Liten, distorsionada por su casco metálico, gritando:

— ¡¡No, Shiba!!

Dirigí mi mirada hacia las escaleras.

En el centro de la cámara, donde se encontraban las escaleras hace algunos segundos, ahora estaba emergiendo la cabeza del jefe, y quien quedó con las piernas atrapadas en su gigantesca boca era Shivata.

“¿Pero por qué... por qué estaría allí? ¡¿Adonde fueron las escaleras?!” Estaba congelado en mi posición, mi aliento se detuvo, cuando Hafner me miró mientras intentaba sacar a Shivata de la boca del jefe.

— ¡¡Las escaleras... se convirtieron en su boca!! –gritó, a mi cerebro le tomó un breve momento entender ese enunciado.

La cara del jefe desapareció del techo y apareció en el piso. Eso no era malo. Pero si la escalera, que se supone era nuestra única oportunidad para escapar de la cámara, se convertía en la boca del jefe, entonces nadie podría escapar de la batalla.

No, lo más importante ahora era rescatar a Shivata. Su armadura pesada estaba soltando efectos de chispas rojas, demostrando el daño que le infringían los dientes negros del jefe, y cada diente era tan grande como uno de los postres de Mananarena. Él aún no había perdido ningún punto de HP, pero no era difícil imaginar que cuando su armadura se rompiera, inmediatamente sufriría un daño fatal.

— ¡Maldición, no de nuevo! –resopló Shivata, mientras intentaba abrir la boca del jefe, ya había sufrido el ataque del brazo antes. Liten lo estaba ayudando, pero la enorme mandíbula no se movía en lo mínimo. En la parte de atrás de la cabeza, Agil repetidamente golpeaba el punto débil del jefe con su hacha a dos manos, pero a diferencia de cuando un solo golpe del Chakram podía aturdirlo mientras estaba en el techo, ahora resistía fácilmente los ataques de la pesada hoja.

Quizás, igual que con las demás extremidades, eran necesarias habilidades de espada para que el ataque surta efecto, pero ya que Shivata estaba atrapado en la boca, Agil estaba reacio a ejecutar alguna.

Quería acercarme tan rápido como pudiera para ayudar, pero las líneas del piso aún estaban en movimiento. Hafner y Liten estaban demasiado ocupados con Shivata como para centrarse en evitar las líneas, por lo que si fuera necesario, Asuna, Argo o yo tendríamos que pisar en ellas para alejar los ataques de ellos.

—Demonios... ¡¿Qué es lo que pasa con este jefe y su juego de las escondidas?! –gruñí en voz baja.

Cerca de mí, Asuna contestó:

— Entonces eso es lo que quiere decir Vacant Colossus...

Ella había estado haciendo suposiciones acerca del nombre del jefe. Puse mi atención en ella mientras continuaba:

— Vacant significa vacío, sin ocupar; y Colossus se refiere a una estatua gigante, un coloso... creo que eso hace alusión a toda la cámara. Todo este espacio es el jefe del quinto piso.

— ¡¡...!!

Me quedé sin habla. Revisé por completo la cámara, el piso, el techo, y las paredes contorsionándose con vívidas líneas resplandecientes. Si Asuna estaba en lo correcto, nosotros doce estábamos atrapados en el vacío interior de Fuscus the Colossus. Si todo este espacio era parte del cuerpo del jefe, entonces, por supuesto, que podía sacar brazos y piernas de donde quisiera o convertir las escaleras en su boca.

— ¡No me importa si es un golem mágico, esto es demente! –gemí.

Mientras tanto, Shivata exclamó:

— ¡Esto no es bueno! ¡No logro zafarme!

Hafner y Liten trataba de darle ánimos, pero en sus voces también había miedo.

— ¡¡No te rindas Shivata!!

— ¡¡¡¡Vamos a salvarte ahora, Shiba!!!!

— ¡Es inútil... mi armadura se romperá! ¡Licchan, sal de aquí! –suplicó Shivata, una gran demostración de su fuerza de voluntad. Pero lo único que hizo Liten fue sacudir su cabeza.

— ¡¡No!! Yo... ¡¡Yo voy a salvarte!!

Eso era lo correcto. No podíamos darnos por vencidos ahora. Shivata todavía tenía casi todo su HP, así que incluso si él era golpeado por alguna habilidad de espada, no lo mataría de inmediato.
Mi mente se aclaró.

— ¡Agil! ¡Ataca el símbolo de su frente con una habilidad de espada! –ordené.

Pero el corpulento jugador solo sacudió su cabeza.

— No puedo...¡¡El símbolo ya no está aquí!!

— ¿Qu-?

Mi mente fue asaltada por la indecisión nuevamente, hasta que fue atravesada por el sonido metálico de la armadura de Shivata mientras se rompía.

Si él llegaba a morir aquí, los otros miembros se conmocionarían, y nos veríamos obligados a correr tratando de evitar los ataques de Fuscus. Y dado que las escaleras habían desaparecido, no había manera de escapar. Y el grupo de asalto completo seria aniquilado,

“¿Qué es esto?”

Mis ojos buscaron hasta encontrar la cara de Asuna, que estaba pálida y asustada.

La misma cara que estuve mirando en las escaleras de subida a este piso, cuando prometí que la protegería hasta que no me necesitara más.

Tal vez nunca tuve el derecho de hacer semejante promesa en primer lugar, desde el momento en que abandoné a mi único amigo en este juego de la muerte, justo al principio, mi camino había sido escrito en piedra. Estaba destinado a vagar solo, sin ninguna meta.

¿Acaso era este mi castigo, designado por un dios digital? ¿Mi justo final no solo por buscar a alguien a quien proteger, sino también por liderar un grupo en una batalla contra el jefe...?

A mis pies, las líneas azules que funcionaban como los nervios de Fuscus redujeron su velocidad.

A lo lejos, la armadura de Shivata crujió, liberando destellos rojos como efecto visual de daño.

La Sword of Eventide repentinamente se hizo pesada en mi mano derecha.

Justo cuando la desesperación se apoderó del grupo, y todos los jugadores pudieron haber pensado que todo estaba perdido...

— ¡¡No permitiré...que mates a Shiba!! –gritó ferozmente Liten, y se lanzó en una acción completamente inesperada.

La guerrera de armadura de acero saltó hacia la cuadrada mandíbula de Fuscus y se metió sin titubear dentro de su boca, junto con Shivata. La hilera de dientes se cerró cruelmente alrededor del torso del espadachín, pero cuando chocaron con la armadura de Liten, crujieron, soltando chispas y deteniéndose nuevamente.

— ¡Qu-! ¡¿Licchan, por qué estás haciendo esto?! –preguntó Shivata, sujetando el hombro de su compañera.

Mientras empujaba la boca del golem con ambas manos, ella dijo:

— ¡Por-porque soy un Tanque! ¡¡Mi trabajo es proteger a los demás!!

A quince metros de distancia, esas palabras tocaron mi entumecido cerebro como un martillo.

Aparte de Argo y Nezha, Liten fue la última jugadora en unirse al grupo de asalto, y ella estaba cumpliendo su papel más valiente y admirablemente que cualquiera.

Mientras que yo ni siquiera estaba directamente expuesto al peligro, y ya estaba listo para rendirme.

El trabajo de Liten era proteger.

Mi trabajo era pensar.

Pensar. Pensar hasta que la última de mis neuronas se quemara.

El punto débil de Fuscus... ¿Dónde pudo haber ido el símbolo de su frente? No es posible que simplemente se haya desvanecido. Si eso era un golem, entonces tendría que haber un símbolo o rotulo grabado en algún lugar de su cuerpo, como insinuaba la leyenda.

La cabeza de Fuscus desapareció del techo y apareció en el piso. Eso significaba que era muy probable que el símbolo se hubiera movido hacia algún otro lugar. ¿Era en el piso, las paredes, o en el techo? No, había un lugar más probable que aquellos.

Guardé mi espada en su funda y grité hacia el grupo que estaba en el centro de la cámara:

— ¡Chicos, hagan todo lo que puedan para evitar pisar las líneas! ¡Si es inevitable, entonces trepen a la cabeza del jefe!

— Ellos miraron hacia mí, sorprendidos, luego asintieron. Hafner, Naijan y Okotan, todos fuertemente blindados, estaban trepados en la cabeza y mejillas del jefe, mientras que Agil, Wolfgang, y Lowbacca ser retiraron concentrándose en el piso.

Lo siguiente fue darle órdenes a mis compañeros cercanos.

— ¡Asuna, Argo, Nezha! ¡Párense en las líneas para atraer sus brazos y piernas! ¡Ese símbolo debe estar en uno de ellos! ¡Si lo encuentran, todos lo atacaremos!

— ¡Entendido!

— ¡Puedes apostarlo!

— ¡Lo intentare!

Los tres se posicionaron. Mientras las líneas reducían su velocidad, parecía que reaccionaban espontáneamente para cruzarse con cada uno de nuestros pies. No había necesidad de evadirlas esta vez, pero sería más sencillo hacerlo si el círculo de objetivo apareciera frente a nosotros. Rebalanceé mi cuerpo y, en el momento cuando las líneas se detuvieron, levanté mi pierna izquierda para pisar una línea que estaba directamente frente a mí.

Inmediatamente, las líneas azules de arremolinaron alrededor de mi bota, y yo salté hacia atrás.

El brazo izquierdo de Fuscus intentó atraparme, su brazo derecho fue hacia Argo, la pierna izquierda hacia Asuna y su pierna derecha hacia Nezha, todos casi al mismo tiempo.

Rodeé el brazo, buscando frenéticamente, pero no había ningún símbolo. Y no escuché a nadie gritar nada al respecto. Si yo me equivocaba con respecto a esto, perderíamos no solo a Shivata sino también a Liten.

Tiene que estar aquí. Tiene que estar... ¡Tiene que estar!

— ¡Lo encontré!

El alarmado y emocionado grito provino de Nezha, a unos seis metros de distancia a la pared. Me voltee para ver al usuario de Chakram señalando la parte de atrás de la rodilla izquierda. Pero él había estado tan concentrado en buscar el símbolo que no fue capaz de evadir la onda de choque que género el pisotón, perdió el equilibrio, luego cayó al piso y ahora no podía levantarse.

El ataque finalizó, y la pierna empezó a regresar al techo. El lugar donde se encontraba el símbolo ya estaba a casi cuatro metros del piso; cerca del límite de donde yo podía llegar, pero no tenía elección.

— ¡No escaparas! –grité, corriendo hacia el lugar. Desenvainé mi espada mientras corría, preparando un Sonic Leap, la habilidad de espada con la mayor capacidad de salto que tenía disponible...

— ¡¡Agáchate, Kii-boy!! –llegó un grito desde la derecha detrás de mí, e instintivamente me agaché.

Al siguiente instante, algo golpeó mi hombro derecho, a duras penas logré mantener el equilibrio, levanté mi vista y vi una silueta perteneciente a quien acababa de utilizarme como plataforma para saltar. Pero incluso con cada punto de habilidad invertido en agilidad, parecía que no iba a ser suficiente.

Cuando Argo la Rata alcanzó el punto más elevado de su salto, la garra en su mano derecha adquirió un resplandor color purpura. La aceleración del sistema elevó su velocidad, su pequeño y atlético cuerpo fue lanzado hacia adelante como una bala de cañón. Si mis recuerdos no me fallaban, ese era el ataque de garras tipo carga, Acute Vault.

En discrepancia con su apodo, Argo se lanzó hacia adelante con la ferocidad de un felino, hundiendo sus garras en el lugar donde yacía el símbolo, lo cubrió con tres líneas de daño en forma diagonal, luego escuché un profundo rugido como un gran parlante desde mi espalda.

Me di vuelta, deslizando mis botas, y vi la cabeza de Fuscus abriendo la boca en un aullido. Shivata y Liten salieron de su boca, empujados por la presión del sonido, y cayeron juntos al piso.

La armadura de Liten tenia horribles marcas de daño. Pero mientras no fuera destruida completamente, aún podría ser reparada.

La cara de Fuscus se hundió en el piso, con la boca aún abierta, y desapareció.

Como antes, las escaleras de descenso volvieron a su sitio.

Luego de una breve pausa, los jugadores presentes vitorearon al unísono. Hafner saltó hacia Shivata y lo levantó con entusiasmo, mientras Okotan le tendió una mano a Liten para que se levantara.

Estaba aliviado de que, por lo menos, pudimos evitar la peor situación, pero la batalla aún estaba lejos de terminar. Revisé la cámara cuidadosamente y avisté la cara de Fuscus en el centro del techo. Los círculos de luz en sus ojos parpadearon, mientras su boca se abrió en forma de rombo con una escalofriante risa VWO, VWO, VWO. El símbolo estaba nuevamente en su frente, pero uno nunca sabía cuándo se desplazaría de nuevo.

— ¡Chicos, aún es muy temprano para celebrar! –grité, blandiendo mi espada–. ¡Sigamos luchando ahora que ya conocemos el patrón! ¡Shivata, quiero que vuelvas a las escaleras y recuperes HP!

Sin su cota de malla, era demasiado peligroso para Shivata continuar en la batalla, pensé, pero el veterano miembro de la delantera ya estaba abriendo su pantalla de equipamiento. Gritó:

— ¡Lo siento, pero voy a ignorar esa orden! ¡¡No bajaré por esas escaleras hasta que derrotemos al jefe!!

— ¡Pero tu armadura!

— ¡Tengo una de remplazo! ¡Todavía puedo luchar!

Tal como él dijo, su camisa fue cubierta rápidamente por un nuevo conjunto de armadura pesada. Parecía ligeramente más débil que la cota de malla que acababa de perder, pero aún tenía suficiente poder de defensa para hacer el trabajo.

—...¡De acuerdo! ¡Pero no te fuerces demasiado! –grité. Shivata asintió en mi dirección mientras usaba una poción. Arriba en el techo, Fuscus mostró una mueca de burla ante nuestra determinación.

Las líneas de luz reiniciaron su movimiento.

De ahí en adelante, logramos evitar mayores incidentes, aunque no siempre lográbamos predecir los patrones a la perfección. El gran problema aún estaba cuando la cabeza del jefe se movía al piso; nadie fue engullido por su gran boca de nuevo, pero ya que la posición del símbolo cambiaba a alguna de las otras extremidades, habían algunas ocasiones en que no lográbamos prevenir el ataque
de estado a tiempo. Sumados a ‘defensa reducida’, dichos ataques causaban una variedad de debuffs como visión reducida, audición reducida, equilibrio reducido y ‘pies resbalosos’, y con nuestros sentidos afectados por esos estados no siempre podíamos evitar los ataques de agarre y pisotones.

Pero con una admirable coordinación, nuestro grupo de asalto improvisado logró liberar a los miembros atrapados o cargar a los pisoteados hacia la pared para curarlos. Después de alrededor de treinta minutos, ya habíamos terminado con la cuarta y quinta barra, y a las 8:05 pm, cerca de una hora después que la batalla comenzó, ya habíamos llegado a la sexta y última barra.

— ¡¡Vwohhhhh!!

La cabeza en el techo rugió al máximo volumen que el sistema permitía y los círculos de los ojos se volvieron de un rojo oscuro.

— ¡Va a cambiar su patrón de ataque nuevamente! ¡Si ya no les quedan pociones, díganlo ahora! –grité.

— ¡Tengo un pequeño problema!

— ¡Yo también!

Gritaron Hafner y Wolfgang, por lo que saqué dos bolsas de seis pociones de mi inventario y se las entregué. Mientras tanto, las líneas azules que se distribuían por toda la cámara se movían en un patrón completamente nuevo.

Las líneas del piso se unieron alrededor de las escalera, luego volvieron a las paredes, cuando las alcanzaron, se deslizaron hacia arriba, reuniéndose alrededor de la cabeza en medio de la cámara.

Las líneas que nos estuvieron acechando durante toda la batalla desaparecieron, dejando vacío el piso negro. Todos nosotros nos tensamos nerviosamente.

Las luces azules se contorsionaron en desorden alrededor de la cara de Fuscus como si fuera una melena, y él se lanzó hacia abajo. Las líneas se reunieron en cuatro gruesos grupos, círculos de objetivo se formaron al final de cada uno. Los jugadores directamente debajo saltaron para evadir el ataque, pero los brazos y piernas que aparecieron eran más pequeños que antes. Esta vez, no pararon de salir, continuando con los codos y rodillas, y después con los hombros y caderas, y finalmente el torso.

— ¡¡Vwooooaaaa!!

Fuscus the Vacant Colossus, el jefe del quinto piso, al final se separó del techo con una figura apropiada para un golem, rugiendo incluso más alto que antes.


— ¡¡Retirada!!

Ni siquiera necesite dar la orden. Todos estaban corriendo al lado Sur de la cámara. Un momento después, Fuscus aterrizó en el piso con un golpe ensordecedor.

Las líneas azules cubrieron el cuerpo del golem de nueve metros. Comenzando por la cabeza, estas se tornaron color rojo sangre, demostrando un estado de furia.

En segundos, hasta la última línea era roja. Fuscus rugió por tercera vez y levantó sus brazos, sus puños se hincharon como martillos.

Viendo que mis compañeros habían sido hipnotizados por la vista. Di órdenes instintivamente.

— ¡Ahora que el jefe tiene forma humana, podemos usar nuestra estrategia original! ¡El equipo A defiende, el equipo B ataca! ¡Prioricen cuidar el nivel de rencor hacia ustedes!

— ¡E-Entendido! –dijo Hafner, líder del equipo A, y llamó a sus miembros de equipo. Asuna, el grupo de Agil y yo nos desplegamos en abanico de modo que los luchadores pesados se posicionaran frente al Jefe y las tropas ligeras se pusieron en los flancos, levantando sus armas.

— ¡Acabemos con la última barra! –comandé.

— ¡¡Si!! –llegaron las respuestas en una ráfaga feroz. El jefe respondió avanzando con una gran pisada.

Shivata y Liten, los principales tanques del equipo A, salieron al frente, sosteniendo sus escudos en alto por la izquierda. Con movimientos perfectamente sincronizados, alzaron sus manos derechas y cargaron hacia el frente con la izquierda. Los escudos resplandecieron y sonaron como las campanas de algún templo. Se trataba de Threatening Roar, una habilidad de tipo burla que requería una gran habilidad en manejo del escudo.

Dependiendo del tipo de jefe, a veces no tenía efecto, pero afortunadamente si funcionó en Fuscus; él rugió y aceleró su paso. Shivata y Liten permanecieron valientemente de frente ante el enorme golem, el cual era incluso más grande que Asterios the Taurus King del segundo piso.

— ¡¡Vwoagh!! –bramó nuestro adversario, levantando su puño derecho casi hasta alcanzar el techo de la cámara y lo lanzó hacia la pareja. Ellos mantuvieron firmes sus escudos contra el ataque.

Incluso los tanques tendrían que cuidar de sus escudos, por lo que la defensa ideal era un movimiento evasivo, pero ellos querían ver si el bloqueo era una estrategia viable mientras estuviera en su margen de maniobras. Mientras yo observaba, admirado y aterrado por igual. El escudo medieval de Shivata y el escudo clípeo [35] de Liten colisionaron con el gigantesco puño, generando una enorme onda de choque y un gran destello de luz.

Obviamente, ellos fueron empujados casi dos metros hacia atrás, pero se mantuvieron en pie sin sufrir daño. Ya que ese era solo un ataque normal, seguramente no serían capaces de bloquear un ataque especial con efectos únicos.

Pero el hecho de saber que podría ser bloqueado era un estímulo mental. El brazo derecho de Fuscus estuvo brevemente inmóvil después del ataque, y Hafner cargó contra el con Catarata un combo de dos golpes de espada larga que redujo alrededor del tres por ciento de la última barra de HP.

— ¡Muy bien...vamos a atacar! –ordené a Asuna, saltando hacia la acción.

Golpeé la pantorrilla izquierda del golem, que era tan gruesa como el tronco de un árbol, con un Vertical Arc. Cuando el tiempo de inmovilización terminó, grité “¡Cambio!” y salté hacia atrás. Asuna saltó en mi lugar, ejecutando armoniosamente un Diagonal Sting.

En la pierna derecha, Agil y Wolfgang estaban balanceando activamente sus armas a dos manos, infringiendo una buena cantidad de daño. Fuscus perdió el equilibrio debido al daño causado en sus piernas, rugiendo. Por un momento temí que lo hubiéramos forzado demasiado, pero afortunadamente, el golem mantuvo a nuestros tanques como objetivo.


[35] N.T: Clípeo: es un escudo grande utilizado por los griegos y romanos, de forma originalmente circular, su forma se inspiraba en el Sol.


Lejos, y junto a la pared, Nezha estaba preparándose para lanzar su Chakram al punto débil del jefe, mientras que Argo estaba desplazándose velozmente por toda la cámara, dejando pociones de curación en el piso, cerca del equipo A.

— ¡Esto finalmente parece una batalla de jefe! –murmuró Asuna mientras se apegaba rápidamente a mi espalda después de ejecutar su ataque.

— Si... pero esto no va a terminar sin que el jefe oponga resistencia. ¡Mantente concentrada!

— ¡Por supuesto! –replicó ella, una sonrisa se asomó por las esquinas de su boca.

No quedaba nada de la novata Asuna de los primeros dos pisos en ella. Aun había muchas cosas que me quedaban por enseñarle, pero tal vez el momento en el que ella ‘no me necesitara más’ iba a llegar antes de lo que esperaba. Esa conclusión repentina generó un nudo en mi garganta.

Pero eso era lo que yo quería, por supuesto. Solo cuando ella se alejara de mi lado y se uniera a un gran gremio su verdadero potencial florecería. Todo era por el bien de ganar este juego de la muerte... Asuna estaba peleando para volver al mundo real, también.

Agarré con fuerza el mango de mi espada y le devolví la sonrisa a mi compañera temporal.

— Bien... ahora atacaremos en otro lugar hasta encontrar su punto débil.

— Suena bien. Puede que esté en el tendón de Aquiles o en su dedo meñique – sugirió ella, confiada, batiendo su estoque de plata en un vaivén.

Como sospechaba, los ataques de Fuscus incluían golpes sencillos, un combo de pisotones, el rugido que causaba debuffs, rayos laser desde sus ojos, y un modo furioso en su fase final.

Consideré ordenar una breve retirada cada vez que el patrón cambiaba, pero los miembros del equipo A, en especial Shivata y Liten, estaban manteniéndose firmes mediante la rotación de pociones.

Cuando la última barra de HP se volvió roja, todos ellos soportaron el furioso ataque de puños dobles consecutivos del jefe. Shivata giró hacia mí y gritó:

— ¡¡Kirito, puedes obtener el LA, tan solo haz que se vea bien!!

Ante eso, no tenía otra elección que montar un show.

— ¡De acuerdo! ¡¡Entonces lo tomaré!!

Apoyé la espada de los elfos oscuros, ‘Sword of Eventide’, en mi hombro derecho
y corrí con toda mi fuerza.

Todavía no estaba mejorada, pero la espada tenía una bonificación de +7 en AGI, un asombroso efecto para estar tan solo en el quinto piso. Usé al máximo la mejora de velocidad, corriendo a máxima potencia mientras me dirigía hacia la pared.

Cuando llegué, salte en la superficie cóncava y continúe, prácticamente corriendo en la pared, pasando por encima del equipo A que estaba defendiendo, y cuando no pude seguir subiendo. Salté con todas mis fuerzas.

La enorme cara de Fuscus estaba justo frente a mí. Los anillos rojos de sus ojos se achicaron, tratando de enfocar al pequeño humano que había saltado para acercársele.

— ¡¡Vwoaaaaaaah!!

Di mi mejor esfuerzo para opacar el bramido del golem con el mío.

— ¡¡Este es...el finaaaaaaal!!


Sostuve la espada a mi lado izquierdo y activé el Horizontal Square, una habilidad de cuatro golpes que ningún otro jugador había aprendido todavía.

La espada larga empezó a zumbar como las hélices de un helicóptero, golpeando el símbolo rojo en la frente de Fuscus con una, dos, tres, cuatro líneas resplandecientes.

El símbolo se desvaneció de la superficie dejando un pequeño rastro de luz.

Los ojos empezaron a parpadear irregularmente.

Las líneas rojas que cubrían el cuerpo del golem se volvieron más brillantes.

Empezaron a salir chispas de ellas y Fuscus the Vacant Colossus, jefe del quinto piso, explotó.

El bono de LA apareció mientras aterrizaba en el suelo y caía en una rodilla.

El efecto de la muerte del jefe fue más impresionante que cualquiera de los anteriores, pero incluso después de desvanecerse, nadie habló.

En medio del silencio, noté que el piso cambio. El liso y cristalino suelo fue sustituido por la espesa roca azul oscura de la que estaba hecha la torre. Extendí mi mano, todavía arrodillado, y toque la superficie escarpada. Repentinamente, todo el piso empezó a retumbar.

Al principio estuve asustado de que, como pasó en el segundo piso, hubiera otro jefe con el que pelear. Esta vez, un objeto descendió desde el techo, y para mi gran alivio, no era un brazo, pierna, o cara, sino una escalera de piedra en espiral.

—...Se acabó...

No estuve mirando, pero supuse que la voz era de Shivata o de Hafner. Y como si una barrera hubiera sido rota, ese comentario dio inicio a una tormenta de felicitaciones de nuestro pequeño grupo de asalto.

Quería unirme a ellos más que nada, pero una sensación de fatiga empezó a invadirme, amenazando con dejarme inconsciente; todo lo que pude hacer para estabilizarme fue apoyarme en mi espada luego de clavarla en el piso. Mientras intentaba apoyarme en ella para ponerme de pie, una pequeña mano apareció en frente de mi cara.

— Buen trabajo, Kirito.

Tomé su mano y me levanté, tambaleándome. Mi compañera estaba a mi lado sonriendo, con su estoque ya envainado. Chocamos puños para celebrar.

Detrás de nosotros, surgieron vítores incluso más fuertes, me giré para ver a Shivata sosteniendo a Liten en el aire. Dando vueltas con ella, sosteniéndola por el torso, como si su armadura no pesara.

—...Parece que ellos van a ser el chisme en Aincrad el día de mañana –murmuré, pero Asuna sacudió su cabeza.

— Nadie aquí va a esparcir rumores irresponsablemente, creo que incluso Argo se abstendrá de vender esa información.

Argo estaba parada no muy lejos de nosotros, y exclamo en voz alta:

— N-no, ¡nunca! –Nezha se unió a las risas, y chocamos cinco entre los cuatro.

— Fuiste un excelente líder, Kirito. ¿Por qué no intentas reclutar miembros para formar tu propio gremio? –sugirió Nezha inocentemente. Sacudí vigorosamente mi cabeza aterrorizado.

N-Ni de chiste. Además, no tiene sentido invitarte, ¿recuerdas?

— Eso no es verdad. Estoy seguro de que todos los Braves estarían encantados de unirse a tu gremio, Kirito.

— No, eso no es posible. Después Hafner me patearía el trasero y me acusaría de haberlo planeado todo desde el principio –protesté tranquilamente, asegurándome de que él y Okotan aun estuvieran ensimismados en el fragor de la victoria.

Tomé el papel de líder del grupo de asalto prácticamente a regañadientes para prevenir una disputa entre DKB y ALS, no para agravar el conflicto actual.

En cualquier caso, habíamos derrotado al jefe sin perder a nadie, así que el desastre había sido evitado por ahora. El único pendiente era el ítem que había iniciado todo esto, pensé con un corazón agotado...

En ese instante, mi cuerpo fue asaltado por un escalofrío desagradable, como si una aguja de hielo hubiera perforado mi espina dorsal.

Estaba tan enfocado en la estrategia contra el jefe que había olvidado la parte más importante hasta este momento.

La más básica regla de SAO.

Cuando un monstruo, incluyendo a los jefes, dropeaba un ítem, este aparecería directamente en el inventario de los jugadores...e incluso sus compañeros de equipo no serían notificados por el sistema.

Eso significaba que cuando la celebración terminara y pasasemos a la etapa post-batalla, tendría que preguntar quién recibió el estandarte, el propósito final de todo nuestro plan, y si nadie levantaba la mano, significaba o bien que el jefe del quinto piso del lanzamiento oficial de SAO no dropeaba ningún estandarte, o sino que quienquiera que lo hubiera recibido lo estaba manteniendo en secreto; y yo tendría que descubrir cuál de las dos situaciones se estaba dando.

Técnicamente, era posible para todos nosotros volver visibles nuestros menús para que las recompensas de todos pudieran ser examinadas. Pero el contenido del inventario de alguien era la información personal más crucial de todo el juego, e incluso los líderes de gremio dictadores como Lind y Kibaou no harían inspecciones forzadas a los ítems de los miembros de sus gremios.

Por un momento consideré ordenar las listas de modo que mostraran los últimos ítems obtenidos al inicio, pero lo descarté de inmediato. La opción de ordenar solo funcionaba en la ventana principal del inventario, como un archivador de carpetas.

No trabajaba en las subcarpetas, si el estandarte había sido trasladado a algún envase o bolsa dentro del inventario, no se mostraría. Tendría que inspeccionar todos los contenedores, y alguno tenía un almacén con múltiples carpetas, como una bolsa dentro de una caja dentro de un saco dentro de un cofre... no solo haría que el proceso fuera interminable, sino que sería fácil pasar por alto el objeto en
cuestión.

Debí haberme dado cuenta de esto antes de que empezáramos la batalla para poder discutirlo. Si hubiéramos establecido un protocolo donde nadie pudiera abrir su ventana luego que el jefe fuera derrotado, y luego revisáramos el inventario principal de cada uno, nadie habría intentado esconder el ítem.

¿Entonces que debería haber hecho? ¿Plantear el asunto ahora, y pedir permiso para revisar los artículos personales de cada uno? ¿O poner mis esperanzas en la probabilidad de que alguien materialice el estandarte y lo mostrara a todos, solucionando los problemas de una vez por todas?

— ¿Qué te pasa, Kirito? ¿Te duele el estómago? –me preguntó Asuna, notando mi extraño estado.

‘¿Acaso soy un niño pequeño?’ Quise reclamar, pero no estaba de humor para chistes. Miré a Asuna, luego a Argo, luego a Nezha y pregunté:

— Um... ¿Alguno de ustedes recibió el estandarte?

Los tres sacudieron sus cabezas. Asuna me dirigió una mirada inquisitiva, a lo cual sacudí mi cabeza como respuesta.

— Nop, nada por mi lado...

— Ahh. Entonces debe tenerlo alguno de nosotros.

Fue entonces que Asuna y Argo entendieron mi preocupación, las dos muchachas hicieron una mueca y murmuraron:

“Oh, es verdad...” y “Demonios, que descuidada fui...” lo que llamó la atención de Nezha.

Pero el usuario de Chakram solo sonrió y dijo tranquilamente:

— Todo estará bien. Todos cooperamos para ganar esta batalla, estoy seguro de que ellos no lo ocultaran.

—...Si, estoy seguro... –contesté, luego me di vuelta y recupere la confianza.

La escalera en espiral conectó con el piso a unos tres metros de las escaleras de bajada. Se unió al piso sin dejar espacios u otras irregularidades, como si siempre hubiera estado ahí.

Mientras me acercaba, Shivata finalmente bajó a Liten y se dirigió hacia mí con una gran sonrisa.

— ¡Oye, lo hicimos! –aclamó, levantando su mano, puse la sonrisa más natural que pude y choqué su palma.

El sonido atrajo a los demás miembros, y me dirigí hacia todo el grupo.

— Primero, felicitaciones, a todos ustedes... y gracias. Logramos derrotar al jefe, y fue gracias a su increíble esfuerzo. Muchas cosas no salieron como lo planeamos, quiero decir, nuestro intento de reconocimiento terminó siendo el definitivo, pero todos ustedes actuaron admirablemente contra el que fue sin duda el jefe más fuerte hasta ahora.

Hice una pausa, y Hafner, con las manos en la cintura, comenzó a hablar, pero no como esperaba.

— Dada mi posición, quizá no debería estar diciendo esto, pero... puede que nosotros hayamos sido capaces de derrotar a un jefe tan impredecible como este sin bajas porque solamente éramos una docena de jugadores. Si hubiera sido un grupo de asalto completo de cuarenta y ocho, creo que hubiera sido imposible que absolutamente todos lograran evadir las líneas del piso.

Como si recién se estuviera dando cuenta de lo que estaba diciendo, observó al usuario de alabarda de ALS.

— Uh... Oko, ¿crees que los de ALS estaban planeando atacar al jefe solo con sus miembros principales porque sabían cómo enfrentarlo correctamente?

Okotan encogió sus hombros y dijo:

— Nop, creo que eso solo fue coincidencia. Además, lo que voy a decir es completamente extraoficial, no creo que los tres equipos principales de ALS hubieran podido hacer esto sin perder a nadie. No tenemos ninguna regla sobre el tipo de equipamiento que deben llevar los jugadores, por lo que no tenemos a ningún Tanque completo en ese grupo. Es un papel demasiado duro como para
tener una pequeña ganancia de experiencia. Reclutar a Liten era el primer paso para arreglar esa situación... sabía que ella podría ser una supporter – digo un soporte para nosotros.

— ¡No soy un objeto, Oko! –la damisela enamorada protestó desde adentro de su agrietada armadura metálica. Okotan sonrió tímidamente ante el insulto accidental, pero Shivata, Hafner, y el grupo de Agil rieron a carcajadas.

Con la conversación apaciguada, Shivata abrió su ventana y la revisó, luego me miro.

— Ya son las ocho y treinta. Los de ALS podrían llegar en cualquier momento.

¿Has pensado acerca de cómo vamos a regresar, Kirito?

Fui devuelto a la realidad; había estado ocupado con otro asunto.

—Uh... si, bien. Podríamos toparnos con los de ALS si volvemos a bajar por la torre, por lo que creo que deberíamos subir a la primera ciudad o pueblo del sexto piso y teletransportarnos de vuelta a Karluin desde el portal. Nos tomamos la molestia de derrotar al jefe; todos quieren ver el siguiente piso, ¿verdad?

— ¡Puedes apostarlo! ¡Estoy muy emocionado! –comentó Hafner. El grupo volvió a reír, pero los detuve levantando mi mano.

— Tal como Shivata ha dicho, no tenemos mucho tiempo. Me gustaría llegar rápidamente al siguiente piso, pero antes de eso, hay algo muy importante de lo que debemos encargarnos.

El grupo se puso serio nuevamente debido a mi expresión y tono de voz. Hice que Asuna avanzara, luego miré a cada uno de los miembros del grupo de asalto en orden: Hafner, Shivata, Liten, Okotan, Agil, Wolfgang, Lowbacca, Naijan, Asuna, Argo, y Nezha.

— El objetivo de esta pelea era obtener el estandarte de Fuscus. Quiero que quienquiera que lo haya recibido hable ahora.

— Oh, cierto, era eso, lo olvide completamente –dijo Agil. Se froto la cabeza y mostró sus manos vacías, indicando que él no fue. Sus compañeros se encogieron de hombros o sacudieron sus cabezas, y las parejas de ALS y DKB tuvieron reacciones similares. Por supuesto, ni Asuna, Argo y tampoco Nezha hablaron.

Luego de cinco segundos de silencio, Wolfgang dijo vacilante:

— No... ¿No fuiste tú, Kirito?

— Nop... no lo recibí.

— ¿Entonces eso quiere decir que el jefe del quinto piso del juego oficial no tenía el estandarte después de todo? –preguntó el chico lobo, sorprendido, acariciando su barba, mientras tanto, el aún más peludo Lowbacca levantó sus brazos por encima de su cabeza en señal de decepción.

— Bien, ¡todo nuestro trabajo se fue a la basura! ¿Entonces para que nos esforzamos tan...to...?

Su voz se hizo más lenta y baja mientras se daba cuenta de algo. Al mismo tiempo, las expresiones de todos los demás se tensaron.

La posibilidad de que alguien tuviera el estandarte y lo estuviera ocultando a los demás opacó la satisfacción de la batalla.

Los compañeros que habían luchado contra el jefe como una mente y un corazón ahora se miraban entre ellos con sospecha y desconfianza. Mis peores miedos se estaban cumpliendo.

Sería muy fácil decir simplemente: “El jefe del quinto piso no soltó ningún estandarte”, y seguir adelante.

Pero eso solo postergaría el problema, de hecho, estaría abandonando mi responsabilidad.

Porque ya tenía una sospecha acerca de quien había recibido el estandarte y lo estaba ocultando del grupo.

Por supuesto, no podía presentar pruebas contundentes, pero si llevaba a cabo la discusión correctamente, podría aplicar presión en la persona culpable. Sin embargo, si aún insistía en su inocencia, no podría forzar una inspección en su inventario o hacer una amenaza con el filo de mi espada. Tenía que lograr una confesión, no crear un callejón sin salida.

¿Pero cómo podía llegar a ese resultado?

Nunca intenté comprender las mentes de los demás antes; solo los separaba de mí. Incluso mi familia en el mundo real, la gente cuyas caras miraba todos los días.

A menudo me encontraba preguntándome lo que ellos pensaban, qué tipo de personas eran realmente. El sentimiento de no conocer quién era realmente alguien acabó con las emociones de mi vida real, y a veces era llenado con un vacío sin sentimientos.

Encontré una salida del mundo real en los juegos en línea en los que me involucre desde la escuela primaria porque la idea de comunicarme a través de un avatar era lo más acorde a mí. La manipulación de un avatar en tres dimensiones y mi comportamiento como persona estaban en esferas completamente diferentes, muy separadas entre ellas. De modo que no tuve que preocuparme por cómo eran los demás realmente.

Ese fue el por qué Sword Art Online, el primer VRMMORPG del mundo, llamó tanto mi atención. Mi inmersión en la prueba beta del juego y posterior encarcelamiento en este mundo virtual fueron básicamente inevitables.

Pero desde el día en que el botón de Log-out desapareció y mi avatar se convirtió en mi propio cuerpo, intenté alejarme de las personas nuevamente. Abandoné a Klein, mi primer mejor amigo, y casi fui asesinado por Coper, mi primer compañero, pero la raíz del problema estaba en mí mismo, alguien que temía acercarse a los demás.

Una vez que este mundo se convirtió en mi segunda realidad, intenté no tener conexiones con nadie más, igual que antes. Un jugador siempre era el mismo; ya sea en mi vida o en la red, yo continuaría esto como un juego de rol bajo un nombre ficticio. Manteniendo mi actitud para tener contacto mínimo con otras personas.

Probablemente sería capaz de presionar a quien sea que estuviera ocultando el estandarte con argumentos lógicos, pero no podría convencer a nadie en el mundo real...

Solté un suspiro, y empecé a bajar mi cabeza.

Pero una pequeña y brillante luz en la esquina derecha de mi visión llamo mi atención.

La luz provenía de un par de ojos marrón avellanados, mirándome directamente.

Sin preguntas ni exigencias, solo mirándome silenciosamente.

Asuna.

Desde el comienzo de este juego, indudablemente había pasado más tiempo con ella que con nadie más, ella aún era un enigma para mí. Ni siquiera estaba completamente seguro de por qué seguía trabajando junto a mí. Hubo tan pocas veces que comprendí realmente lo que estaba pensando, que podía contarlas con los dedos.

Pero por alguna razón, nuca había tenido esta sensación sobre ella, esa pregunta de “¿Quién eres tú realmente?” ni una sola vez. Ella siempre había permanecido de forma natural a mi lado, enojada, malhumorada, riendo.

Ella no estaba actuando con otra personalidad aquí. Ya sea que su cuerpo fuera un avatar digital o no, era ella misma. Asuna podría ser más natural consigo misma que con cualquiera, no porque fuera nueva en los MMOs, sino porque tenía un fuerte sentido de sí misma.

La primera vez que la encontré en la Torre Laberinto, tenía la mirada vacía y una tendencia suicida en su comportamiento. Ahora había encontrado una razón para pelear, obteniendo conocimiento y habilidades, y había forjado su camino para ser una de las mejores jugadoras del juego.

¿Podría cambiar yo también?

Le devolví la mirada y continué encarando al grupo.

Doblé mi cuerpo hacia adelante por la cintura y bajé la cabeza en una reverencia.

La enorme cámara hizo eco con murmullos sorprendidos. Mientras estaba buscando las palabras correctas, no para hacer un discurso, sino para presentar mis verdaderos pensamientos.

— Primero, debo disculparme con todos ustedes. Debería haber comenzado el plan discutiendo como manejar el estandarte primero, antes de comenzar la batalla.

Necesitábamos saber qué hacer si la bandera era dropeada y cómo confirmar si no lo era. Fue mi error que no lo hayamos hecho hasta ahora. Y eso causo desconfianza en el grupo...

Me enderecé, mirando directamente a las caras de los once en frente de mí.

— Pero no quiero que ALS y DKB peleen por el estandarte... deseo que ambos gremios trabajen juntos y nos ayuden a expandir las fronteras del juego. Es por eso que los convoqué a todos aquí para formar parte de este grupo de asalto. Eso era en lo que creía antes de la batalla, y es en lo que aun creo, ahora que hemos ganado.

Me detuve, y silenciosamente llame al difunto caballero.

“Diavel, ¿qué hubieras hecho tú aquí? No puedo ser tu sucesor. No tengo la nobleza ni el liderazgo que te caracterizaba. A excepción de la desesperación con la que intentaste conseguir el Last Attack, la honestidad con la que pediste a tu ex-rival trabajar juntos, yo admiro esas cualidades”.

Sí, yo tenía que hacer todo lo que pudiera antes que el rendirse fuera una opción, al igual que hizo Diavel en la batalla contra el primer jefe. Al igual que los Legend Braves frente al segundo jefe.
Emparejé mis pies a la misma altura en el suelo. Enderecé mi espalda, y alineé los brazos a mis costados.

Desde mi posición ‘Firme’, miré directamente a un solo jugador, luego me doblé por la cintura, bajando mi cabeza tanto como podía, hasta que solo pude enfocar el suelo de piedra.

—...Ya no es posible determinar quién recibió el estandarte usando las herramientas del sistema. Así que, se los suplico. No quiero que me lo den a mi... quiero que permitan que el grupo determine su uso. Por el bien de las líneas delanteras... por el bien de todos esos jugadores esperando en los primeros pisos... y porque llegue el día en que alguien pueda ganar este juego.

La cámara se mantuvo en silencio.

Los murmullos acallaron, al igual que el sonido del equipo de cada jugador, incluso las respiraciones se hicieron silenciosas.

El silencio era tan abrumador que incluso parecía que nuestros sentidos del oído hubieran sido suprimidos de alguna manera.

Un paso metálico rompió la ilusión.

El ruido de los pasos, que eran una combinación entre el eco de la armadura pesada y la armadura de cuero, se acercó sin vacilar y se detuvieron directamente enfrente de mí. Por encima de mi cabeza inclinada escuché una calmada voz.

—Párate por favor, Kirito.

—......

Levanté la vista lentamente y vi al miembro mayor del grupo... el jefe de nuevos reclutas de ALS, Okotan.

Tomé su mano extendida y enderecé mi cuerpo. Esta vez, era su turno de aguantar e inclinarse en una reverencia.

— Kirito, mis compañeros, estoy muy apenado. Fui yo quien les falló en anunciar que obtuve el estandarte.

Ni bien su confesión y disculpa terminaron cuando una voz distorsionada llego desde atrás.

— ¡Oko...! ¡¿Pero por qué?!

La figura caminó hacia adelante, levantando la visera del casco para continuar con una clara y dulce voz:

— ¿Recuerdas lo que dijiste? Que todos en la línea del frente debían trabajar juntos, que nuestros dos gremios no deberían estar peleando... ¡¿Por qué harías esto?!

Cuando la súplica llena de lágrimas terminó, Okotan giró y se volvió a inclinar hacia su compañera de gremio.

— Lo siento Liten. Me temo que he traicionado tu confianza.

Él se volvió hacia mí y abrió su ventana. Después de algunos toques en su menú de inventario, materializó un objeto, tal y como sospechaba, parecía haber estado escondido en un submenú.

Con una lluvia de pequeños puntos de luz, una lanza de tres metros apareció, era incluso más grande que la alabarda que descansaba en la espalda del hombre.

De hecho, mientras la punta tenía un adorno, no se consideraba una lanza. Un banderín completamente blanco estaba atado en la punta superior, enrollada delicadamente alrededor de la agarradera de plata.

— Ohhh –alguien murmuro, intimidado.

— Yo tampoco lo había visto antes, pero era claro a simple vista que este era un ítem muy especial.

Finamente detallado en la punta y en la base de la asta. El borde del banderín y el material brillante eran elegantes y afiligranados. La sola presencia del ítem emitía una luz diferente a los otros ítems de los primeros pisos de Aincrad.

Okotan levantó el estandarte, mostrándoselo a todo el grupo, y preguntó tímidamente:

— Kirito, me miraste directamente. ¿Podrías decirme cómo es que supiste que era yo?

— Ah... sí –aparté mi vista del estandarte y miré al usuario de alabarda frente a frente–. Okotan, ¿fuiste un apasionado jugador de FPSs antes de llegar a este juego?

Él se quedó desconcertado por la manera en que le volteé la tortilla, luego asintió.

— Si... por algún tiempo, jugaba más Shooters que MMOs.

Mis sospechas se confirmaron, comencé a explicar el detalle que me llamó la atención en sus palabras.

— Bueno, solo los jugué por poco tiempo... pero hay un modo de juego en equipo que consiste en capturar la bandera, ese donde dos equipos luchan para obtener una bandera.

— Cierto –dijo Shivata, quien claramente no tenía idea de adónde quería llegar con esto, continué.

— En ese modo, el jugador que tiene la bandera es llamado el suport o el cargador. Y hace rato, tú dijiste, ‘ella podría ser una supporter – digo un soporte para nosotros’ Cambiaste la palabra rápidamente, pero imaginé que no habrías pensado en usar esa palabra a menos que el estandarte hubiera llegado a tu inventario y ya lo supieras.

Cuando lo dije en voz alta, no sonó como una razonable y educada suposición, sino como una acusación insensible, pero Okotan solo asintió suavemente.

— Ah, ya veo... supongo que eso es lo que obtengo por haber intentado algo que no suelo hacer –bajó la vista y miró la hermosa asta en sus manos y sonrió fieramente–. Tal vez no estoy en posición de decir esto, pero... Kirito, Liten, todos... quiero que me crean. No participé en esta batalla con el propósito de robar el estandarte para mi propio bien. No tengo conexiones con el círculo interno de ALS. Al principio, solo quería proteger las relaciones entre ambos gremios... ese era mi único deseo. Pero...

La levemente bigotuda boca de Okotan se torció, y sus ojos se cerraron con fuerza. Y su gruesa voz hizo eco en la cámara de piedra.

— Cuando esta cosa... el Estandarte de Valor cayó en mi inventario, y me di cuenta de que nadie lo notó y que podría esconderlo si quería, esa idea controló mi mente, la idea de que podría usar esto como un incentivo para hacer que los dos gremios se fusionen en uno...

La armadura de Hafner sonó débilmente, pero él se mordió los labios y mantuvo en silencio. Shivata y Liten se miraron entre ellos pero tampoco dijeron nada.

Cuando Okotan abrió sus ojos de nuevo, la sonrisa burlona regresó, y el sacudió su cabeza.

— Pero eso nunca ocurriría. Si el estandarte apareciera en las manos de un miembro de ALS, entonces todos ustedes sabrían que yo lo oculté. ¿Cómo podríamos tener una buena negociación con ese antecedente? Fue un sueño estúpido. Una vez más, me disculpo con todos por mis estúpidas acciones.

Todavía sujetando la bandera, Okotan se inclinó nuevamente. Hafner dio un paso hacia adelante, apretando sus puños.

— ¡Si, lo que hiciste fue estúpido! ¡Tan estúpido de hecho, que pudo haber dado inicio a una guerra abierta entre nuestros gremios! ¡¡Pero... tu sueño no era del todo estúpido!!

Los hombros de Okotan se crisparon. El sublíder de DKB dio otro fuerte paso hacia adelante y, en un tono más calmado, continuó:

— Tuve mi propio sueño durante esa batalla. Si Liten, Shivata, tú y yo pudimos pelear juntos tan bien, estando juntos en el mismo grupo por primera vez, entonces quizá no habría motivo para estar en desacuerdo... tal vez no deberíamos estar divididos en dos gremios que pelean entre sí, sino que deberíamos formar nuestros equipos ideales. Y no pienso abandonar ese sueño. Puede que eso no haga que nuestros gremios se unan... pero no voy a dejar de pensar en las posibilidades que
se abrirían si eso pasara. Así que... ¡Así que te perdono!

El repentino discurso de Hafner se detuvo, y él examinó al resto del grupo.

— Si alguno de ustedes todavía no puede perdonar a Oko y quieren que sea castigado de alguna manera, ¡que levante la mano ahora!

Agil soltó sus brazos y sonrió.

— Vamos Haf, sabes que si lo pones de esa manera, nadie va a levantar su mano.

Su grupo asintió en acuerdo, mientras que Asuna, Argo, y Nezha sonrieron. La espalda de Okotan comenzó a temblar. Aun con la cabeza agachada.

—...Muchas...gracias.

Su voz era ronca y vacilante, pero debido al eco que rebotó en el piso y las paredes de la cámara, todos la escucharon fuerte y clara.

Capitulo 9                                                        Indice                                                           Capitulo 11

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