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progressive 4 capitulo 8

Capitulo 8
Scherzo of Deep Night

No estaba seguro si estaba basado en la estructura espiral del pueblo, pero la especialidad de Mananarena era un gran pastel enrollado de textura esponjada servido junto con grandes porciones de crema con sabor a plátano. Estaba decidido a comer uno cuando viniera, pero ahora que el momento había llegado, no tenía apetito.

El pastel de 20 cm de largo estaba mirándome desde el centro de la mesa.

Mientras tanto, al otro lado, Asuna estaba extremadamente seria.

— Me pregunto si ellos son oficialmente una pareja.

—...¿Eh?

No era totalmente lo que había esperado que ella dijera. Sin embargo, su conducta seguía totalmente seria.

— Shivata y Liten, digo, como se reunieron y lo que pasó entre ellos desde entonces... dejamos pasar todos los detalles cruciales.

— E-es cierto...

Honestamente no sabía cómo debería reaccionar ante una historia de esa naturaleza, así que estaba aliviado de que Shivata omitiera los detalles, pero Asuna parecía bastante interesada. Cogí un pedazo de pastel de plátano con un tenedor y lo llevé a mi boca, escogiendo cuidadosamente mis palabras.

— Pero... ese chico serio realmente la estaba llamando ‘Licchan’, así que imagino que ellos están saliendo.

— Ohh, ¿de verdad?

— No, tan solo lo imagino.

— ¡Me lo creí durante dos segundos!

Ella me lanzó una mirada escéptica y metió un gran trozo de pastel en su boca.

El milagroso poder del postre de especialidad hizo que dejara de fruncir su ceño.
Entonces decidí que era seguro presentar una de mis preocupaciones.

— Sin embargo... ¿exactamente que significa que dos personas ‘estén saliendo’ en este mundo?

— ¿Qué significa? Pues, es lo mismo que en el mundo real –dijo ella honestamente. Mentiría si dijera que no sentí un poco de curiosidad acerca de su experiencia sobre esto en la vida real, pero no podía encontrar la manera de averiguarlo, así que descarté la opción de preguntárselo y continué.

— De cualquier manera... creo que es imposible que aquí ocurran los mismos acontecimientos que en el mundo real.

— ¿Huh? Oh... cierto. Aquí tenemos el código anti-crimen –murmuró Asuna, vigilando sus alrededores.

Después que nos separáramos de Shivata y Liten, vinimos a este restaurante, un lugar secreto dentro de Mananarena. A diferencia de los restaurantes que los de DKB y ALS frecuentaban, este no tenía salida hacia el camino central, por lo que para entrar primero debías encontrar su ubicación. Como esperaba, no tenía clientes, pero aun así solo hablábamos entre susurros.

El código de protección contra crímenes del que hablábamos era, en muchos sentidos, el que más debate generaba de todos los códigos de SAO.

Sabía por qué era necesario. Sin ese código, no faltarían los jugadores que tuvieran un comportamiento no deseado con las NPC femeninas. El sistema se activaba en algunos casos exactos: cualquier contacto inapropiado con un NPC o jugador del sexo opuesto por un tiempo determinado, produciría como resultado una señal de advertencia y una fuerza repelente, y los que incurrieran repetidamente en esta infracción serian automáticamente teletransportados o la prisión bajo el Palacio
de Hierro Negro en el Pueblo de los Inicios. Yo mismo estuve momentáneamente aterrado de ser transportado mientras estaba en el taller del viejo Romolo, cuando sacudí el hombro de Asuna en un intento de despertarla.

Asuna tenía la mano en su hombro y me miraba, seguramente recordando el mismo acontecimiento. Luego aclaró la voz.

— Bueno... si, tal vez no se pueda tocar a la otra persona, pero aun así se podría estar en una relación.

— Ah, c-cierto. Sin embargo, esas condiciones son muy ambiguas... ¿Cómo reconoces esa delgada línea para saber si hay un contacto inapropiado? En mi caso, no surgió una ventana de advertencia antes que a ti te saliera la ventana para la teletransportación forzada... tal vez sea necesario llevar a cabo una investigación...

— Entonces si hubiera presionado el botón ‘si’, hubieras obtenido información valiosa.

— Ehh, de ninguna manera... –dije, sacudiendo mi cabeza. Asuna volvió a mirarme, y pensó en algo.

— Pero si ese es el caso, no me apareció una ventana de teletransportación la última vez...

— ¿Última vez?

— Ya sabes, después que escapamos de esos tipos en las catacumbas, tú...

Ella se detuvo repentinamente, así que fijé mi mirada en ella luego de cortar un trozo de pastel. La esgrimista se volvió justo antes de que hiciéramos contacto visual, y cuando vi enrojecer sus mejillas, lo recordé.

— Ahhh, e-es verdad...

Ella tenía razón sobre ello. Después que Morte y su cómplice fueran perseguidos por la horda de monstruos, Asuna estaba tan desesperada por el estrés que tuve que apaciguarla y acariciar su cabeza para lograr que se calmara. Ahora que lo pienso, estaba sorprendido conmigo mismo. Aquel contacto se prolongó por al menos tres minutos, mucho más tiempo de lo que fue en el taller. Por lo que era un
misterio por qué Asuna no había recibido un mensaje de confirmación para teletransportarme.

— Hmm... ¿es posible que tocar los hombros no esté permitido, pero si tocar la cabeza?

— Pero si a quien están tocando no le gusta, no hay diferencia entre la cabeza o los hombros. Además, también estabas tocando mis hombros al mismo tiempo.

— Oh, ¿lo estaba? Hmm, entonces aun es un misterio... tal vez fue porque en el cuarto piso estabas dormida...

— No puede ser eso. ¿Por qué le aparecería una ventana a un jugador dormido?

Ellos no pueden presionar las opciones.

— Muy cierto... ¡Oh! Deberíamos preguntárselo a Shivata la próxima vez.

— ¿Preguntarle qué? –me preguntó Asuna.

Decidí compartir mi brillante idea:

— Bueno, si ese chico intenta hacer contacto físico con Liten, entonces inevitablemente el obtendría información acerca de los límites y condiciones del código de ética, ¿verdad?

Repentinamente, el tenedor en la mano de la esgrimista fue directamente hacia mi nariz. Si hubiera sido un cuchillo, ella hubiera ejecutado exitosamente un ‘Linear’.

— ¡Escúchame! ¡De ninguna manera permitiré que hagas esa pregunta indecente! ¡No me importa lo que piense ese chico, pero eso no es justo con Liten!

— E-entiendo, no lo volveré a mencionar, ¿así que podrías bajar ese tenedor? Una vez que el cubierto fue devuelto a la mesa, solté un suspiro de alivio y me recliné en la silla.

— Hmm. La única otra opción que se me ocurre es que se desarrolla dependiendo de los jugadores...

— ¿A qué te refieres?

— Digo que podría ser activado más fácilmente entre dos desconocidos que nunca se han visto antes, pero que no sea tan estricto a medida que las relaciones entre esos jugadores crezcan... solo que no puedo imaginar cómo es que monitorean y cuantifican la cercanía entre dos jugadores...

Miré de reojo a Asuna, y la esgrimista estaba en silencio, con una expresión indescifrable. Estaba asustado de haber dicho algo estúpido nuevamente, pero por alguna razón, noté que su piel se teñía de rojo, comenzando desde el cuello de la capa que llevaba hasta su nariz y mejillas.

Anticipando una explosión inminente, mis piernas se tensaron, preparándose para escapar, pero para mi suerte, la campanilla de la entrada sonó en ese momento, cortando la tensión.

La visitante no era nadie más que Argo, quien había llegado a Mananarena antes que nosotros. Esto no era coincidencia por supuesto; yo le envié un mensaje tan pronto como nos separamos de Shivata y Liten.

— Huaaah, Hola.

Argo, quien lucía cansada, siguió caminando y se sentó en la silla junto a Asuna. Ordenó el mismo postre que nosotros, y dejó salir un largo suspiro.

— Ya que me arrastraron fuera de mi trabajo, imagino que esto es más importante que las misiones de jefe, ¿verdad? Kii-boy.

P-por supuesto –le aseguré. Solo por un momento, consideré romper el silencio preguntándole por las condiciones del código de ética, luego decidí que eso sería inútil.

— Umm, creo que ya descubrimos por qué ALS está intentando adelantarse hacia el jefe.

Como era de esperarse de alguien que se alimentaba de información. La cara de Argo volvió a la vida.

— Un momento, ¿es en serio? Incluso esa información no está en mi red de inteligencia. Esto es en verdad impresionante.

— Realmente sorprendente ¿verdad?

—...¿Cuál es la razón?

— Bueno, creí que ya lo sabías... ¿Acaso has olvidado cierto ítem que dropea el jefe del quinto piso, y que causó varios problemas en la prueba beta?

— ¿Problemas...?

Los bigotes de rata pintados en su cara se crisparon, yo había logrado herir su orgullo como informante. Argo frunció sus labios por un momento, buscando en su memoria, luego eventualmente alzo las manos en señal de derrota.

— Odio admitirlo, pero no logro recordarlo. Si pudiera dar una excusa, sería que yo aún no era una informante durante la prueba beta. Tampoco era una conquistadora, así que no participé en esa batalla...

— Oh, ¿no lo hiciste? Bien, entonces no te culparé... Bien, creo que los chicos de ALS están detrás de un estandarte.

— Hmm... ¿Un estandarte? ¿Por qué un gremio completo le pondría tanto interés a solo un estandarte?

— Como ítem, no es más que una débil lanza larga... pero si haces esto... –clavé mi tenedor en la mesa y lo dejé izado–. Cuando el jugador que lo lleva equipado lo planta en el suelo, todos los miembros de su gremio que están en un radio de 15 o 18 metros obtienen un incremento en ataque y defensa, así como resistencia extra contra algunos estados negativos.

— ¿Q-Qué? –dijo Argo, con la misma expresión aturdida que mostró Shivata. Ella apunó el tenedor en mi mano y preguntó en una rápida sucesión–. ¿Puede el jugador del estandarte moverse libremente? ¿Cuánto dura el efecto? ¿Existe algún límite para la cantidad de jugadores afectados?

— La respuesta a tu primera pregunta es un sí a medias. Si sacas el estandarte del suelo, el efecto se cancela, pero en cuanto te hayas movido al lugar deseado y lo vuelves a izar, el efecto se reactiva.

—...Hmm.

— La respuesta a tu segunda pregunta es: tanto tiempo como el estandarte este izado.

—...Hmmmm.

— La respuesta a tu tercera pregunta es: no hay límite, mientras sean miembros del mismo gremio.

—...Hmmmmmm.

Argo cruzó sus brazos, gruñendo, luego llegó un tercer pastel como el mío y el de Asuna. Con 20 centímetros de largo y 5 de ancho, era casi el tamaño de una pequeña torta. Argo separó la cuarta parte con su tenedor y lo introdujo en su boca.

—...Ciertamente ese es un gran problema, Kii-boy.

— Exacto...

— El aumento de estadísticas es una cosa, pero el efecto que tendría en la mentalidad de los jugadores es especialmente peligroso... Si los chicos de ALS consiguen ese objeto y logran izarlo durante la batalla, su moral se dispararía, mientras que la moral de los chicos de DKB se desplomaría. Ocurriría lo mismo si sucediera lo contrario... Es más que suficiente para romper el balance que existe.

— Puedes entender por qué Kibaou decidiría enfrentarse al jefe prematuramente una vez que conozca esa información –murmuré, poniendo un pedazo de pastel en mi boca. Mientras tanto, Argo había desaparecido otro cuarto de su propio pastel, luego miró hacia su izquierda.

— Luces muy tranquila el día de hoy, A-chan.

—...Erm...uh, ¡no, no es nada! –insistió Asuna, recuperando la conciencia. Ella volvió a comer su pastel bruscamente y Argo mostró una cara de sorpresa.

— Entonces... ¿Cómo es que pinchos locos supo sobre ese ítem? No es como si pudiera pasar por alto que él obtuviera esa información antes que yo.

— B-bueno, Argo, tú y yo no somos los únicos beta testers –le recordé. Aun no le había dicho Argo sobre la pandilla de PK-ers que actuaba bajo las sombras de Aincrad, una decisión que me había hecho prometer Asuna.

Naturalmente, temíamos que si ella se enteraba de eso, intentaría recolectar información sobre ellos por su cuenta, y ese era por mucho un trabajo más peligroso que conseguir información sobre el jefe.
No dudaba de la habilidad de Argo. Sabía que ella tenía suficiente velocidad para escapar de los lugares más peligrosos. Pero la habilidad del hombre de la capa negra, el supuesto líder de la pandilla de Morte, era totalmente desconocida. Hasta que no pudiera determinar qué tipo de peligro representaban no quería que Argo se involucrara con ellos.

La informante sonrió como si dijera ‘ya lo sé’ y asintió.

— Bueno, eso es un hecho. Lo que es importante ahora no es de dónde llegaron los rumores, sino qué hacer al respecto... si ese objeto realmente puede causar tanto revuelo, los de ALS no abandonarán el plan tan pacíficamente.

— Um, estaba pensando... –comenzó Asuna, quien había terminado su pastel justo después que yo, y tomó un sorbo de té antes de sugerir–. ¿Por qué no simplemente compartimos la información acerca de ese estandarte con los líderes de DKB? La razón por la que los de ALS estén tan desesperados por conseguirlo no es porque quieran obtener ventaja, sino porque temen que los de DKB lo obtengan primero, ¿cierto? Si Lind propone una manera justa para compartir ese objeto...

—...Si... esa no es una mala idea...

Si pensaba en Shivata como un atleta, entonces Lind se parecería más a un artista marcial.

— Cueste lo que cueste, debemos hablar con Lind... Él debería ser capaz de forzar una conversación con los ALS. Solo hay un problema, compartir el estandarte es imposible, mucho más cuando se trata de compartir su poder. Una vez que el ítem este registrado bajo el poder de un gremio, no creo que pueda ser traspasado, y debería ser imposible separar el estandarte del gremio. Definitivamente, ellos
harán un duelo de piedra, papel o tijeras, o un juego de dados, o incluso un duelo a mejor de cinco.

— No creo que Kibaou acepte esa proposición... –masculló Asuna, y Argo y yo asentimos con la cabeza.

El lema de Kibaou es compartir todos los recursos para mantener al mínimo todas las bajas que podamos sufrir durante el juego: oro, objetos, información. Ese era el lema fundamental del gremio que fundó.

Lind y los DKB sostenían que los jugadores con mayor conocimiento y poder deberían pelear valientemente en la línea frontal y fungir como un símbolo de esperanza, inspirando la energía para ganar el juego.

No sabía quién estaba en lo correcto. Todo lo que podía decir era que ambos pensamientos provenían del caballero Diavel. Y ambos gremios deseaban fuertemente el estandarte para lograr sus propios propósitos. De ninguna manera pensarían en cederlo al contrario.

“¿Por qué tuviste que morir, Diavel?” –le pregunté al caballero caído, reclinándome en mi silla y mirando hacia el techo.

 No hubo respuesta, por supuesto. Pero de alguna manera. Escuché sus últimas palabras en mi mente.
“Tienes que hacerte cargo de ahora en adelante, Kirito. Derrota al...” Su avatar se desvaneció en pedazos antes que pudiera terminar su frase. Sí, yo también... había heredado algo de él.

Kibaou heredó el sentido de la justicia del caballero, y Lind había obtenido su heroísmo. Y lo que yo obtuve, como beta tester... era su sentido de la realidad.

Abrí lentamente mis ojos, mire a Argo y a Asuna, entonces dije.

— Vayamos a derrotar al jefe.

Mis palabras se transformaron en aire dentro de la habitación, hicieron eco varias veces antes de desvanecerse, pero ni la informante ni la esgrimista hablaron.

El tenedor de Argo, que había estado suspendido en el aire por varios momentos, finalmente se clavó en la mitad restante del pastel que quedaba en la mesa, levantó la masa esponjosa y rellena con crema, y la desapareció en la boca de Argo, quien lo comía igual que si fuera un roedor.

Cuando terminó, ella preguntó:

— ¿Te refieres a nosotros tres?

— Oh, no del todo.

Después de todo, cuando Asuna hizo la misma sugerencia, le dije que era imposible, aun con la caballero de elite Kizmel de nuestro lado. Asuna me miró, curiosa.

— ¿Entonces a quién vas a pedir ayuda?

— Bueno...

Empecé a listar a los posibles candidatos con mis dedos.

— Primero están Agil y sus tres amigos; después, Nezha podría ayudarnos también...

—...¿Eso es todo? –preguntó Asuna, mirando fijamente hacia mis manos. Tosí y me aclaré la voz torpemente.

—...Um, Argo, ¿tú conoces a alguien?

— Vamos, no seas ridículo, Kii-boy –dijo ella. Pero incluso nuestra red de contactos confiables juntos no tendría más miembros disponibles–. Bueno, conozco a gente que lucha por unirse al grupo de conquista, pero precisamente su potencial implica que no puedo invitarlos a una misión así de peligrosa. ¿Por qué piensas que he estado repartiendo esas guías estratégicas gratis en los primeros pisos?

— Si, buen punto... Bueno, incluso si Nezha acepta, solo estaríamos Asuna, tú, Nezha, el escuadrón de Agil, y yo para un total de ocho... voy diciendo que necesitamos por lo menos doce para formar dos grupos pequeños...

— No es posible, incluso con dos grupos, eso debería ser extremadamente difícil –dijo Asuna, agitando su mano delante de su cara–. Tú eres quien dijo que apenas logramos superar al jefe del cuarto piso con un grupo de asalto completo, Kizmel, y el vizconde Yofilis. Si el siguiente jefe de piso es más fuerte que aquel hipocampo, ¿cómo va ganar un pequeño grupo de solo doce?

— Hmm... en términos numéricos, cada cinco pisos habrá un jefe especialmente difícil de derrotar. Asumiendo que el nivel de cada uno de esos jefes crezca proporcionalmente...

Hice un círculo imaginario en una de las esquinas de la mesa y lo dividí en cinco, dejando cuatro trozos del mismo tamaño, y el quinto ligeramente más grande.

— Entonces imaginemos que el jefe del quinto piso será casi tan fuerte como el jefe del sexto piso, pero la fuerza de un jefe no se trata solo de los parámetros de ataque, defensa, y HP. Si ese golem gigante no fue alterado desde la prueba beta, hay una forma de derrotarlo incluso con un grupo de solo doce hombres. Claro, eso depende también de las misiones de jefe y de reconocer la cámara del jefe...

Solo cuando mi propia voz llegó a mis oídos y entendiera lo que estaba diciendo recordé que al otro lado de la mesa, Argo ya estaba haciendo esas misiones.

— Oh, c-cierto. ¿Qué tipo de información han dado las misiones de jefe?

— Kii-boy, ¿acaso estas olvidando que yo intercambio información para sobrevivir?

Abrí rápidamente una ventana de intercambio para ofrecer una transacción, pero la rata ya me estaba mirando

— Te agradezco la intención... pero te daré la información como pago por decirme acerca del estandarte. Tocando primero hechos seguros, parece que el jefe aun es un golem.

Ella abrió su ventana y luego la pestaña de anotaciones.

— Veamos... recuerdo lo que me dijiste sobre las misiones élficas, el secreto de la creación de Aincrad, ¿y qué era lo otro?

— Oh, ¿te refieres a la Gran Separación?

Le había entregado a Argo un resumen de la leyenda élfica que Kizmel había compartido con nosotros.

La nota decía que los cien pisos de Aincrad no siempre habían existido como los conocemos. Las tierras de los elfos, humanos, y enanos habían sido cortadas en trozos circulares de la tierra y luego elevadas hacia el cielo para formar el castillo flotante. En ese momento, todos los poderes mágicos se habían perdido. Pero esa historia no había cobrado importancia en el juego todavía, no fuera de la campaña de los elfos.

Argo hizo una mueca de disgusto y explicó:

— Bueno, básicamente... este piso originalmente era un área industrial parte de un imperio humano, ellos extraían el metal y los minerales mágicos, almacenándolos para construir masivamente un arma para la guerra... el golem.

Cuando el golem fue terminado, iba ser usado para invadir el imperio de los enanos, sus mayores rivales en aspectos de comercio, y fue entonces cuando ocurrió la  Gran Separación, y tanto el golem como el rey fueron llevados al cielo. El poder mágico se perdió, y ellos ya no pudieron producir más unidades... esa es la historia.

— Ahh, ya veo...

Frente a mí, Asuna se dio cuenta de algo y comenzó a hablar.

— Umm... ahora que lo pienso, cuando peleamos contra ese zombi en las catacumbas... ¿él no llevaba una especie de corona?

— Si, ahora que lo mencionas... ¿Entonces aquel zombi era el rey de esa historia? Pero él no era del todo humano.

Argo se burló de mi confusión.

— Oye, es común en los videojuegos que todos los jefes que son reyes aumenten su tamaño como por arte de magia.

— Puede que fuera eso o el hecho de estar en un lugar tan húmedo que lo hiciera hincharse luego de absorber toda esa humedad. Los zombis siempre son tan interesantes...

Tuve que continuar rápidamente luego de que ambas chicas arrugaran la nariz ante mi inapropiado sentido del humor.

— De todos modos, regresando al tema del jefe de piso... si es como las misiones de jefe anticiparon, entonces parece que podemos confiar en que el golem de la prueba beta aún está ahí.

—Básicamente sí –confirmó Argo. Ella cerró su ventana y bebió el resto de su té–. Solo que... aun cuando los jefes vistos lucían igual que sus versiones en la prueba beta, ellos han cambiado de alguna manera. Los minotauros del segundo piso tuvieron un compañero extra, poniendo un ejemplo...

— Eso es algo que no sabremos hasta que vayamos allí... además, deberíamos ir planeando una manera para escapar de la cámara del jefe –dije, disponiéndome a discutir las estrategias contra el jefe cuando Asuna me interrumpió.

— Espera, Kirito. Acabas de decir que un ataque con doce personas podría ser suficiente para derrotar al jefe, pero aun nos faltan cuatro personas para eso. Y todavía no sabemos si Nezha y el grupo de Agil nos ayudara...

— Si ellos dicen que no, entonces nuestra suerte está echada. Si eso pasa, podemos contarle a Lind sobre el estandarte y luego rezar porque él y Kibaou lleguen a un acuerdo pacífico. En cuanto a los otros cuatro miembros...

Me detuve. Luego fui con mi proposición.

— Digámosle a Shivata y a Liten.

— ¡¿Qu...Qué?! –Asuna palideció, retrocediendo–. T-tú sabes que eso no funcionará... ¡Ellos son miembros de DKB y de ALS!

— Precisamente por eso. Si ellos fueran miembros del mismo gremio, no apoyarían un plan que pueda desintegrar su grupo... pero ya que cada uno pertenece a un gremio distinto, creo que podemos tener una oportunidad.

Al oír mi sugerencia, Argo mostró una sonrisa.

— ¿Liten es la portadora de la armadura de acero que recientemente se unió a los ALS? Así que ella y Shivata de los DKB... ahhh. Eso es nuevo para mí.

— ¡Oye! No, Argo, no puedes venderle esa información a nadie.

— Nya-ja-ja, lo sé. Pero según lo que dices, Kii-boy, si ellos son así de cercanos, podrían ayudarnos. Como dicen, el amor es más fuerte que las reglas de un gremio.

Ese comentario estaba realmente fuera de lugar, tuve que contenerme para no responder bruscamente.

— D-de todos modos... si Shivata y Liten pueden traer a un compañero cada uno, entonces seremos doce. Afortunadamente ambos son miembros del comité organizador de la fiesta, así que ambos deberían estar dirigiéndose desde Mananarena hacia Karluin pronto. Si podemos interceptarlos antes e ir directamente hacia la torre, sus gremios no se percatarán de su participación en la batalla contra
el jefe... creo...

— Más vale que estés seguro de ello. Además, asumiendo que Shivata y Liten estén de acuerdo con nosotros, ¿cómo los ayudaremos si son expulsados de sus gremios por ayudarnos? No puedo estar de acuerdo en involucrarlos en nuestro plan si no puedes darme una respuesta apropiada para ello –Asuna afirmó, decidida, dominándome con una mirada llena de determinación.

Nuestro demente plan para atacar al jefe de piso con dos pequeños grupos fue concebido para evitar que ALS o DKB tomaran una clara ventaja sobre el otro, y parecía que si no podíamos completar el plan, Shivata y Liten se verían forzados a escoger entre sus gremios y la otra persona... pero Asuna no estaba hablando sobre lógica, sino sobre lealtad. Ellos nos habían confiado su información más
privada, y no sería correcto que los usemos como peones desechables de un juego.

El grupo de Agil tiene exactamente cuatro integrantes. Les preguntare si pueden dejar que los otros dos se les unan. Si se niegan... los uniremos a nuestro grupo – dije, con falta de determinación. Asuna sonrió y asintió.

Agil y Shivata estaban en el quinto piso, así que podemos contactarlos mediante mensajes instantáneos, pero la última vez que vimos a Nezha fue en el segundo piso. Si él no ha subido hasta aquí, tendríamos que regresar por el túnel hasta Karluin, luego teletransportarnos hasta los pisos más bajos y enviar mensajes allí.

Si él está en una mazmorra, nuestro método no funcionaría, y tendríamos que olvidarnos de él. Rezando silenciosamente, decidí contactarlo a él primero.

–escribí sencillamente.

Solo quince segundos después, el respondió.

Choqué mis puños y agradecí a mis estrellas de la suerte que la cacería de reliquias fuera en Karluin.

— Regresaré a la ciudad para reunirme con Nezha. Asuna, ¿puedes ponerte en contacto con Agil, Shivata, y Liten?

— ¿Y-yo?

— Tu habilidad de persuasión es mucho más grande que la mía.

— Uh, ¿lo es? ¡Oye, eso no es una habilidad del sistema! –ella reclamó al mismo tiempo que activaba su teclado holográfico. Mientras tanto, Argo sonreía burlonamente.

— ¿Y qué debería hacer yo, Kii-boy?

— Quiero que consigas provisiones para nosotros. No importa el dinero, consigue tantas pociones como puedas.

Abrí una ventana de intercambio y le transferí a Argo dinero más que suficiente para el viaje, luego salí del restaurante.

El túnel subterráneo que conectaba a Mananarena con la ciudad principal de Karluin tenía gran cantidad de monstruos y tesoros repartidos por el camino, así que normalmente a un grupo que avance mientras se detenía a pelear y explorar le tomaría una o dos horas terminar de cruzarlo, pero ese tiempo era significativamente reducido cuando un solo jugador lo atravesaba corriendo.

Me tomó poco más de veinte minutos terminar el recorrido, evadiendo grupos de monstruos y eliminando a los solitarios con una adecuada habilidad de espada.

Llegué a la sala de espera en el primer nivel de la mazmorra y busqué a Nezha.

— ¡Kirito! –antes que pudiera encontrarlo, escuché que alguien me llamó desde atrás. Y apenas me di vuelta, mi mano estaba siendo estrechada cálidamente.

— Ha pasado tanto tiempo. Estoy feliz de verte nuevamente –dijo el mismo herrero que había conocido en el segundo piso. Pero ahora ya no había esa aura de temor asomando en su sonrisa.

No pude hacer más que sonreír y devolver el apretón de manos.

— También estoy feliz de verte, Nezha... ¿O debería llamarte Nataku?”

La sonrisa del chico se achicó mientras decía:

— No, Nezha está bien, de todos modos, mis compañeros aun me llaman Nezuo.

— Oh... ¿lo hacen?

Miré sigilosamente el cuarto, pero no vi rastros de los demás miembros de Legend Braves. Nezha lo ignoró y levantó la vista.

— Estaba haciendo la misión de búsqueda de reliquias con los Legend Braves, pero ellos se adelantaron a la ciudad.

— Ahh...

Eso fue un alivio, me sentía mal acerca de ello, pero estaba planeando pedirle que lo haga de todos modos. Necesitábamos a tanta gente como fuera posible, pero dado que ellos fueron obligados a ceder el núcleo de su fortaleza para enmendar sus errores, no hubiera sido justo involucrarlos en una batalla a muerte ahora.

— De todos modos, perdón por hacer esto tan repentinamente.

— No, no es así. ¿Sobre qué querías hablar? –preguntó Nezha, curioso. Sujeté su brazo y lo llevé a una esquina de la sala. En estos momentos ya no había tanta gente como cuando el piso fue recién desbloqueado, pero aun había un buen número de jugadores caminando alrededor. Una vez que estuvimos a una distancia segura, mantuve mi voz baja y fui directo al punto.

— Nezha...odio hacer esto tan repentinamente, pero necesito pedirte un favor.

— Lo que sea, mientras este dentro de mis posibilidades.

— De acuerdo, entonces solo lo diré... Quiero que vengas conmigo ahora y me ayudes a derrotar al jefe del quinto piso.

Bajo los flequillos que dejaba su cabello, los ojos de Nezha se volvieron tan grandes como las monedas de oro de mil col30, y luego inhaló profundamente.

Apenas alcancé a poner mi mano sobre su boca antes que gritara debido al shock.

— ¡Mrrrgh!

Una vez que el grito terminó, lo solté. El ex-herrero inhaló y exhaló varias veces antes de dirigirse hacia mí tan calmadamente como podía.

— ¡¿D-de que estás hablando?! Los dos gremios principales son quienes dirigen las batallas contra los jefes de piso. ¿Ellos saben que estás haciendo esto?

— No, no del todo.

— No puede...

Sujeté el hombro de su armadura y lo halé más cerca para poder explicárselo.

— Por razones que no puedo mencionar aquí, necesitamos derrotar a ese jefe antes que DKB y ALS. No voy a ponerte en peligro directo. Solo necesitas encargarte de la retaguardia y golpear el punto débil del jefe en el momento justo... por favor. ¿Nos ayudaras?

—......

Él tomó otro profundo respiro, y lo dejó salir suavemente, luego fijo la vista en su cintura, donde colgaba un arma de la categoría de lanzamiento de cuchillos, aquel Chakram que yo le había dado en el segundo piso.

Los dedos que alguna vez sostuvieron un martillo trazaron la forma del Chakram. Hizo un puño con fuerza y lo llevó a su pecho.

—...¿Debo asumir que son razones muy importantes? –susurró. Yo asentí.

— Si lo son, tan importantes que podrían cambar la realidad que conocemos dentro de las líneas frontales.

— Está bien, entonces –dijo Nezha, poniendo su mano en mi hombro–. Ya que parece que estas apresurado, dejaré que me lo expliques en el camino. Solo dirige nuestro camino.

—...Gracias –dije, y me volví hacia las escaleras que había tomado para llegar.

No era como si estuviera completamente seguro de esto. Basándome en su equipo, estimaba que Nezha debía estar cerca del nivel doce o trece. Lo que no estaba del todo fuera del margen de seguridad para luchar contra el jefe del quinto piso, pero definitivamente no estaba por encima del margen, tampoco.

Por supuesto, no planeaba llevar a Nezha al frente y al centro. Más bien quería que efectuara ataques de larga distancia desde la retaguardia. El golem jefe usaba ataques físicos solo con sus extremidades, así que si se guardaba una buena distancia no había que preocuparse por perder HP...

Pero los cuatro anteriores jefes me habían enseñado en sus batallas, que no había nada garantizado.

‘Illfang the Kobold Lord’: jefe del primer piso; usó habilidades de katana que no estaban en la prueba beta, para terminar con la vida del caballero Diavel.

‘Asterios the Taurus King’: jefe del segundo piso; casi arrasó con el grupo de asalto entero con un aliento de relámpago que nunca se había visto en la prueba beta.

‘Nerius the Evil Treant’: jefe del tercer piso; estrenó un ataque venenoso que pudo haber acabado con el grupo si no nos hubiéramos equipado con montones de antídotos.

Y ‘Wythege the Hippocampus’: jefe del cuarto piso; inundó la recámara con agua, que por poco ahogó al grupo entero.

Estaba claro que el golem jefe del quinto piso también debía ser, de algún modo, diferente a la versión de la prueba beta. Necesitábamos observar cuidadosamente cada detalle con anticipación para eliminar todos los peligros inesperados. Ahora que estábamos involucrando a Nezha en esto; ‘no lo notamos’ ya no podía ser usado como excusa si fallábamos.

— Ya he contactado a mi grupo. Debería estar libre por el resto del día –dijo Nezha luego de un largo tiempo de estar tecleando mensajes. Le miré de cerca, realmente lucía diferente ahora.

— Bien. Vayamos.

Capitulo 7                                                        Indice                                                           Capitulo 9

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